Invertir en ‘startups’ españolas, invertir en el talento español
El primer cuatrimestre de este 2021 está siendo apasionante para el ecosistema emprendedor español. Iniciativas gubernamentales, operaciones, movimientos y altas cifras han trazado unos meses especialmente dinámicos para las startups españolas. Las más de 7.000 startups del país cuentan desde principio de año con la Oficina del Alto Comisionado Para España Nación Emprendedora. Esta ha sido creada por el Gobierno español con el objetivo de transformar el modelo económico, social y medioambiental del ecosistema emprendedor del territorio a través de la iniciativa #EspañaNaciónEmprendedora. Una estrategia que culminará en 2030 y que busca posicionarlas al mismo nivel que las de los ecosistemas europeos. Para lograrlo, entre otras acciones, se está estudiando de nuevo el anteproyecto de la Ley de Startups, cuya finalidad es reconocer la especificidad de las empresas emergentes, facilitar la tramitación administrativa, retener y atraer el talento..., y diversas metas más.
La inversión superior a 1,7 millones de euros en las startups españolas en lo que llevamos de año significa una apuesta clara por el ecosistema, que cada vez está más maduro y aporta más confianza a los inversores. En este sentido, muchos opinan que la labor del inversor en Venture Capital tiene un ángulo exclusivamente financiero (análisis del business plan, de cálculo de múltiplos, etc.). Sin embargo, puesto que las empresas las fundamos y desarrollamos personas, el factor equipo es clave y el valor del talento es incuestionable. Me refiero al equipo fundador y en especial al CEO de la empresa.
En nuestro caso, dedicamos mucho tiempo a evaluar y debatir la calidad de la preparación de los profesionales que integran una startup, su capacidad de trabajar de forma conjunta y pasar por las distintas fases del proyecto, su habilidad para solucionar problemas, su potencial innovador y su resiliencia. La experiencia nos demuestra que solamente los equipos integrados por profesionales cualificados y con soft skills son capaces de lograr éxitos importantes.
Dentro del equipo, el CEO suele ser la figura más relevante. Tiene que tener la capacidad de definir con exactitud el propósito de la empresa, de establecer la estrategia a corto y la visión a largo plazo, la capacidad de atraer inversores y talento al proyecto. Eduardo Vilar es un gran ejemplo de CEO que cumple con todas estas características. Ser el fundador supone una gran responsabilidad y ha sabido llevar esa mochila con gran soltura, con gran capacidad de ejecución rodeado de un gran equipo. Eduardo fundó Returnly en octubre de 2014 con el objetivo de ayudar a pequeños e-commerce a gestionar las devoluciones de sus clientes. La empresa empezó ofreciendo como software as a service un módulo de sencilla integración en cualquier página de venta online para facilitar las devoluciones. En poco tiempo se convirtió en un recurso extremadamente útil para marcas pequeñas que no tienen la capacidad de desarrollar un sistema de devoluciones propio.
Al trabajar en contacto con los clientes y las tiendas, el equipo de Returnly se dio cuenta de que, al devolver el dinero, lo habitual era que el cliente hiciera otra compra similar en la misma tienda. Entonces decidieron cambiar su propuesta de valor y la compañía empezó a devolver el dinero al instante de hacer la devolución. De esta forma, Returnly permite “comprar la mercancía adecuada, antes de devolver la errónea”. ¿El resultado? Una experiencia de compra de primera clase, con una satisfacción del cliente superior al 91%.
Este cambio también se vio directamente reflejado en la cifra de ventas de los e-commerce que usan Returnly. Al disponer del crédito al momento, la gran mayoría de los usuarios compran otro ítem de la misma tienda, lo que hace que las devoluciones dejen de ser “pérdidas de ventas” y pasen a ser “cambios de ítems”.
El talento de Eduardo y del equipo, su capacidad de ejecución y adaptación en el momento adecuado ayudando tanto a clientes como a e-commerce, impulsó a la compañía a crecer significativamente en los últimos años, llegando a atender a más de 1.800 comerciantes, procesar más de 1 billón de dólares en devoluciones y gestionar más de 8 millones de compradores. Cifras realmente notables.
En verano de 2015 nos reunimos con Eduardo Vilar en San Francisco. Rápidamente ambas partes entendimos que podíamos colaborar e hicimos nuestra primera inversión. En los años siguientes hicimos tres inversiones adicionales que representan un porcentaje significativo del capital de nuestro primer fondo. En 2016 me uní al Consejo de Administración desde donde he trabajado con Eduardo durante los últimos 5 años, transformando poco a poco a Returnly en el proyecto que es hoy en día. La relación de colaboración emprendedor-inversor es ejemplar. Eduardo Vilar es un CEO de gran calidad que ha sabido liderar el crecimiento de la compañía con solidez y ha sabido rodearse de buenos colaboradores y asesores. Me siento muy orgulloso de la dinámica generada en el consejo de la empresa, desde donde creo que hemos sido capaces de aportar valor al equipo.
Uno de los principales retos a los que nos enfrentamos los profesionales del Venture Capital es el de identificar líderes con capacidad de generar grandes oportunidades y transformarlas en auténticos cohetes. Eduardo es un buen ejemplo de líder de ese calibre, orientado a la consecución de resultados, pero también con la humildad necesaria para dejarse asesorar y saber colaborar con los agentes que, como sus inversores, también velan por el crecimiento de la empresa.
La compra de Returnly por parte de Affirm demuestra la validez de nuestro modelo de colaboración con las startups en las que invertimos y a las que apoyamos. Eduardo es un ejemplo de emprendedor español con talento y capacidad de ejecución. Apostemos por los Eduardos del ecosistema de startups español.