Cuando no todo es financiación y llega el ‘dinero inteligente’

Fuera del mundo financiero, la visión que impera sobre los fondos de capital riesgo es la de inversores oportunistas o agentes pasivos que actúan como meros financiadores. Las diferentes estrategias que emplean cada uno todavía son muy desconocidas por gran parte de la población, que piensa que las gestoras sólo trabajan para enriquecerse dejando atrás cualquier otro criterio. Efectivamente, los fondos –como cualquier otra empresa– tienen como objetivo ganar dinero, pero la creciente apuesta por las inversiones sostenibles y la introducción sine qua non de los criterios ESG hace que esta percepción diste mucho de la realidad. Sin embargo, la opacidad en la que se ha movido tradicionalmente el sector del capital riesgo, no ha ayudado a que esto cambie. En este contexto, muchos fondos se llevan después las manos a la cabeza cuando realizan una inversión en una compañía conocida y se encuentran de pronto en una vorágine mediática complicada de gestionar sin haber querido dar el paso previo de la educación financiera.

De ser unos desconocidos para la mayor parte de la población, los fondos han pasado a colarse en el accionariado de famosas compañías españolas: desde marcas de alimentación a empresas energéticas de renombre, pasando por cadenas de restauración o centros educativos. A prácticamente todos los sectores económicos españoles han destinado recursos este perfil de inversores, con mayor o menor éxito. Han ayudado a que las compañías españolas pierdan el miedo a diversificar su tradicional dependencia a la financiación bancaria. Más allá de la visión oportunista, estos inversores realizan en muchas ocasiones una gran labor de profesionalización de las empresas en las que invierten: ofreciendo alternativas para la optimización de costes, introduciendo aspectos de gobierno corporativo en los que una compañía familiar no había caído hasta su llegada, ayudándoles a dar el salto a otras geografías y crecer así en nuevos mercados aprendiendo la importancia de diversificar sus ventas. Y, sobre todo, creando compañías de un tamaño considerablemente mayor que a su vez se convierten en mayores generadoras de empleo y riqueza para la sociedad.

En un momento en el que la incertidumbre ha pasado a convertirse en la palabra de moda en todos los negocios, la ayuda de los fondos puede ser de vital importancia en determinados sectores que se encuentran inmersos en plena revolución. No solo a nivel de transformación digital, sino también a la hora de acompañar a sus clientes hacia lo que demanda la sociedad. Un presente cambiante que marcará el futuro y en el que casi todas las compañías españolas –desde las grandes multinacionales hasta las pequeñas empresas– tendrán que hacer frente a la transformación disruptiva que se consolidará en los próximos años. Por eso, contar con el ‘dinero inteligente’ de los fondos, puede cambiar por completo el futuro de una empresa.