¿Cómo cerrar las transacciones en la pandemia?

Algunos de los protagonistas de las operaciones corporativas de los últimos meses dan las claves del éxito: videollamadas, buena selección de candidatos y creatividad

La pandemia ha puesto de manifiesto la importancia de la tecnología y la digitalización en todos los aspectos de la vida, también en las operaciones corporativas. Las medidas de confinamiento que se iniciaron en marzo en la mayoría de países del mundo pusieron en jaque muchas costumbres que se llevaban produciendo desde hace años en el proceso de negociación, de due diligence o incluso de cierre de operaciones. Fuentes del sector aseguran que en el momento en el que se inició el confinamiento a mediados de marzo, todos los private equity pararon la maquinaria de inversión y se centraron en hacer gestión de carteras. Superado el shock inicial, los actores han buscado las fórmulas para seguir cerrando operaciones, en muchos casos con complicaciones añadidas ante el cierre de fronteras.

En julio, el grupo danés Skiold compró Rotecna, compañía con sede en Agramunt (Lleida) especializada en la comercialización de productos plásticos para granjas de cerdos. Rotecna tomó la decisión de salir al mercado a principios de año con el fichaje de KPMG como asesor del proceso. Un proceso orquestado para marzo, pero que se tuvo que posponer con el estallido de la pandemia. Después de Semana Santa, a pesar de la situación, la compañía seguía marchando bien y decidieron retomar sus planes. En un momento en el que la movilidad era prácticamente imposible, y más con extranjeros, facilitó la venta que había compradores interesados desde antes de la pandemia. Una operación que se cerró después de muchas conversaciones en remoto, pero para la que también fue fundamental la visita a la fábrica. “Es muy difícil que alguien pueda comprar una compañía industrial sin verla y un vídeo no sustituye eso”, aseguran fuentes de KPMG. Una cuestión que se solventó en esta ocasión con permisos extraordinarios y cumplimientos estrictos de seguridad para poder visitar las fábricas.

Pero esta cuestión de visitar físicamente las compañías es, según fuentes del sector, un requisito exclusivo del sector industrial ya que en compañías de servicios no hay, a priori, esa necesidad. A finales de mayo el fondo EQT cerró la compra de Freepik Company, líder internacional en contenidos visuales digitales, el Google español de las imágenes. Allen & Overy fue el despacho que asesoró a EQT en esta operación y destacan la importancia de las videollamadas en estos meses ya que toda la operación tuvo lugar en el confinamiento excepto el cierre, en el que pudieron ir a la Notaría. “Todo el proceso: due diligence, determinación de la estructura, establecimiento de las sociedades adquirentes, producción de documentos -contrato de compra, acuerdos de accionistas, seguros, cartas, cancelación de garantías, etc.- negociación de los mismos, acuerdo con el seguro de manifestaciones y garantías y la propia firma tuvo lugar de forma remota”, explica Íñigo del Val, socio de M&A de Allen & Overy a elEconomista Capital Privado. Las videollamadas y llamadas fueron innumerables, pero “de forma ordenada, éramos tantos en cada una, que no bastaba con llamar por teléfono, había que convocar webex/teams/zoom con cierta antelación”, asegura Del Val al tiempo que destaca que todo el mundo estaba disponible lo que facilitó la firma en pocas semanas.

Ejemplos que muestran que a pesar de la situación la rueda no se ha parado. Es el caso de GED Capital. Desde que comenzó la pandemia han anunciado dos operaciones relevantes: una inversión y una desinversión. Por un lado, en el área de private equity acordaron la venta de Gestión Tributaria Territorial (GTT) a AnaCap Financial Partners “en un proceso que arrancó antes del confinamiento y en el que pudimos continuar avanzando incluso en los peores meses de mayor restricción a la movilidad gracias a las comunicaciones que nos permitieron las nuevas tecnologías”, explica Enrique Centelles Satrústegui, socio director de GED Capital, en declaraciones a esta publicación. Por otro lado, en el área de venture capital anunciaron su cuarta inversión en la empresa tecnológica Simplecloud, que precisamente ofrece una plataforma basada en la nube para la gestión y creación de contenido digital enfocado a las empresas y cuenta, además, con una de las herramientas más potentes creadas para el teletrabajo. “En este caso, no solo utilizamos la tecnología para cerrar la operación, sino que además decidimos invertir en ella ya que los cambios de paradigma propiciados por la crisis del Covid-19 han hecho que muchas compañías se adapten a los nuevos desafíos mediante la incorporación de plataformas como las que ofrece Simplecloud”, añade Centelles.

Unas operaciones que han cambiado, pero no han cesado gracias a la tecnología algo en lo que también coinciden desde Sherpa Capital. “A pesar de las restricciones a la movilidad y a las reuniones presenciales, la tecnología nos ha permitido seguir con nuestra actividad de forma bastante buena a lo largo de estos últimos meses”, asegura su presidente ejecutivo, Eduardo Navarro. En mayo cerraron la inversión de su fondo de private equity en CityBike, referente europeo en el sector de la micromovilidad. Además, en junio “alcanzamos un cierre final para nuestro tercer vehículo de situaciones especiales, en un proceso de fundraising que llevamos a cabo de forma íntegramente telemática y que tan solo duró unas pocas semanas”, añade. A su juicio, estos ejemplos demuestran que, si bien siempre hay temas que es mejor hablar en persona, cuando existe buena voluntad entre las distintas partes “la tecnología nos permite seguir avanzando con nuestro trabajo a pesar de que las circunstancias actuales sean más complejas de lo habitual.”

Desde KPMG señalan varias conclusiones de estos meses y que sin duda marcarán los próximos. En primer lugar, la necesidad de ser más selectivos con los potenciales compradores, lo que va a suponer un reto importante para los asesores. Por otro lado, la experiencia demuestra que va a seguir habiendo compras de compañía en remoto, salvo quizá en empresas industriales en las que es necesario visitar la fábrica con permisos especiales y “la química con el socio sigue siendo fundamental”. Por último, destacar que en algunos procesos los precios fijos se han trasladado a variables en función de que se cumplan las expectativas de beneficios, “algunos parámetros de precios van a pasar a ser variables y es momento de ser creativos”.