El creciente interés por las operaciones en el ‘mid-small market’

En el primer semestre de 2022 el mercado global de transacciones venía de registrar un año récord con más de 60.000 operaciones anunciadas y un valor que, por primera vez, superó los 5 billones de dólares. Sin embargo, el rápido crecimiento de la inflación, las subidas de los tipos de interés, la caída de los mercados bursátiles y la crisis energética, agravada por el conflicto entre Rusia y Ucrania y la falta de materiales, se han ido sumando al complejo escenario económico que podría frenar este auge de las grandes operaciones y provocar un cambio de paradigma en la segunda mitad del año.

A pesar de todos estos desafíos, seguimos viendo cómo el interés por las operaciones en el segmento del mid-small market en España continúa en alza influido por diferentes motivos. En primer lugar, existe una tendencia hacia la consolidación de diversos sectores tradicionales como el de la alimentación, industrial o servicios donde en un mismo radio geográfico llegan a coexistir multitud de empresas haciendo actividades parecidas y sin relevo generacional claro. En segundo lugar, las grandes operaciones suelen estar más competidas debido a la competencia internacional de inversores y suelen tener valoraciones más altas comparadas con las pymes. Finalmente, el entorno macroeconómico actual encarece la financiación para las compras y retrasa decisiones de inversión. Vemos que puede haber buenas oportunidades para que los inversores obtengan retornos interesantes en un rango de tamaño inferior de empresas, a medida que las valoraciones se ajustan ante la situación económica. Un estudio de PwC revela que los compradores obtienen mayores retornos en periodos de recesión y muestra cómo las operaciones que se realizan en esos momentos pueden lograr crecimientos extraordinarios siempre y cuando la estructura de adquisición e integración sean óptimas para las partes y suceden con éxito.

El segmento mid-small está compuesto por empresas desde 3 millones a 40 millones de facturación con ebitda desde 1 millón de euros hasta 3-4 millones de euros y su atractivo radica en que España presenta un sinfín de oportunidades para inversores, ya que la falta de relevo generacional es clara en toda la geografía y sectores, creando un ecosistema donde los fondos de capital privado pueden utilizar su experiencia para optimizar procesos de las empresas más familiares, mejorar sus equipos comerciales e incrementar el valor del tejido productivo de nuestro país. Adicionalmente, se pueden encontrar empresas que ningún otro inversor está mirando, reduciendo así la competencia que se suele ver en los procesos de grandes operaciones y, en consecuencia, materializar operaciones con precios más realistas a nivel individual o comprando diferentes targets en un mismo sector y fusionarlos (denominadas operaciones rollup).

Todo ello hace prever que para el 2023 va a continuar con el auge de las operaciones de consolidación entre las pymes españolas, donde hay un elevado interés por inversores de todo el mundo. Además, muchos de los grandes fondos de capital privado ya tienen las piezas angulares, las empresas desde las cuales plantean estrategias de crecimiento inorgánico para multiplicar su valor, y se encuentran en búsqueda activa de empresas complementarias de tamaño más pequeño aprovechando el atractivo del mercado que hemos mencionado antes.

Según el informe que publica cada año la asociación Invest Europe, que representa al capital privado de Europa, anualmente el 50% de las operaciones que se cierran tienen un valor inferior a 15 millones de euros y a esto se le suma la situación económica actual donde se anticipa que algunas pymes con el fin de muchas de las ayudas con las que contaban hasta ahora, comienzan a plantearse la entrada del capital privado que les permita salvar sus negocios. No solo sigue habiendo apetito inversor, sino que las empresas están ahora más familiarizadas con los beneficios de contar con socios profesionales que les ayuden a maximizar su valor.

Otro de los balones de oxígeno para las pymes ha sido la aprobación hace unas semanas de la nueva ley concursal, gracias a la cual se han facilitado este tipo de operaciones, siempre y cuando se trate de salvar a empresas viables que no tengan capacidad para afrontar sus deudas. Bien sea a través de un plan de reestructuración que prevea la venta de partes, o incluso de la totalidad de la empresa, los llamados planes liquidativos, ya que ambas opciones pueden resultar atractivas para las pymes en función de su situación. Con la nueva Ley muchas empresas familiares podrán aprovechar el momento de incertidumbre en su beneficio y generar de nuevo liquidez suficiente para afrontar este incierto escenario y salir reforzadas de él, asegurando su continuidad y supervivencia empresarial en el medio y el largo plazo. Ahora no es el momento de quedarse de brazos cruzados.

Por el contrario, es el momento de que los empresarios e inversores actúen de forma audaz y preparen el terreno para los próximos años, consiguiendo los objetivos más importantes para su negocio o cartera, y utilizando la actividad de M&A para buscar oportunidades que puedan generar valor en una economía cada vez más desafiante.