Ya puede invertir 100.000 euros en ‘El Dorado’ de los fondos

Los inversores esperan la rebaja del Gobierno en los fondos de capital riesgo para poder acceder a unos productos que hasta ahora están reservados a patrimonios elevados.

Invertir en activos de capital privado era algo que hasta ahora solo se podían permitir los grandes patrimonios. Los elevados importes solicitados, entre tres y cinco millones de euros como mínimo, para poder acceder a este tipo de proyectos filtraban la entrada únicamente a family offices e inversores institucionales. Los fondos de fondos comercializados a través de la banca privada facilitaron que inversores con importes menores pudieran también acceder, reduciendo el riesgo de selección y diversificación. Por 100.000 euros tenían acceso a activos no cotizados, con la condición de tener el patrimonio invertido durante un plazo que no suele ser inferior a los cinco años y puede llegar a diez, a cambio de una revalorización que se sitúa entre el 10% y el 12%. Una iliquidez bien remunerada, si no se necesita el dinero en el plazo que dura la inversión.

Ahora, si prospera el anteproyecto de ley que está preparando el Ministerio de Economía como se ha filtrado, la inversión mínima bajaría hasta los 10.000 euros, lo que supondría poder comercializar este tipo de productos no cotizados, que incluye private equity, deuda privada, infraestructuras o inmobiliario, entre inversores, sobre todo conservadores, que han visto como la pertinaz sequía de rentabilidad en los activos tradicionales de renta fija ha dejado mermadas sus expectativas de revalorización a largo plazo. Se igualaría de esta forma la inversión mínima con la de los fondos de gestión alternativa.

Probablemente será necesario cumplir una serie de requisitos, como que el patrimonio invertido en capital riesgo no supere determinado porcentaje de la cartera financiera, además de pasar un test de idoneidad. Podrían beber de esta forma lo que es considerado el cava de la inversión a un precio muy asequible, para lo que ha venido siendo por el momento el estándar en la industria. Las cifras de Ascri, la asociación del sector, reflejan el auge que está experimentando el private equity en España, tanto en operaciones como en clientes interesados. Las estimaciones del primer semestre de 2021 muestran que el dinero captado para este tipo de proyectos por inversores nacionales privados alcanzó la cifra de 693 millones de euros.

Aumenta la oferta de productos

En el último año ha crecido la oferta de productos, y la entrada de dinero demuestra igualmente el interés de los inversores. Luis Ussia, consejero delegado de Mutuactivos, explica que han comercializado hasta el momento dos fondos de capital riesgo de la firma MCH Investment Strategies: MCH Global Alternative Strategies FCR y MCH Global Real Asset Strategies FCR, que llevan captados 30 millones de euros desde octubre del año pasado. En Bestinver Infra, el fondo de infraestructuras de la gestora de Acciona, ha conseguido ya la mitad de los 300 millones que se han planteado como volumen patrimonial, por lo que planean cerrarlo durante el próximo año. Incluso un fondo de capital riesgo más atípico como el Dunas Aviation, de la firma Dunas Capital, dedicado al leasing de aeronaves a importantes compañías aeronáuticas internacionales, está pendiente de realizar una última operación que completaría la inversión prevista de 120 millones de euros. De hecho, no descartan ampliarla en otros 20 o 30 millones antes de cerrar el producto de forma definitiva.

Una gestora de perfil tan patrimonialista como Gesconsult también se ha adentrado en el mundo del capital privado con el lanzamiento de Balian Private Equity, un fondo de fondos que tendrá su foco de inversión en operaciones de growth y buy out de pymes europeas no cotizadas, priorizando aquellos sectores de mayor estabilidad, de países como Alemania, Bélgica, Dinamarca, Finlandia, Francia, Holanda, Italia, Luxemburgo, Noruega, Reino Unido, Suecia o Suiza.

En Abante también cuentan con varios productos. Abante Private Equity, con un tamaño de 83 millones de euros, tiene a Altamar Private Equity como asesor de inversiones, mientras que Mapfre Infraestructuras FCR, con un volumen de 323 millones de euros, permite participar en varias de las principales inversiones en infraestructuras globales, de la mano de Macquarie Infrastructure and Real Assets, un gigante del sector. Su último fondo es Neuberger Berman Select Private Equity FCR, actualmente en proceso de captación de capital, que incluye en su folleto la posibilidad de operar a través de cuentas ómnibus.

En Mutua también tienen previsto lanzar en noviembre un nuevo fondo de capital riesgo, llamado Embarcadero Pantheon Co-inversión Global FCR, gestionado por la firma Embarcadero Private Equity, y cuyo asesor de inversiones es la gestora internacional Pantheon Ventures. El objetivo de este fondo es construir una cartera diversificada y global de private equity a través de coinversiones con otras gestoras. Se trata de un fondo cerrado con un horizonte temporal de inversión de 8 años. En BBVA han lanzado un fondo de fondos de deuda privada, que cuenta con hasta 12 fondos subyacentes con un mayor peso en Europa, lo que significa estar expuesto a los títulos sénior de unas 300 compañías, los primeros con derecho a cobro en caso de algún evento y que suelen estar respaldados por activos reales.

Beka & Bolschare Iberian Agribusiness Fund, es la apuesta del grupo Beka Finance, que busca diferenciarse de la competencia con un producto diferente, al tener como estrategia la inversión sostenible en plantaciones agrícolas de almendros, olivos, aguacates y avellana a lo largo de España y Portugal Cuenta con el exministro del PP Miguel Arias Cañete y espera alcanzar un volumen de 300 millones de euros. Aquí la inversión mínima es de 150.000 euros, con una comisión de gestión desde el 1,25% aunque la rentabilidad estimada puede llegar al 13% en un plazo de inversión de 10 años. Este fondo tiene la peculiaridad de ser de los pocos de capital riesgo que cuenta con el sello de sostenibilidad según la directiva europea, una etiqueta que también tendrá Dunas Absolute Impact, el próximo producto de Dunas, que tendrá un tamaño de hasta 50 millones.

¿Un producto comprensible?

¿Hasta qué punto el inversor tradicional está preparado para comprender las características de los productos de capital riesgo, aunque rebajen la inversión mínima a 10.000 euros? En Caixabank, la mayor gestora española por volumen de activos bajo gestión, explican que están en disposición de conseguir entre 400 y 600 millones anuales de compromisos en productos de este tipo, gracias al auge que vive la inversión alternativa. “Se tiende a simplificar el concepto pero en realidad debajo de este paraguas subyacen clases de activos muy diferentes cuyo retorno puede ir desde niveles del 8% hasta cerca del 20%, a la par que su nivel de riesgo puede diferir mucho si comparamos, en los extremos, un fondo de infraestructuras con uno de venture capital”, señalan.

Ricardo Miró-Quesada, socio y responsable de private equity de Arcano Partners, una de las firmas más prestigiosas en este segmento, asegura que el apetito por los activos alternativos, en general, lleva varios años en aumento. “Desde que empezamos en 2006 hemos captado y asesorado más de 7.000 millones en activos alternativos, aproximadamente la mitad de ellos de inversores españoles. Empezamos con fondos de fondos que invertían en el mercado primario, pero con un plazo quizás demasiado largo para los clientes no institucionales, por lo que en 2009 empezamos a incorporar transacciones de secundarios en las carteras, que acortó tanto plazos de inversión como de recuperación del dinero, muy bien recibido por los inversores más pequeños en particular. En los fondos puros de secundarios la vida total es de 8 años pero el dinero se desembolsa más rápido, aproximadamente dos años, y se recupera en 3-4 años, con una rentabilidad media históricamente en nuestro caso de más del 15% de TIR”, subraya Miró-Quesada.

Para Aquilino Peña, presidente de Ascri, a falta de conocer el borrador definitivo del anteproyecto de ley, la rebaja de la inversión mínima podría ayudar a democratizar el acceso a la inversión en capital privado, “un tipo de activo que ha demostrado ser parte de la solución a la situación actual”, apunta

Las entidades aplauden en general esta democratización de la inversión, siempre que se cumplan determinados requisitos en su comercialización, pero los asesores patrimoniales recelan de que los inversores sean conscientes de la iliquidez que conllevan estos productos. José Luis Segimón, director de inversiones en Mercados Privados de BBVA AM, explica que la diversificación de la cartera siempre será beneficiosa, tanto en fuentes de ingresos como en riesgos. “Los activos ílíquidos cumplen su papel en la cartera, ni mejor ni peor, siempre que se cuente con un asesoramiento riguroso”, añade.

En Beka estiman que esta reducción de los mínimos de inversión es “una gran noticia”. “Para los inversores porque mejora la democratización de una clase de activos que hasta la fecha estaba restringida a grandes patrimonios y, por otro lado, para las gestoras, pues se les abre la posibilidad de acceder a una masa de ahorradores muy relevante, pese a que suponga un reto apasionante desde un punto de vista operativo y educacional”, señalan en la firma. Podría tener más sentido facilitar el acceso al ahorrador español minorista a fondos internacionales.

Eduardo Martín, director de productos y desarrollo de negocio de Andbank España, explica que esta rebaja significará mayores mecanismos de control y distribución por parte de las entidades financieras, para discriminar quiénes son los clientes más adecuados en función de su perfil de riesgo. “Son productos complejos y presentan el riesgo de la iliquidez, porque exigen el compromiso de estar invertido durante 5, 7 o 10 años. Si ya era complicado comercializarlos con el umbral de 100.000 euros, ahora habrá que redoblar el esfuerzo para asegurarse de que el inversor comprende todas las características de estos fondos”, señala Martín, quien subraya que algunos fondos de capital riesgo podrían, no obstante, elevar ese umbral de 10.000 euros para seleccionar mejor a sus potenciales clientes.

Rafael Soldevilla, director de productos y servicios de A&G, considera positivo que se facilite el acceso a los fondos de capital riesgo, pero “nos preguntamos si un ahorrador que vaya a invertir 10.000 euros va a poder dedicar el tiempo y esfuerzo necesarios para tomar una decisión de inversión en un fondo en el que no va a poder obtener liquidez en periodos de entre 8 y 10 años”. En su opinión, podría tener más sentido facilitar el acceso al ahorrador español minorista a fondos internacionales con políticas de inversión muy similares a fondos de capital riesgo españoles. “¿Tiene sentido que un fondo de capital riesgo internacional solo sea distribuible en España a inversores profesionales mientras que un fondo español se pueda distribuir a inversores minoristas con el simple requisito de que la inversión sea superior a 100.000 euros? En nuestra opinión, carece de sentido y estamos privando al inversor español no profesional de tener acceso a fondos internacionales, lo que supone una restricción al movimiento de capitales en un mundo cada día mas global”, subraya.