España se reafirma como destino clave de la inversión extranjera

En los últimos meses, pese a la pandemia, numerosos fondos internacionales están cerrando adquisiciones en el país, mientras otros analizan oportunidades para invertir

La pandemia no ha frenado la llegada de nuevos inversores de capital riesgo a España, que siguen viendo al mercado nacional como uno de los mejores en el Viejo Continente. Inflexion, Stirling Square, AnaCap, DeA Capital o Bd Capital son alguno de los fondos que han cerrado en los últimos meses nuevas inversiones o que están analizando oportunidades activamente en el país. Diferentes perfiles para la industria del capital riesgo español, que se va recuperando poco a poco del parón en la inversión durante los meses más duros de pandemia. Los expertos consultados apuntan a que, pese a la incertidumbre sobre la evolución del coronavirus y los imprevistos surgidos en la vacunación, nace hace presagiar que el capital privado en España no cierre este ejercicio acercándose a los niveles de inversión récord previos a la pandemia. A cierre del 2019, las empresas nacionales recibieron más de 8.500 millones de euros por parte de estos inversores.

En palabras de José Antonio Sánchez-Dafos, socio del departamento de Mercantil de Latham & Watkins, "es cierto que en el último año se han detectado nuevos fondos que o bien no habían invertido o tanteado inversión en España antes, o bien lo habían hecho ya hace tiempo. La razón fundamental puede residir en el atractivo que han presentado sectores especialmente relevantes como el de infraestructuras, renovables, tecnología o salud, con operaciones de un tamaño razonable. Además, a pesar de la crisis pandémica, España se ha mostrado como un país con un sistema económico y legal suficientemente estable como para ofrecer garantías a los inversores que buscaban activos interesantes a valoraciones que no fueran desorbitadas".

En este sentido, sobre el mayor control a las operaciones corporativas con un inversor extranjero involucrado, los expertos coinciden en que se trata más de una “mera formalidad” y que no está afectando tanto como en el día a día de las transacciones como se pensó en un primer momento. Sánchez-Dafos apunta a elEconomista Capital Privado que dicha normativa “no está teniendo un impacto en el apetito inversor. En la medida que afecta más o menos a todos por igual, y hay regímenes similares en otros países europeos, el régimen de inversión extranjera no dejar de ser una formalidad más que hay que cumplir, al igual que en ocasiones debe ir por la vía de las notificaciones a las autoridades de competencia”.

Sin embargo, hay otro aspecto que sí está generando más dudas entre los inversores. Según diferentes gestores de fondos de capital riesgo en España, los inversores están comenzando a preguntar por la estabilidad política del país. “En los últimos años, los inversores (LP’s) habían dejado de preguntarnos tanto por la estabilidad política en el país. Conseguimos dejar atrás las incertidumbres de años pasados, los problemas en Cataluña y transmitir un mensaje de tranquilidad. Sin embargo, en los últimos meses esas preguntas han vuelto. Las imágenes de los radicales en las calles de una ciudad tan cosmopolita como es Barcelona, han dado la vuelta al mundo. La prensa internacional también se hace eco de las desavenencias entre el Gobierno y no se acaba de entender mucho el porqué de ciertas decisiones en plena pandemia. Es cierto que España sigue siendo un destino muy atractivo para los bolsillos internacionales, pero no hay que olvidar que vivimos en un mundo globalizado y que los inversores buscan buenos retornos, pero también tranquilidad”, añade uno de los directivos de un conocido fondo consultado. “Para nada se ha cerrado el grifo en la captación de recursos, pero en plena pandemia cuesta más, por eso hay que ser muy cuidadoso con la imagen que se transmite de la economía española. Ahora más que nunca tenemos que luchar por hacer país y dejar de hacer ruido que solo consigue enturbiar la imagen que los inversores internacionales tienen sobre España”, añade.

A nivel nacional, es destacable también el esfuerzo que se ha hecho en los últimos años para atraer la inversión extranjera. Con la puesta en marcha de Fond-ICO Global (el programa para proporcionar dinero público a la industria del capital riesgo) en el año 2013, no sólo se ha conseguido movilizar más inversión por parte de gestoras nacionales, sino también de las internacionales. Para resultar vencedor de este programa, el ICO pone como condición que al menos la mitad de los recursos que les proporcionan se inviertan en compañías españolas.

En esta línea, la convocatoria que más inversores extranjeros consiguió atraer fue la de 2018, cuando más de la mitad de los candidatos eran gestoras de capital privado internacionales. Sin embargo, tras las elecciones de 2019 el interés por el programa no volvió a ser igual y el porcentaje de inversores foráneos se situó en el 36%. No obstante, es destacable que pese a la pandemia, el número de gestoras internacionales que se han presentado a la última convocatoria del ICO, resuelta en diciembre de este año, es el tercer mejor registro de los últimos años (sólo superados por los de 2018 y 2019), según los datos proporcionados por el organismo.

Un perfil muy diferente

Fruto de la evolución natural de la industria a nivel europeo, en los últimos años han ido apareciendo en España nuevos inversores con perfiles muy concretos, especializados en determinados nichos de negocio. Una tendencia que en la pandemia se ha incrementado. “Todos queremos diferenciarnos, por tamaños, por estrategias, por geografías o por sectores, es una evolución natural del negocio”, explicaba el mismo directivo. Por ejemplo, AnaCap -especializada en el sector financiero- cerró hace apenas unos meses la compra de GTT, el negocio de gestión de tributos municipales de GED Capital; Taste of Italy II -el fondo de capital riesgo para alimentación de los italianos De Agostini- entró en el accionariado de Alnut, especializada en alimentación vegetal; entre otras.

Sobre esta especialización sectorial, el socio de Mercantil de Latham & Watkins confirma esta tendencia y añade que “ha habido fondos especializados que han centrado su atención en los sectores de infraestructuras, renovables, tecnología o salud, pero de igual manera fondos más generalistas han competido con dichos fondos especializados en sus nichos, lo que denota el interés por acercarse a los activos más deseados”.

Las inversiones oportunistas

Más allá del private equity puro, el coronavirus también ha favorecido la llegada de un perfil diferente: la de los inversores oportunistas. Según Pablo Méndez, Senior Associate de M&A de Allen & Overy, “en base a lo que estamos observando en el mercado, podemos diferenciar dos razones de la llegada de nuevos fondos a España, por una parte, operaciones de reestructuración en sectores en los que la pandemia ha impactado en mayor medida, estamos hablando sobre todo del sector hotelero, hostelería, restauración y ocio, en el que estamos empezando a ver que fondos especializados están participando o impulsando operaciones complejas de restructuración, por ejemplo en operaciones de adquisición de deuda y de loan to own. Por otro lado, estamos viendo nuevos agentes, no solo fondos sino también industriales internacionales, invirtiendo en sectores en los que la pandemia ha impactado en menor medida, es el caso del sector de las energías renovables y el sector tecnológico”.

Respecto al primer punto, el abogado de Allen & Overy, argumenta que “debido a factores estructurales de la economía española sectores con gran peso se han visto impactados de forma más acentuada que en otros países europeos, ello conlleva que se materialicen inversiones de índole más oportunista, pero también conlleva oportunidades. Existe gran recorrido en la economía española en todo lo relativo al desarrollo de avances y capital tecnológico que crearán oportunidades de inversión y ayudarán a mejorar la productividad”.

Por otro lado, es reseñable también que -pese a las primeras previsiones del sector- no ha llegado todavía una avalancha de operaciones protagonizadas por fondos oportunistas. Los expertos achacan esto al balón de oxígeno lanzado por el Gobierno en forma de préstamos avalados por el Estado u otras medidas como los Ertes o el fondo de ayuda a la Solvencia de Empresas Estratégicas.

A la espera de ver cómo evolucionan las compañías españolas en los próximos meses y con la duda de si la nueva moratoria concursal va a crear más situaciones problemáticas que soluciones, habrá que ver cómo este perfil de inversor toma posiciones en los sectores más perjudicados de la economía española, como es el turismo, la restauración y el ocio, entre otros.