Las fusiones y adquisiciones se ralentizan por el coronavirus

    El número de transacciones se ha reducido el 26% en el tercer trimestre, según TTR, pese a que el volumen de éstas ha aumentado. Sin embargo, los expertos miran al horizonte con cautela y defienden la importancia de ser muy selectivo con las compañías y los sectores en en los que se invierte

    El negocio de las fusiones y adquisiciones (M&A, por sus siglas en inglés) ha sido uno de los más afectados por la pandemia del coronavirus, que ha envuelto a los inversores en una nube de incertidumbre. Eso ha tenido un gran efecto en el número de transacciones cerradas en los primeros nueve meses del año, que se han reducido casi el 26% respecto al mismo periodo del año anterior, según los datos recopilados por TTR. Pese a que el valor de las transacciones ha aumentado (14,6%), el recorte en el número de operaciones corporativas cerradas revela el verdadero pulso del mercado, pues las grandes transacciones (megadeals) alteran las cifras de inversión reales.

    Según Juan López del Alcázar, socio responsable de Strategy and Transactions de EY, explica que “el año 2020 en cuanto a M&A se refiere es uno de los más -si no el más- volátil que hemos vivido en muchos años. Comenzamos con un primer trimestre donde ya apreciamos un ligero descenso del número de operaciones, como era previsible después de los años récord. En aquellos momentos, pensábamos que el 2020 experimentaría una razonable desaceleración, pero nada disruptivo. Seguía habiendo mucho dinero levantado por parte de los inversores financieros y los industriales también acumulaban grandes cantidades de fondos disponibles tanto de sus reservas de caja como del apoyo de sus bancos. Con la llegada del coronavirus, el descenso de las operaciones de M&A fue drástico. El tercer trimestre (sobre todo en julio-agosto) se ha caracterizado por un interesante número de operaciones cerradas -más allá de los jumbo deals como Caixa-Bankia- que venían trabajándose desde hacía meses y que se reactivaron cuando las restricciones nos dieron la posibilidad de recuperar una actividad razonablemente normal (Rovensa, Rotecna, Idealista, master.D, etc.). No obstante, este incremento de actividad es aparente, ya que eran operaciones iniciadas varios meses atrás”.

    Liquidez y sectores

    Sin embargo, la principal diferencia frente a la crisis financiera anterior llega de la mano de la liquidez. Mientras que el Gobierno ha dado un colchón financiero a las empresas para aliviar sus problemas de liquidez con los préstamos avalados del ICO, los inversores financieros siguen teniendo muchos recursos para invertir y España sigue siendo uno de sus objetivos de inversión a nivel internacional. El problema ahora está relacionado con la evolución de la pandemia: nadie sabe exactamente cuánto durará ni cómo impactará a las empresas. Por eso, casi todos los inversores tienen mucho apetito por determinados sectores y descartan por contra los más afectados.

    “Es ahora -segunda mitad del tercer trimestre- donde nos encontramos en la parte crucial del año. El dealflow está en niveles mínimos. Por parte de los inversores, sólo hay interés por sectores resilientes y donde hay una cierta visibilidad de cierre del año y presupuesto para el 2021 -alimentación, sanidad, renovables, sector industrial de elementos críticos muy basado en exportación, educación, negocios online- y por parte de los vendedores, todavía no se ha producido un ajuste en las expectativas de precio que pueda hacer viables operaciones que de otra forma no saldrán”, añade López del Alcázar.

    Por su parte, Fernando Torrente, socio senior de Corporate del despacho Allen & Overy, adelanta un dato clave para las operaciones de los próximos meses: un buen número de transacciones vendrán ligadas a reflexiones estratégicas, tanto de inversión -para consolidar sectores- como de desinversión -para centrarse en su core business-. “Los fondos han centrado su estrategia de inversión en activos y sectores poco o menos afectados por la crisis como infraestructuras, energía o tecnológico. Creemos que en lo que queda de año se seguirán produciendo inversiones y desinversiones en sectores y empresas con criterios selectivos, así como posibles procesos de integración bancaria”, argumenta Torrente.

    Ralentización

    En cualquier caso, la incertidumbre existente sí está afectando a los plazos de inversión, señalan los expertos. Así, Arturo García-Tizón, Head of Advisory de Banca Corporativa e Institucional de BNP Paribas en España, explica que “durante el tercer trimestre se han seguido llevando a cabo un importante número de operaciones. Lo que sí que se está viendo es una dilatación de los plazos por dos causas principales: las propias barreras logísticas derivadas de la pandemia y la necesidad de aprobación por parte del Consejo de Ministros de inversión extranjera en sectores considerados estratégicos. Además, gran parte de la actividad responde a la necesidad de las empresas de reestructurar sus negocios y de acceder a fuentes de liquidez para hacer frente al deterioro de sus negocios”.