El sector vuelve a renacer y afronta con optimismo los próximos meses

Hace un año exacto, el sector del capital privado en España aguantaba la respiración tras los duros meses de pandemia. En aquel momento, cuando comenzaba la temporada estival, aceleró las inversiones que se habían quedado paralizadas por el avance del coronavirus, pero con una marcada incertidumbre. Entonces, los sectores a los que destinar recursos o en los que se atrevían a invertir- se podían contar con los dedos de una mano. A día de hoy, el escenario ha cambiado, pese a que todavía se mantiene cierta incertidumbre. El número de sectores va aumentando progresivamente según se van despejando algunas incógnitas. Pero el apetito inversor por las compañías españolas sigue creciendo a pasos agigantados.

El sector coincide en que las empresas nacionales han hecho muy bien sus deberes y que la gran liquidez existente en el mercado está sirviendo como revulsivo para las operaciones corporativas. Según los datos de la patronal del sector, Ascri, hay más de 4.000 millones de euros de dinero disponible para invertir (dry powder) lo que augura un buen cierre de año. Parece que todos los astros conjuran a favor de la recuperación del sector en España, que en el primer semestre del año ha conseguido movilizar más de 2.000 millones de euros sin contar con las grandes operaciones que todavía no se han completado, como es el caso de Urbaser. Todo hace pensar así que, si la pandemia no se vuelve a descontrolar, los niveles de inversión en el país seguirán creciendo.

Pero en este contexto favorable para el capital privado, es necesario hacer una mención aparte para el ecosistema emprendedor que se está creando en el país. Los datos de la patronal son reveladores: el venture capital ha superado ya en número de inversiones y en dinero captado al private equity puro. Los casos de éxito de las empresas españolas están disparando el apetito de los inversores internacionales, que confían en que se produzca un boom de unicornios nacionales en los próximos cinco años.

A esto hay que añadir también el espaldarazo que están dando desde el Ejecutivo a las startups españolas, unas empresas que han sido habitualmente las grandes olvidadas en términos de financiación pública. Ahora, con la Ley de Startups se quiere fomentar su desarrollo, al igual que con el nuevo fondo Next Tech, con el que se quiere impulsar el desarrollo de estas empresas mediante la colaboración público-privada con 4.000 millones de euros. El propio Sánchez ha sorprendido en su roadshow por Estados Unidos para seducir a los inversores de ese país. Sin embargo, muchas voces expertas consideran que todavía hay que hacer mucho más para que España se convierta en una verdadera cuna de la emprendeduría como otros países. Por el momento, el sector se va de vacaciones con los deberes hechos y con la esperanza de que la antigua normalidad se acerca.