La ‘tormenta perfecta’ que augura el despegue de los fondos de deuda

La mayor cautela de los bancos amplía el negocio para los fondos de deuda, que crecen a tasas del 15% anual. ¿Asistiremos al despegue definitivo del ‘direct lending’ en nuestro país? Los expertos analizan la ‘tormenta perfecta’ que abre nuevas oportunidades para la financiación alternativa en España.

En el contexto de incertidumbre y volatilidad actual, la certeza de financiación resulta crucial para poder cerrar con éxito las operaciones. En este sentido, la deuda privada cuenta con grandes recursos disponibles para apoyar al private equity y a las empresas en sus transacciones. Los últimos estudios sitúan la escarpada subida del Euribor por encima del 3% en 2023 en una escalada imparable con la consiguiente apreciación del riesgo. “La deuda se encarece, pero lo hace asimétricamente”, matiza Carlos Paramés, co-director de Houlihan Lokey Corporate Finance. “Lo hace mucho más por parte de las entidades financieras que por los fondos de deuda. El diferencial entre ambos se estrecha y, en sectores más atractivos desde el punto de vista inversor, está incluso en mínimos históricos”, añade. Uno de los problemas fundamentales de la banca es la existencia de antiguas transacciones pendientes de sindicar. “No es un problema de riesgo crediticio, sino de que las operaciones no se terminan de colocar por desajustes entre el precio de cierre y el actual, es decir, entre oferta y demanda de crédito”, explican Juan Barona y Begoña Martínez, socio y counsel de bancario en Linklaters.

En teoría, este cambio de paradigma debería ampliar y potenciar el negocio del direct lending en España, facilitando una menor dependencia de los mercados de deuda sindicada y abriendo nuevas oportunidades para la financiación alternativa donde cada vez hay más actores paneuropeos operando en España.

Ajuste en los márgenes

Subsanado el tema de la calidad crediticia, básico para el equity y para la deuda, “estamos encontrando más predisposición a la hora de financiar por parte de los actores de financiación alternativa”, explica Ignacio Martínez, socio de Corporate Finance de KPMG. Muchas de las grandes operaciones de 2022 se han financiado con deuda privada en España a precios muy atractivos, “casi ajenos a la tormenta de los mercados de deuda públicos”, matiza Carmen Alonso, Head of Iberia & UK de Tikehau Capital. “Hemos sido uno los fondos pioneros en ajustar márgenes”, añade Alonso. “Dependiendo del sector y la compañía, la capacidad de apalancamiento se reduce en un momento de adaptación a la nueva realidad de mercado”, añade Alonso.

Ignacio Ruiz-Cámara, socio de bancario de Allen & Overy, confirma que la banca no está en retirada. “No hay parón del crédito como en la crisis financiera anterior, pero las entidades financieras están siendo más cautelosas y, por tanto, dejando más margen para la financiación alternativa que, pese a ser más cara que la deuda bancaria, tiene como principales fortalezas la rapidez y la flexibilidad”, añade. Las operaciones recientes así lo muestran. Fremman Capital recibió financiación de Tresmares para tomar el control de The Natural Fruit Company. Ares participó en la financiación a Archimed para la compra de Suanfarma. CVC financió la compra de Neolith con 350 millones del fondo Pemberton. Garnica, propiedad de ICG, también se ha financiado con fondos y bancos. Juan Barona, socio de Linklaters, recuerda que la financiación alternativa sigue siendo más cara, pero “su precio depende mucho del perfil de la compañía, el destino de la financiación y la rentabilidad que busque el fondo. Nos estamos encontrando con fondos de direct lending que están cobrando un 6-7% vs el 2-3% que puede ofrecer un banco para una compañía tradicional. Aunque sigue siendo el doble, una diferencia notable, el gap es inferior respecto a los años anteriores”, matiza.

Begoña Martínez, counsel de bancario de Linklaters, insiste en que el direct lending ya no es un plan B para fondos y empresas. “Antes se recurría al direct lending cuando no se lograba financiación bancaria para lo que se quería o por el importe deseado. En el actual entorno de volatilidad algunos fondos están recibiendo incluso más propuestas de las que realmente pueden absorber en determinadas jurisdicciones o sectores, por lo que pueden ser más selectivos y están eligiendo dónde quieren invertir”, añade Martínez.

En definitiva, “el mercado de deuda camina hacia una mayor colaboración, recurriendo a estructuras híbridas que combinan lo mejor de ambos mundos”, como confirma Ignacio Martínez, de KPMG. “Al final, la propuesta que ponemos encima de la mesa para el private equity, por ejemplo, es muy competitiva. Desde Tikehau hemos intentado cooperar e ir de la mano con los bancos en estructuras híbridas que, en mi opinión, son una fórmula ganadora”, añade Alonso. Sin duda, “esta mayor cooperación es consecuencia de 20 años de educación y divulgación entre todos los agentes del mercado”, añade Ignacio Ruiz Cámara, socio de bancario y financiero de Allen & Overy.

Los expertos coinciden en que el crédito bancario no se suprime, se complementa, apoyando tanto al private equity como a compañías españolas. Los fondos de direct lending siguen consolidándose como fuente de financiación alternativa partiendo, eso sí, de niveles iniciales todavía muy bajos. En un entorno de apalancamientos más conservadores y de precios de la financiación ajustándose al alza, la desintermediación bancaria ha llegado a España para quedarse cubriendo un espectro cada vez más amplio de soluciones.