El comprador con financiación gana la partida: ‘más vale pájaro en mano que ciento volando’

Esta nueva crisis ha llegado en uno de los mejores momentos para el private equity en España, tras varios años de cifras récord de inversión y niveles históricamente elevados de liquidez gracias al cierre de fundraising exitosos. Aunque el sector ha podido enfrentar el entorno convulso en la mejor situación posible, como era de esperar, no está siendo inmune a su impacto. Los nubarrones que enturbian el escenario macroeconómico y el encarecimiento de la deuda obligan a ser más cautelosos.

El escenario de incertidumbre y endurecimiento de la política monetaria anticipan una posible caída de la actividad transaccional. La alegría con la que arrancó el 2022 ha dado paso a un clima de prudencia hasta que se despejen los nubarrones. Aunque muchos fondos cuentan con una gran liquidez para invertir, financiar las grandes operaciones se complica y, sobre todo, se encarece. Aunque cada proceso es diferente, - dependiendo de la calidad del activo, el apetito del mercado y el impacto de las circunstancias macroeconómicas-, en general, el elevado precio de la deuda que los bancos exigen para apalancar las inversiones impone un necesario ajuste de precios y valoraciones para que puedan ♥’salir los números’ y alcanzar los retornos esperados en las operaciones.

En las pujas sobre buenos activos ya no todo es precio: la certidumbre de ejecución marca la diferencia. Frente a las subastas masivas, los vendedores están optando más por procesos restringidos y negociaciones bilaterales donde la certidumbre de cierre de la transacción tiene una importancia sobresaliente incluso sobre la maximización de precio.

Si un potencial comprador se acerca con un paquete de financiación bien armado tiene muchas opciones de llevarse ‘el gato al agua’. En las operaciones por encima de los 200 millones de euros se ven situaciones cada vez más complejas de financiar y es muy posible que vendedores con buenos activos prefieran un comprador serio, con certidumbre de cierre, a continuar adelante en una subasta sobre un hipotético precio superior, en vista de los elevados costes destinados a los procesos.