¿Aumentará el volumen de deuda impagada?
De nuevo asistimos a una crisis económica, en este caso derivada de una crisis sanitaria, de gran calado e impredecible. Si en las anteriores crisis se generó un alto volumen de activos improductivos, tan solo en la de 2018 se alcanzaron más de 300.000 millones en activos, que suponían el 16% del crédito total, ¿qué sucederá esta vez? Esta crisis sin duda ha afectado a más sectores y de forma más rápida. La economía ha caído en 9 meses más de lo que cayó entre 2008 y 2013, pero también se recuperará antes. ¿Por qué? En esta ocasión nuestros bancos parten de unas ratios de solvencia mejores, y en paralelo las administraciones públicas han reaccionado con rapidez y diligencia ante la situación, poniendo en marcha medidas que han permitido mantener unos niveles mínimos de liquidez. Por otro lado, los activos que garantizan las financiaciones no han perdido valor y partimos de un volumen de endeudamiento de las empresas significativamente inferior (casi un 44% menos que en 2008). Además, el coste de la deuda se sitúa en niveles mínimos históricos y existen expectativas de que distintos sectores retornen a la rentabilidad positiva de su actividad diaria en los próximos meses, en sintonía con el avance de la vacunación.
Con todo, habrá empresas que no sean capaces de recuperarse por el nivel de pérdidas acumulado y otras dónde los bancos no verán oportuno seguir aumentando riesgo, lo que generará oportunidades para que capital extranjero participe de la solución. De lo que no hay duda es que las empresas tendrán que realizar esfuerzos considerables para retomar su actividad y reflexionar sobre su posición competitiva en el mercado, ajustándose al mismo, y a su vez plantear y estructurar el repago de sus deudas conforme a la nueva realidad. En contraste con la anterior crisis, en estos momentos existe mucho capital extranjero con el foco puesto en España. Proviene de inversores con experiencia y que confían en que los sectores más afectados recuperarán su fuerza previa a la pandemia. En este sentido, conocen el mercado, tienen acceso a grandes plataformas (empresas de recuperación) y ya han comprado y gestionan más de 210.000 millones en deuda y activos en España.
Sin embargo, y a diferencia de países como Italia, donde un número significativo de los principales inversores son locales, todavía no hemos visto aún capital español invirtiendo en este tipo de activos nacionales. Además, en los últimos 15 meses, las entidades financieras han concedido más de 180.000 millones en préstamos con garantía pública y moratorias, y los reguladores y supervisores están monitorizando su evolución. Es razonable pensar que una parte de estos préstamos acabe finalmente en situación de impago según explicamos en nuestro último informe, European Debt Sales, pero si se mantiene la actividad actual de operaciones de venta de cartera no necesariamente aumentará de forma significativa la ratio de mora.