Altamar capta 1.000 millones con su fondo de coinversiones

La gestora lanzará el quinto vehículo de esta tipología de 1.500 millones este mismo año ante el elevado apetito y el volumen de operaciones. Un 50% del fondo son LPs nacionales. De momento, ya ha realizado tres inversiones en España

El mercado secundario, nacido para ofrecer a los inversores institucionales cierto movimiento o dinamismo en sus carteras de private equity, sigue avanzando y marcando nuevos hitos. Altamar CAM Partners, la gestora global de activos alternativos, ha alcanzado la cifra récord de 1.025 millones de euros con su cuarto fondo de secundarios, llamado ACP Secondaries 4, y cuyo tamaño objetivo previsto era de 750 millones. Según ha confirmado Jose Luis Molina, CEO Global de Altamar CAM y cofundador de la firma a elEconomista, “más de la mitad de su base inversora son institucionales españoles, principalmente compañías de seguros, fondos de pensiones, así como family offices y bancas privadas nacionales”.

La elevada demanda final de inversores europeos y de Latinoamérica ha situado el vehículo en su tamaño máximo posible previsto. ACP S4 es el cuarto fondo enfocado en la inversión en activos secundarios lanzado por Altamar, que ha completado y aprobado más de 50 inversiones con un capital comprometido de más de 650 millones de euros. Dado este elevado apetito y volumen de operaciones, el equipo lanzará el quinto fondo de inversión en secundarios a lo largo de este mismo año con un tamaño objetivo próximo a los 1.500 millones de euros. La inversión en el mercado secundario consiste en la compra de la posición de un inversor en un fondo ya existente y constituye una estrategia complementaria a la inversión directa, generando retornos muy atractivos. En realidad, es una herramienta más de gestión de cartera para ofrecer liquidez a los partícipes manteniendo la gestión y/o para renovar o reemplazar la base de inversores.

En este sentido, Jose Luis Molina, CEO Global de Altamar CAM y cofundador de la firma, ha destacado que “su principal atractivo consiste en que permite llevar a cabo una construcción de cartera más rápida, obtener una mayor visibilidad sobre las empresas subyacentes, y sobre todo, ayuda a mitigar el efecto de la famosa “Curva-J” gracias a la reducción de los plazos medios de inversión. Sin embargo, acceder a este mercado no es fácil, requiere contar con una determinada experiencia de inversión, así como una adecuada posición competitiva que permita poder evaluar y completar las transacciones”, añadió Molina.