La banca de inversión prevé este año menor actividad tras las caídas de 2022

El año 2022 no ha sido un buen ejercicio para estas compañías, llegando a ver importantes reducciones de ingresos en la parte de comisiones derivadas de este tipo de operaciones y, como consecuencia, millares de despidos a nivel global.

La gran banca de inversión cerró el 2022 con importantes reducciones de facturación y el anuncio de recortes de personal que ya suman miles de trabajadores en todo el mundo. Y es que la incertidumbre macroeconómica sumada a la subida de tipos de interés y las altas valoraciones de las compañías de algunos sectores han frenado en los últimos meses las operaciones de M&A que venían de niveles récord en ejercicios previos. Los principales actores del sector en España coinciden en que los primeros meses de 2023 no distarán mucho de los últimos del ejercicio anterior, si bien ven apetito en ciertos mercados concretos. “El año dejará menor actividad que en 2022”, apunta Ángel Arévalo Sarrate, responsable de Advisory en BBVA Corporate & Investment Banking. “De cara la segunda mitad del año, una estabilización del entorno macro facilitaría llegar a acuerdos en valoración y por tanto un aumento en operaciones corporativas”, señala Francisco Boada, socio de AZ Capital.

Los grandes bancos de inversión internacionales presentaron hace unas semanas sus cuentas de cierre del ejercicio 2022 con importantes caídas en el beneficio y los ingresos por comisiones que llegaron hasta el 49% con respecto al año anterior, como es el caso del resultado de Goldman Sachs. Otros, como Wells Fargo (-40% en beneficio) o Morgan Stanley (-27%), también han cosechado importantes caídas. Con estas cifras como telón de fondo, en las últimas semanas han sido varios los bancos que han anunciado importantes recortes en su plantilla a nivel global, como el propio Goldman Sachs (5.000 trabajadores), Credit Suisse (2.700) o Morgan Stanley (1.600 empleados).

“La contracción del crecimiento económico, el escenario de inflación, las políticas monetarias aplicadas por los bancos centrales o la disrupción en las cadenas de suministro, entre otros, han provocado ciertas tensiones en los principales protagonistas del mercado en los últimos años, los inversores financieros (private equity y fondos de infraestructuras), lo que a su vez ha implicado una fuerte apertura del bid-ask, entre las expectativas de los vendedores y las de los compradores a efectos de valoración”, explica Arévalo Sarrate. En este sentido, Pablo Gómez de Pablos, socio director de GBS Finance, señala a elEconomista.es que de cara a este nuevo ejercicio detectan que se van a producir ajustes de valoración en determinados tipos de transacciones hasta que tenga lugar una estabilización del mercado y se mitiguen los factores de incertidumbre que ahora están presentes. “Ya estamos empezando a notar estos ajustes y es previsible que continúen a lo largo del año”, admite. “Además, en previsión de las posibles bajadas de ebitda de las compañías, se producirá una disminución de la cantidad de endeudamiento. Asimismo, crecerá la exigencia en la selección de los deals, dirigiéndose el apetito hacia aquellos que ofrezcan mayores garantías de cara al éxito y la dedicación de recursos”, apunta.

Con esta misma idea coincide Boada, que indica que tras años de inversión y actividad récord, “estamos viendo un inicio de 2023 en línea con la segunda mitad de 2022”. “De cara a la segunda mitad del año, una estabilización del entorno macro facilitaría llegar a acuerdos en valoración y por tanto un aumento en operaciones corporativas, sobre todo por parte de aquellas compañías que tengan una estructura de capital adecuada y balances sólidos, además de por parte de aquellos fondos de private equity que tengan fondos levantados”, reconoce.

¿Qué sectores estarán más activos? Gómez de Pablos señala que, en su opinión, “van a tener un destacado protagonismo aquellos que sean más competitivos: digital, salud, farmacéutico, alimentario y energético”. Coincide también Arévalo, “hay dos macro tendencias subyacentes que seguimos viendo sólidas, la transición energética y la digitalización. Serán dos de las principales palancas que apoyarán la actividad de M&A en los próximos meses”.

Para el responsable de Advisory de BBVA CIB, el mercado mantendrá el atractivo de los activos de generación renovable, fortalecido por la necesidad de rotación de activos operativos y de pipeline por parte de los diferentes operadores de mercado. También mantendrán “buenos niveles” de actividad el sector tecnológico, salud, turismo y retail, donde si bien se puede apreciar cierta contracción en los niveles de valoración en algunos activos, “la actividad subyacente mantiene buenos niveles de demanda por parte de los compradores”, señala.

Desde AZ Capital apuntan en la misma dirección colocando a los “sectores sólidos y sostenibles” como el foco de las operaciones para este nuevo ejercicio que acaba de comenzar. Además, en opinión de Boada, también se verá durante 2023 un repunte en oportunidades de refinanciación fruto del complejo entorno actual.

Y es que el sector de la banca de inversión en España coincide en que uno de los focos durante este 2023 serán las empresas con problemas. “A pesar de la moratoria en la devolución de los préstamos ICO, el volumen de concursos de acreedores está creciendo. Esto nos va a llevar a una nueva oleada de compras de compañías en concurso y rescate de actividades por parte de grupos de mayor tamaño”, apunta el socio director de GBS Finance.

Las salidas a bolsa, en cambio, seguirán en el dique seco. “Tendremos algunas puntuales, como Cosentino, pero no creemos que el mercado se reactive en el corto-medio plazo”, apunta Pablo Gómez de Pablos. “En los últimos años el sector privado ha competido mejor que el sector público a la hora de operaciones de capital, en parte por la propia composición sectorial del tejido empresarial español y en parte por el fuerte apetito del private equity”, recuerda Arévalo Sarrate. “Creemos que serán selectivas en 2023 y enfocadas en sectores de gran crecimiento y éxito probado”, concluye.

“La reactivación de las salidas a bolsa debería venir de la mano de una estabilización de la coyuntura macro y una ronda de anuncio de resultados en línea con las expectativas de mercado”, reconoce Francisco Boada. “Creemos que, en caso de darse las condiciones adecuadas, empresas con equity story atractivo y tamaño relevante podrían abrir de nuevo la ventana de salidas a bolsa tan pronto como en el segundo trimestre del año”, se muestra optimista el socio de AZ Capital.