La comunicación, un arma necesaria para el capital privado

Un informe revela cómo la percepción del sector en las redes es mejor en España respecto a los mercados anglosajones, pero la comunidad a la que llega es menor

A medida que el negocio del capital privado en España ha ido ganando tamaño, sus inversiones se han hecho más mediáticas, como ocurre en los grandes mercados anglosajones como Estados Unidos y Reino Unido. El largo camino que tiene el sector por recorrer le ha favorecido en términos de comunicación, ya que siete de cada diez mensajes sobre el sector lanzados en redes sociales son positivos, según revela un informe elaborado por la consultora Llorente y Cuenca.

Unas cifras muy diferentes en comparación con Estados Unidos –donde más del 71,5% de los mensajes analizados destacan por sus connotaciones negativas y el 69,3% de los perfiles se muestran contrarios al private equity– y a Reino Unido –con un 52,9% de los mensajes en tono crítico y un 78,2% de los perfiles que optan por posiciones beligerantes, pero que muestran una mayor polarización–. Sin embargo, la principal diferencia es el alcance del mensaje entre unos países y otros, según el documento de esta consultora denominado “¿Fondos buitre o inversores comprometidos?”.

Estados Unidos y Reino Unido tienen un volumen de conversación mayor sobre el sector en redes sociales respecto al generado en España. Algo que, además de responder al hecho de que son mercados de mayor tamaño, refleja también que ambos países cuentan proporcionalmente con un mayor número de perfiles activos en la conversación (84,3% para EEUU y 13,8% para Reino Unido frente al 1,9% de España).

En el mercado nacional, el grupo está conformado en su mayoría por perfiles técnicos y profesionales del propio sector o muy cercanos a él (por ejemplo, asociaciones sectoriales como Ascri, periodistas económicos que cubren la actividad del capital riesgo o profesionales del propio sector) que se caracteriza por contar con una conversación profesional y de contenido muy técnico.

Esto hace, en muchos casos, que el discurso positivo sobre el capital privado no cale en gran parte de la mayoría de la población. Según la consultora, aunque el volumen de conversación negativo sea menor en España, los perfiles críticos tienen mayor impacto al contar con un mayor nivel de degree (ratio que mide el nivel de relacionamiento / interacción de los perfiles y su impacto en el resto). Entre estos destacan medios, periodistas e incluso políticos o profesionales del ámbito universitario muy escorados ideológicamente hacia la izquierda.

Como ejemplo se encuentran perfiles como el de Jesús Cintora (429.366 seguidores y degree de 780) o Juan Carlos Monedero (592.455 seguidores y degree de 396). Todos ellos con gran ascendencia sobre un público relativamente amplio frente a un bando contrario muy técnico y centrado en su nicho que no cuenta con defensores ‘mediáticos’ tan acérrimos (solo dos perfiles con un degree superior a 200).

La falta de influencia de los perfiles favorables puede conllevar un cambio en el tono de la conversación a largo plazo. Además, el mapa de conversación deja una amenaza abierta y es la posibilidad de evolucionar hacia una situación de crítica mayoritaria. En España se puede ver que entre los dos bandos no hay prácticamente ninguna conversación, pues la conversación discurre de forma paralela y ante públicos totalmente distintos.

En este sentido, desde la consultora destacan que “la labor didáctica del discurso favorable hacia el private equity no cala, mientras los perfiles críticos mantienen una influencia creciente como evidencia el nivel de degree de los perfiles del Top 10”. “Algo que además puede provocar una reducción de la comunidad neutral como ya ocurre, por ejemplo, en Reino Unido, donde es ya inexistente”, señalan desde Llorente y Cuenca.

La importancia del mensaje

En cuanto a los mensajes transmitidos, la mayor parte de las críticas al sector actualmente vienen ligadas al comportamiento de determinadas gestoras respecto a sus compañías en términos sociales y sanitarios. Por todos es conocido, en esta línea, los fuertes ataques de determinados medios hacia el sector por el tema de las residencias de ancianos durante la pandemia, donde la culpa no parecía ser tanta de los poderes públicos, sino de los propietarios de estas compañías. “En la mayoría de los casos se destaca que este tipo de inversión devalúa el nivel de los servicios y, por tanto, es perjudicial para la ciudadanía”, explican en el informe de la consultora.

Otro de los grandes ataques al sector del capital privado gira en torno a la fiscalidad y los préstamos. Sin embargo, esto no ocurre exclusivamente en España. Por ejemplo, en países como Estados Unidos, el propio Gobierno de por aquel entonces Donald Trump excluyó a las compañías participadas por fondos de capital riesgo de las ayudas del Estado por la pandemia, al considerar que estaban excesivamente apalancadas por culpa de estos inversores. Algo que, afortunadamente, no ha ocurrido en España, donde en general el sector ha ayudado a las compañías nacionales ser más ágiles a la hora de conseguir los préstamos avalados por el Instituto de Crédito Oficial (ICO) y tratar de sortear así el impacto de la pandemia del coronavirus durante los meses más duros.

Frente a estos mensajes negativos, los positivos giran en torno a la sostenibilidad de sus inversiones, el buen gobierno (los famosos criterios ESG) y los beneficios que generan a la sociedad este tipo de inversiones. Sin embargo, tal y como señalan desde la consultora, los mensajes a favor del sector no se centran en desmentir o contrastar la veracidad de los mensajes contrarios, “sino que se posicionan de forma genérica en los beneficios que aporta el sector en el crecimiento y la mejora de un país y de sus sectores estratégicos”.

Toda la industria conoce así el informe “Impacto económico y social del capital privado en las operaciones de middle market en España” de la patronal del sector (Ascri), elaborado por el profesor José Martí Pelló, entre 2000 y 2017, el capital privado ha invertido alrededor de 44.000 millones de euros en más de 7.500 empresas impactando positivamente en empleo, facturación y resultado bruto de explotación (ebitda).

En este documento se muestra que, durante estos años, las empresas participadas por fondos crearon 27.000 empleos totales frente a los 2.000 empleos que se destruyeron en las no participadas. El volumen de ventas de las 186 empresas participadas por el capital privado creció a una media del 8 por ciento anual y su ebitda al 7 por ciento anual, frente a la evolución del grupo de control: ventas (0,8 por ciento) y ebitda (-6,4 por ciento). Unos datos que chocan con el discurso negativo que estos fondos esquilman a sus participadas.

En el caso de los mercados anglosajones, es especialmente llamativo la batalla ideológica que hay en Estados Unidos entre los diferentes gobiernos respecto al sector, donde los políticos más escorados hacia la izquierda cargan duramente contra él. “Allí, desde la perspectiva del ciudadano y/o el consumidor, se señala al sector como el protagonista de donaciones corporativas, evasión de impuestos, escándalos financieros e, incluso, se le relaciona con el crimen organizado”, destaca el informe de Llorente y Cuenca.