Impacto del Covid-19 en los procesos de ‘due diligence’ financiera

La complejidad y profundidad de los impactos que está provocando la Covid-19 supone un reto a la hora de interpretar la información financiera de las compañías y aportar confianza en su capacidad de generar caja a futuro. En este contexto de mayor incertidumbre para los inversores, tiene especial relevancia el valor añadido que un servicio de due diligence financiera puede aportar a la hora de evaluar la calidad de un activo. Dichos impactos varían en función de los sectores, geografías e incluso de la naturaleza de las empresas, por ello es clave que el equipo de due diligence que presta estos servicios tenga un conocimiento profundo del negocio, disponga de capacidades multidisciplinares y globales y sea capaz de adaptar constantemente el enfoque a cada situación.

Tomando como referencia lo vivido en crisis pasadas, es de esperar que asistamos a transacciones complejas. Tal y como pasó en la última recesión, un porcentaje significativo de grandes corporaciones está esperando a que las valoraciones se estabilicen antes de inclinarse por opciones de crecimiento inorgánico y, hasta que no se inicie cierta proactividad por su parte, veremos más reestructuraciones, escisiones y acuerdos más complejos donde los protagonistas puedan ser los fondos de inversión. La confluencia de estas tendencias probablemente derivará en procesos de negociación arduos y en entornos de mayor riesgo.

Como consecuencia de la pandemia, algunos datos financieros y operativos pueden no reflejar de forma fiel la realidad y por tanto ser difícilmente interpretables. Las cuarentenas, los ERTEs, los créditos ICO, los aplazamientos de alquileres o las mismas reestructuraciones pueden distorsionar significativamente el desempeño real de un negocio. Por ello, es necesario adaptar el enfoque de due diligence financiero para obtener una imagen clara de su actividad antes, durante y después de la Covid-19.

De cara al futuro, los resultados serán más difíciles de predecir en muchos sectores. Algunos de ellos se recuperarán rápidamente, pero, en muchos otros se paralizará o ralentizará la actividad. Algunas empresas pueden encontrarse, como consecuencia de la pandemia, con que su modelo de negocio ha cambiado sensiblemente debido a las restricciones en el mercado y al comportamiento de sus clientes. En estos casos, los equipos de due diligence deberán ser resilientes y valorar el potencial de un activo en un contexto cambiante, con procesos competitivos y plazos de negociación ajustados.

Probablemente los ejercicios de 2020 y 2021 sean una base irreal para proponer ajustes a los resultados, por lo que en este contexto es especialmente relevante analizar las palancas de generación de valor del negocio y las medidas correctivas que se han tomado para mantener o adaptar el modelo de negocio y la calidad de la gestión. Como mencionamos anteriormente, es clave comprender las tendencias del mercado, antes y desde que se inició la pandemia, y si se espera que sus efectos en el negocio sean de carácter temporal o permanente. Para analizar el perfil de recuperación del negocio será vital entender la evolución de sus principales indicadores de rendimiento (KPIs).

En este contexto, los aspectos clave para llevar a cabo una due diligence financiera serían: entender el impacto del Covid-19 en la estructura de costes, que será determinante, sobre todo, si el modelo de negocio está cambiando; evaluar la calidad del proceso presupuestario para minimizar la incertidumbre acerca de las proyecciones, analizar en detalle su desempeño actual (current trading) y la evolución de los principales KPIs (pre y post pandemia). En paralelo, hay que estudiar el comportamiento de la demanda de los clientes a largo plazo, los posibles cambios en su modelo de negocio y tener un mayor conocimiento de su visión estratégica y comercial, aspectos clave para aportar más confianza en los procesos de due diligence.

Por último, y desde una perspectiva optimista, el Covid-19 se está convirtiendo en un factor de aceleración del cambio hacia modelos de negocio más digitales y sostenibles. Cambio que requerirá mayores niveles de inversión a corto plazo, pero que sin duda generarán eficiencias y mejoras cuando la pandemia se convierta en un simple triste recuerdo.