El rol protagonista de las ‘ciencias de la vida’ y sus retornos globales del 25%

Desde el inicio de la pandemia, la sociedad ha aumentado su interés por diversos temas relacionados con la salud. Por ejemplo, desde la forma en cómo se desarrolla y aprueba una vacuna, a cómo funciona el sistema hospitalario o la diferencia entre una PCR y una prueba de antígenos. Al mismo tiempo han “aparecido” compañías como Moderna, Janssen o incluso Astrazeneca, que hasta el momento eran para muchos desconocidas. En definitiva, ha existido un crecimiento exponencial en el interés y una mayor concienciación de la relevancia de la industria sanitaria y farmacéutica para el desarrollo y evolución sostenible de la humanidad. Como resultado de la crisis generada por el Covid-19, gran parte del dinero invertido este último año procede excepcionalmente de órganos públicos, pero la realidad es que durante los últimos años el sector de ciencias de la vida ya era un asset class fundamental en las carteras de las gestoras financieras. Por una parte, este mayor volumen de inversión se puede explicar por factores propios demográficos como el envejecimiento de la población o el aumento de la esperanza de vida. Adicionalmente, los niveles de inversión también se explican por la creciente delegación de la industria farmacéutica en empresas biotecnológicas para el desarrollo de nuevas moléculas y terapias para el tratamiento de enfermedades.

La realidad es que los inversores especializados en el sector de biotech -principalmente fondos de Venture Capital junto a farmacéuticas-, han conseguido excelentes retornos de manera bastante consistente durante los últimos años. Así lo refleja por ejemplo el estudio realizado por el Fondo Europeo de Inversiones (FEI) de toda su cartera de empresas privadas, donde el múltiplo de retorno obtenido sobre la inversión es de casi 2 veces superior al sector digital. En términos de TIR, para la misma cartera y en un periodo de diez años, se obtuvo un 14,4%. Si se reduce el periodo observado a cinco años, la TIR se sitúa cerca del 20%. Adicionalmente, según Cambridge Associates, los datos de rentabilidad del sector Ciencias de la Vida para las inversiones del Venture Capital en EEUU han ido incrementándose, pasando de una rentabilidad media del 15% en la década de los 2000, a una rentabilidad media del 50% entre el año 2010 y 2020.

Globalmente, la inversión por parte del Venture Capital en startups de ciencias de la vida ha batido récords, con 79 billones de dólares invertidos en lo que llevamos de año 2021. Para poner en contexto este número, en 2010, el monto total invertido no alcanzaba los 10 billones de dólares.

Por otro lado, solo en el año 2021 se han convertido en unicornios (empresas con más de 1 billón de dálares en valoración) 61 compañías del sector de salud y 23 de biotecnología. Desde el año 2000 hasta la fecha, solamente 179 empresas del sector salud y 166 de biotech habían alcanzado este umbral. Otro dato destacable es la cantidad de dinero levantado para una IPO. En 2020, las compañías de Biotech consiguieron cerca de 34 billones de euros, un 185% más en comparación al año 2019 donde levantaron cerca de 12 billones de euros. En paralelo, las empresas que realizaron IPOs tuvieron una valoración media pre-money +47% superior al 2019 y beneficios un +135% mayores. En cuanto a las transacciones de M&A, los volúmenes se han mantenido en los últimos años alrededor de los 200 billones de dólares. Estas mismas tendencias alcistas también se han ido observando en España en el sector de las ciencias de la vida. La industria biotecnológica y farmacéutica españolas han ido creciendo juntas. A lo largo de los últimos años en términos de inversión y especialización hasta consolidarse como un sector competitivo a nivel europeo y global. En la última década muchas empresas extranjeras se han acercado y establecido en España debido a la gran innovación en el sector sanitario y el potencial que existe en mercado, siendo, por ejemplo, más del 50% de las empresas farmacéuticas extranjeras.

Los últimos datos disponibles muestran que el sector de ciencias de la vida representa cerca del 4% del total de PIB español. Según cifras del ICEX, España es la 12ª potencia mundial y la 5ª europea en producción científica. El sector farmacéutico da empleo a más de 40.000 personas y más de 400 compañías. Mientras que, para el sector biotecnológico, hay más de 800 empresas en España dedicadas exclusivamente a este sector y se estima que dan trabajo de manera indirecta a cerca de 120.000 personas. Cataluña, Madrid y Andalucía son las regiones donde se desarrolla e impulsa más este tipo de actividades. En cuanto a las inversiones, durante el año 2021 el mercado sanitario y biotecnológico fueron el cuarto sector en atraer un mayor volumen de inversiones de transacciones del Venture Capital. Según datos de Pitchbook, en España durante los diez años antes al 2018 se invertía de medía entre 40 y 60 millones de euros al año. En 2019 (pre-COVID) y 2020 el sector BioTech atrajo inversiones por cerca de 130 y 170 millones de euros respectivamente, un incremento substancial comparado con los años anteriores y que muestra el creciente atractivo del sector. Para el año 2021 y a la espera de algunas transacciones que han tenido lugar durante el último trimestre, ya se han alcanzado los 160 millones de euros. La pandemia ha fortalecido el sector de las ciencias de la vida, convirtiéndolo hoy en día en uno de los motores económico y sociales clave e indispensables para nuestra sociedad. Ha permitido el avance y desarrollo en áreas ya establecidas y ha impulsado otras nuevas, como la salud digital. Adicionalmente, se está llevando a cabo una optimización de los procesos que harán aún más rentable el sector y suficiente potencial para llevar la innovación en este sector al siguiente nivel -por ejemplo, con el uso de la inteligencia artificial y machine learning para el desarrollo de nuevas moléculas-. Por todo esto, el sector de ciencias de la vida se ha convertido en un sector fundamental en la inversión privada, ya que ha probado ser capaz de movilizar importantes volúmenes de inversión, proporcionar altos y consistentes retornos a los inversores y, a la vez, ayudar a la sociedad generando un mayor acceso y calidad para tratamientos y terapias.