Oryon, el ‘business angel’ con rostro de fondo que apuesta por la coinversión

La gestora cuenta con cuatro vehículos en los que invierte entre 15.000 y dos millones de euros. Las principales diferencias entre ellos están en las fases de las ‘startups’. Metriczon se centra en las fases más tempranas mientras que Oryon Impact Ventures se encarga de las más grandes.

Oryon Universal nació hace ya cuatro años con un objetivo muy claro, acompañar a las startups de base tecnológica aportándoles smart capital en sus fases más incipientes. Desde entonces ha lanzado cuatro fondos diferentes: Metriczon, Oryon Revolución, Oryon Impact Ventures y Oryon Global Ventures.

Desde su nacimiento ha invertido en más de 20 startups, con una valoración de entre medio millón y dos millones de euros. Pese a que cada fondo tiene sus propias particularidades, también tienen cosas en común. Las inversiones permiten a Oryon Universal aflorar en el capital de las compañías con participaciones que oscilan varían entre el 5% y el 20% del accionariado. Pero, ¿en qué se diferencia cada uno?

Metriczon invierte tickets desde 15.000 euros hasta 50.000 en etapas muy tempranas y proyectos más iniciales. “Se guía principalmente en talento”, explica a elEconomista.es Victor Giné, consejero delegado y fundador de Oryon Universal. “Busca ayudar a los emprendedores a los que les cuesta encontrar inversión”, añade.

En lo que respecta al fondo Oryon Revolución invierte tickets que van desde los 50.000 euros hasta los 500.000, este está enfocado en proyectos más maduros (seed growth). En este segundo vehículo puede haber compañías en las que ha invertido Metriczon en el pasado. “En estos proyectos las ventas o usuarios son las principales métricas”, apunta.

Oryon Global Ventures es el vehículo desde el que la compañía hace las inversiones más grandes, de hecho, invierte tickets de hasta dos millones de euros. “Las inversiones gordas e importantes las hacemos desde aquí. Dos millones de euros tampoco es una gran inversión, pero lo que buscamos es arrastrar a otras ventures”, destaca.

Por último, está Oryon Impact Ventures, el vehículo más nuevo. Está muy focalizado en temáticas de sostenibilidad que tengan un impacto positivo en la sociedad. Su tesis de inversión es buscar etapas seed y growht.

Para que las compañías estén bajo el radar de Oryon deben cumplir una serie de requisitos. Por ejemplo, están descartadas todas aquellas que se dediquen a la biotecnología porque “es un tema a largo plazo”. “La verdad que nos fijamos más en la persona y el equipo que tiene. Al final en etapas tempranas, que no hay una métrica para poder invertir, miramos mucho que sea persona sea capaz de ejecutar el proyecto. Después de la persona miramos mucho el nicho de mercado y que valor añadido aporta”, explica el CEO de la compañía.

La manera de invertir de Oryon dista un poco de la habitual en el sector del capital privado. La gran mayoría de los fondos de inversión suelen estar una media de cinco años dentro de las compañías hasta que realizan las desinversiones, sin embargo, en este caso los periodos son mucho más cortos.

“Tenemos una tesis de inversión de dos años y tres de desinversión. Es más corta que la de un fondo tradicional, pero es que hoy en día, sobre todo en el mercado secundario, los inversores quieren cosas más a medio plazo”, relata Giné. Sobre la rentabilidad, de media se aproxima al 25%. “Puede ser superior pero intentaremos que no sea inferior”, apunta.

Apuesta por la coinversión

Una de las claves de Oryon es la coinversión. “Buscamos que otros inversores coinviertan con nosotros. Siempre tratamos de compartir proyectos dentro de nuestra comunidad con el objetivo de tener un feedback de terceros”, explica Giné.

Desde Oryon destacan que su comunidad de inversores no tiene porque ser necesariamente inversores de sus vehículos. “Fomentamos mucho la coninversión. Nos gusta hacer un ticket alto y luego arrastrar a otros inversores que quieran coinvertir para ayudar al emprendedor a levantar toda la ronda”, detalla.

Se entiende por coinversión cuando un inversor en un vehículo de private equity entra directamente en el capital de una compañía acompañando al fondo y cediendo sus derechos políticos a la gestora. Se trata de una práctica que ha ido ganando peso en los últimos años.

“Nosotros hemos acabado invirtiendo con gente que se puede entender como nuestra competencia, depende de como lo mires. Siempre nos posicionamos con una filosofía de business angels, pero con rostro de fondo. Tenemos una ideología de inversión muy alineada al business angels, pero más grande”, explica.