Las pymes necesitan hasta 45.000 millones más de capital

El 90% de las compañías que recibieron financiación en 2021 eran pequeñas y medianas empresas. Sin embargo, el sector apunta a que están infravaloradas y destacan que las grandes en proporción reciben más financiación para el número total que representan.

El tejido empresarial español está formado principalmente por pequeñas y medianas empresas. Según los últimos datos del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo las pymes suponen el 99,8% de las empresas y representan más del 62% del Valor Añadido Bruto (VAB) y del 66% del empleo empresarial total. Con estos datos no es de extrañar que sean también las compañías que más financiación reciban de la mano del capital privado año tras año.

El último informe de la actividad del capital privado en España realizado por Spaincap, la antigua Ascri, relativo al primer semestre del año recalca que el 90% de la inversión recae sobre pymes en fases iniciales y de expansión. Un porcentaje exactamente igual al que se registró en 2021, de las 687 empresas que recibieron financiación, el 90% entraba bajo el calificativo de pymes. La asociación destaca que la actividad del sector está fundamentalmente enfocada en la financiación de este tipo de empresas.

Al tratarse de empresas que no superan los 50 millones de euros de volumen de negocio las inversiones son también más pequeñas. Según el tamaño de la operación, predominó la financiación de empresas por importes inferiores a un millón de euros (56% en 2021), el 27% recibió entre 1 y 5 millones de euros, el 5,4% entre 5 y 10 millones de euros, un 6% entre 10 y 25 millones y un 4,1% entre 25 y 100 millones. El resto (1,2%) fueron operaciones superiores a los 100 millones.

Justamente en el volumen invertido está la clave para el sector. “El 90% al que hace referencia Spaincap tiene trampa. Si el cálculo lo hicieras ajustado al número de empresas que hay sería diferente. Hay mucho más capital para las empresas grandes que para las empresas pequeñas. Y si lo ves en número es demoledor. Hay un problema donde las pymes, que por número son muy numerosas y reciben una fracción del capital, pero todavía las empresas grandes se siguen llevando más capital en proporción al número que son”, explica a elEconomista.es Borja Oyarzábal, CEO de Tresmares Capital.

La firma, que cuenta con el respaldo del Banco Santander, está especializada en pequeñas y medianas empresas. Para ello, cuentan con un fondo de 175 millones de euros con el que puede invertir un máximo de hasta 25 millones en cada proyecto a cambio de participaciones que nunca superan el 15% del capital total. En cartera tiene compañías como Rujamar, dedicada a la producción de huevos alternativos; Factum IT, orientada a la prestación de servicios de ciberseguridad para terceros; o Aranco, dedicada al embalaje industrial.

Esta última operación se ha cerrado en las últimas semanas y Tresmares busca impulsar el crecimiento internacional de Aranco con un modelo de negocio bajo las premisas de la sostenibilidad, la productividad y la transformación digital, los tres ejes principales sobre los que pivotará la futura expansión del grupo. El objetivo es convertir al grupo industrial en referente en servicios de embalaje de pallets innovadores.

Oyarzábal lo tiene claro, las pymes necesitan más financiación. “Están infrainvertidas. Nosotros calculamos que para que las pymes tuvieran el capital que necesitan tendrían que tener entre 45.000 y 60.000 millones más de capital. Esto se traduce en que cuando hay choques en la economía, se genera mucho paro porque la mayoría de nuestras empresas, que son pymes, no tienen capital y, por tanto, no tienen solvencia financiera para aguantar un envite de la economía”, explica el CEO.

Ante esta situación surge la pregunta, ¿por qué se apuesta menos por las pymes? “Primero, tienden a ser empresas menos rentables, una grande de media es un 30%-40% más. En segundo lugar, es mucho más difícil acertar, es mucho más artístico saber cuál va a ser la buena. Y, por último, en general el mundo de la inversión en estas compañías moviliza menos dinero, cuesta el mismo trabajo invertir 100 millones que invertir 10 y se prefiere invertir 100. Trabajar en el mundo de lo pequeño es mucho más difícil”, explica Oyarzábal.

Para SpainCap el sector se enfrente a tres retos en lo que a pymes se refiere. Por un lado, seguir atrayendo capital privado como asset class para fomentar la atracción de nuevos inversores, demostrando poder ofrecer buenas rentabilidades frente a la enorme volatilidad de losmercados financieros así como la capacidad de contribución en garantizar las futuras pensiones.

Por otro lado, en un escenario marcado por la incertidumbre ligada a la pandemia, el sector tiene la oportunidad de demostrar su capacidad para contribuir al crecimiento, situándose como eje vector de la recuperación y sostén de la actividad empresarial.

Por último, SpainCap cree que se deberían apoyar todos aquellos agentes que decidan, a través de la inversión privada, analizar, medir y potenciar los parámetros sociales y medioambientales, ya que además de crear riqueza, contribuirán a la consecución de una mayor inclusividad y sostenibilidad. Estos tres puntos no pueden ser posibles sin adaptar el marco normativo español al del resto de países europeo de tal manera que se facilite la financiación privada de las empresas que lo necesiten.

Además de la escasa financiación, en muchas ocasiones las pymes también se enfrenan a un problema añadido: se les ayuda con deuda y el mejor ejemplo de ello son los ICO. “Han sido un programa para intentar ayudar a nuestras empresas, pero son intervenciones de deuda. Esto se debe a que tenemos un país muy bancarizado y es muy fácil llegar con préstamos a las pymes”, detalla el CEO de Tresmares.

Oyarzábal no es el primero en alertar sobre los riesgos que pueden acarrear los ICO para las pequeñas y medianas empresas. De hecho, según datos recogidos por BDO en su último barómetro, el 24% de los fondos prevé una avalancha de impagos, mientras el 76% restante considera que los créditos tendrán que ser refinanciados por la banca y por los fondos de deuda de forma equitativa. Los créditos otorgados a las empresas con aval ICO terminan su periodo de carencia en 2022 y, aunque no existe una visión clara sobre si estas carencias se extenderán, el estudio asegura que “muchas empresas no podrán hacer frente al repago de capital”.

Pese a que no son los activos favoritos de los fondos, ofrecen ciertas ventajas frente a las empresas más grandes. “Las que son buenas, son mucho más buenas. Si tienes la capacidad de elegir a los mejores, cuando aciertes, la pyme de media va a generar mucho más valor”, asegura el directivo de Tresmares.

Tresmares actualmente está monitorizando a día de hoy unas 1.500 en España que son referentes en sus sectores que “tienen un retorno del capital de entre el 40 y el 50%. Generan en torno a seis o siete veces el retorno que generan las empresas grandes en bolsa. El premio de tener que buscar entre muchas más empresas es mayor, la mayor generación de valor se encuentra en las pymes”, comenta el directivo.

Otro de los aspectos que suele jugar en contra de las pymes es los retornos que ofrecen, de media tienen menos retorno que las grandes. “Ahora bien, el que invierte mejor en pymes invierte mucho más rentable que las grandes. Es mucho más la diferencia entre el bueno y el malo. Las mejores inversiones en pymes son las más rentables del mercado”, asegura el directivo de Tresmares. De media una inversión en pymes obtiene unos retornos de entre un 8% y un 9%, sin embargo, Oyarzábal destaca que una buena inversión puede llegar a obtener unos retornos anuales de hasta un 30%. “El objetivo de retorno de capital anual en pymes es de un 20%-30%. Los fondos buenos aspiran a conseguir estas cifras, pero la rentabilidad media está en el 9%”, finaliza el CEO de Tresmares Capital.