Entre la liquidez y la cautela: invertir en tiempos ‘desafiantes’

Tras un primer semestre muy positivo para el capital privado en España, con 5.165 millones de euros invertidos -gracias, entre otros factores, a la inercia de varios años récord de actividad-, el sentimiento inversor afronta el otoño con una profunda dicotomía. Por un lado, hay muchas ganas de invertir el capital levantado -incluso cierta presión inversora ante la gran liquidez existente-, pero la incertidumbre y nueva percepción del riesgo invitan a la prudencia, traducida en una aparente calma y ralentización del mercado. El actual entorno de tipos, costes de financiación al alza e inflación disparada, ¿derivará en una mayor corrección a corto plazo?

Es imposible saber con certeza cómo se comportará el mercado durante los próximos meses, el statu quo es frágil. El private equity se ha caracterizado históricamente por su capacidad para identificar oportunidades de compra en momentos complejos como el actual. Aunque invierte a largo plazo y su ciclo de negocio dura hasta una década, pocas veces se ha visto afectado por tantas variables exógenas que pueden marcar su futuro: pandemia, guerra de Ucrania, inflación desbocada, subidas de tipos, precios de la energía... Sin duda, las perspectivas macroeconómicas imponen una mayor cautela.

Aunque el interés por activos de calidad se mantiene, con la inestabilidad creciente se empieza a ver al inversor más dubitativo y a percibir cierto miedo a una posible recesión en Europa. Ante este escenario, los Limited Partners (LP) se muestran más preocupados que hace un año, pero su mandato es que las gestoras sigan identificando e invirtiendo en buenos activos más allá del ciclo económico.

Una vez dibujadas todas las incógnitas, algunos expertos y asesores opinan que el mercado se reactivará con el caudal habitual de operaciones gracias a la elevada liquidez existente tras próximo un ajuste general de las valoraciones por el encarecimiento de la financiación. Si los tipos de interés suben más rápido de lo previsto puede haber restricciones de crédito.

Está por ver si las nuevas subidas anunciadas resultan suficientes para ‘calmar’ al mercado, que estaría descontando incrementos del 2%. Por el contrario, otros inversores y asesores apuestan porque la elevada inflación y el encarecimiento de la financiación obligarán a las gestoras a centrarse, como en crisis pasadas, en la gestión de sus portfolios -con algún que otro disgusto-, lo que podría frenar en seco la actividad inversora.