¿Cómo afecta el ‘Brexit’ a los fondos de capital riesgo?

Los expertos creen que puede bajar el valor de los activos británicos, favoreciendo las inversiones, mientras los ‘corporates’ en España se replantean su estrategia allí

A principios de 2021 se hizo realidad el divorcio que lleva fraguándose desde hace más de cuatro años entre Reino Unido y la Unión Europea. Las dos partes alcanzaron un acuerdo comercial a pocos días del 31 de diciembre de 2020, la fecha límite para la salida del Reino Unido del mercado único y la unión aduanera de la UE. En principio, el acuerdo evita la imposición de aranceles, pero en la práctica supone una clara ruptura en la relación económica entre el Reino Unido y la UE. Además, es un acuerdo que deja muchos flecos abiertos en materia financiera.

Desde inicios de año, el centro financiero más grande e importante de Europa no puede vender sus productos libremente a toda la Unión Europea. Las firmas británicas han perdido el llamado “pasaporte” que permite operar en todos los Estados de la unión con normalidad sin requerir autorizaciones en los mismos. Por su parte, los países miembros también necesitan desde el 1 de enero el visto bueno de las autoridades británicas para acceder a su mercado. Lo cierto es que el Acuerdo Comercial y de Cooperación entre la Unión Europea y el Reino Unido no cubre demasiado estos temas. A partir de ahora, ambas partes deberán crear un sistema de equivalencias. En la práctica, y a la larga, esto va a suponer que los fondos de inversión y grandes bancos con sede en Londres se vean obligados a abrir sucursales en diferentes lugares de la Unión Europea y no restar así competencia en esos mercados.

Goldman Sachs, por ejemplo, ha apostado por reforzar los equipos locales de sus oficinas europeas con un progresivo traspaso de cerca de 500 profesionales desde las oficinas de la City londinense, en respuesta a la salida del Reino Unido de la Unión Europea. En el caso de España, el banco capitaneado por Olaf Díaz-Pintado ha duplicado sus equipos locales desde los 30 hasta los 60 profesionales en los últimos meses como parte de esta estrategia. No obstante, de momento las deslocalizaciones siguen siendo marginales y más en medio de la pandemia.

Pero, ¿qué pasa con el M&A?

Reino Unido es el segundo destino, tras EEUU, de la inversión exterior directa de España, con un stock acumulado a cierre de 2018 de 84.647 millones. Son muchas las empresas españolas presentes en el mercado británico, que posiblemente se mantendrán en el país, pero que podrían replantearse sus inversiones. Al mismo tiempo, la depreciación de la libra tendría un impacto negativo en las ganancias de las empresas españolas con filiales en el Reino Unido.

Por su parte, Gran Bretaña también es una fuente importante de Inversión Extranjera Directa para España. De hecho, en términos de inversión acumulada es el principal inversor extranjero en España desde que comenzó la serie histórica en 1993. Su mayor presencia se encuentra fundamentalmente en los sectores de tabaco, telecomunicaciones, servicios financieros y retail.

En cuanto a inversiones outbound desde España, Ignacio Hornedo, socio de M&A de Allen Overy, cree que “aún puede producirse un ajuste de los precios de activos británicos, lo que nos lleva a pensar que pueden incrementarse las operaciones precisamente por el Brexit y el daño que ya está teniendo en su economía doméstica”. Hornedo asegura, en declaraciones a elEconomista Capital Privado, que más que fondos, son los corporates españoles -bancos y utilities especialmente- los que pueden valorar tanto inversiones como desinversiones en el país.

En sentido inverso, con la plena efectividad del Brexit se despeja ya cualquier duda sobre la consideración de cualquier inversor británico como extranjero. “Esto implica definitivamente una desventaja para fondos y otros inversores institucionales, que necesariamente deberán someterse al régimen de inversiones extranjeras (FDI por sus siglas en inglés) en sus adquisiciones, lo que puede ser un elemento determinante en las subastas por activos españoles cuando compitan con inversores que no requieren de autorización”, explica Hornedo.

A pesar de esto, el socio de M&A de Allen & Overy reconoce que su experiencia con el Ministerio en cuanto a la agilidad en la tramitación de estos procedimientos es muy positiva. “Y es posible que algunas gestoras de fondos vuelvan a plantearse movimientos geográficos hacia Europa que les evite esa desventaja”, añade. No obstante, Hornedo no cree que, por culpa del Brexit, la ley inglesa vaya a perder su status preferencial en operaciones transfronterizas y por eso “los despachos globales seguirán prevaleciendo en el sector”.

Estos son algunos cambios que se podrían apreciar en los próximos meses en los procesos de adquisiciones. En los últimos años hemos visto muchas operaciones de este tipo en diferentes sectores. Desde la entrada de la gestora británica de capital riesgo CVC, en el accionariado de la Universidad Alfonso X El Sabio (UAX) en 2019, hasta la compra del 40% de Auxadi -firma de servicios contables- por parte del británico Inflexion este año, pasando por la venta de GTT a AnaCap. Esta última operación se cerró durante el verano por 120 millones de euros.

Y es que son numerosos los fondos británicos de capital riesgo que tienen interés por invertir en España desde hace años. Por ejemplo, uno de las operaciones más famosas del capital riesgo hace un par de años fue la compra del fondo británico BC Partners de Pronovias. De hecho, esta gestora fue una de las vencedoras de la convocatoria del Fond-ICO -el programa de dinero público para el capital riesgo- de 2017, lo que le obligaba a realizar inversiones en compañías españolas.

Unas operaciones que se pueden complicar durante estos meses debido al Brexit y a la salida del mercado único. “Desde Ascri pensamos que el Brexit será un proceso que dificultará en cierta medida las operaciones y el levantamiento de fondos en Europa para aquellas gestoras que estén domiciliadas en Reino Unido”, asegura Oriol Pinya, vicepresidente de Ascri, a esta publicación.