Gonzalo Fernández-Albiñana, Head of Ardian BuyOut en España “Las inversiones en buenos sectores se siguen cerrando pese a la pandemia y a un mayor precio”

Ardian abrió oficina en Madrid hace cinco años tras realizar conocidas adquisiciones en el país. Pasó de la crisis a la época dorada del sector y ahora afronta el futuro con una firme apuesta por el mercado nacional. Gonzalo Fernández-Albiñana, el responsable de Ardian BuyOut en España, da su visión para los próximos meses

Ardian fue uno de los fondos internacionales que eligió el año 2015 para abrir oficina en Madrid, aprovechando las buenas oportunidades de inversión que había en España y ha vivido una de las épocas doradas del sector del capital privado en el país. Ahora, con la incertidumbre de la pandemia sobrevolando a las compañías de todo el mundo, Gonzalo Fernández-Albiñana, el responsable de las inversiones de Ardian BuyOut en España, reafirma el apetito de la firma por el mercado nacional y destaca el potencial del país como destino de la inversión.

Ardian abrió oficina en España en el año 2015. Desde entonces, han visto cómo el sector salía de la crisis anterior, atravesaba una época dorada y ahora llega la pandemia. ¿Cómo ha evolucionado la industria del capital privado en los últimos años y cuál es su percepción para los próximos meses?

Es cierto que ha habido dos momentos claros. El sector comenzó a rebrotar en 2014 de la crisis y estos años han sido intensísimos. La industria del capital privado se ha profesionalizado muchísimo, han entrado nuevos jugadores y los que estaban han ido creciendo. Hemos dado un salto cualitativo y todo iba muy bien. Durante el principio de la pandemia, la actividad del sector se paró durante un tiempo, pero después mejoró mucho y ahora lo que vemos es un poco de ralentización, pero no un parón. La gente sigue muy activa. Hay que distinguir entre actividad inversora de nuevas operaciones y la gestión de la cartera de participadas. En este punto, hay muchos fondos que están haciendo pequeñas compras o inyectando capital a las empresas. Respecto a las nuevas inversiones, está habiendo un montón de operaciones en los últimos meses. La actividad sigue y las compañías que son buenas se siguen vendiendo, es más, estas operaciones se están haciendo a mayor precio que antes. A diferencia de la anterior crisis, hay mucha liquidez y no todos los sectores están afectados. También hay otro punto importante y es que la gente piensa que esto es una cosa temporal y en el otoño que viene la situación estará mucho más tranquila. La realidad es que todos seguimos mirando cosas: las que son claras se cierran incluso a mayor precio y las que son menos obvias requieren más análisis, pero la gente no ha parado de trabajar. Todo el sector está estudiando nuevas fórmulas para ser más creativo en sus inversiones.

¿Esas nuevas fórmulas se podrían traducir en una nueva estrategia de inversión?

En nuestro caso no. Nuestra filosofía está dando muy buen resultado y el impacto del coronavirus en nuestra compañía está siendo bajo. Sí creo que es posible que veamos nuevos agentes: vamos a ver más inversiones de tournaround, gente capaz de hacer estructuras híbridas de deuda, etc. Con la creatividad me refería a ayudar a las empresas a adaptarse al nuevo entorno y a nuevas fórmulas para generar valor en las compañías. Cuando hay viento de cola no necesitas cambiar la forma de funcionar la compañía, pero ahora tienes que impulsar más que las empresas entren en nuevos mercados, que determinados sectores se enfrenten a la digitalización cuando antes ni se lo planteaban, etc. Lamentablemente, también tienes que tomar más riesgos de los que tenías que afrontar hasta ahora, pero la clave es mejorar las participadas.

¿Qué tal se han comportado las suyas durante la pandemia?

La verdad es que nuestras inversiones (Monbake y Frulact) se mantienen bien. Son dos compañías de alimentación y no es un sector que haya sufrido un cambio estructural, por lo que creo que volverán a sus niveles pronto.

¿Qué ha aprendido Ardian de estos meses de coronavirus?

Lo primero es que hay que reaccionar con velocidad, creo que durante la crisis económica anterior la gente aprendió muy bien la lección. Ha habido muy pocas quiebras y suspensiones de pago y lo achaco a que la gente ha reaccionado muy rápido. Otro de los puntos importantes ha sido la importancia de proteger a tus empleados y la caja de las empresas, por lo que vuelve a ser fundamental la rapidez a la hora de gestionar la crisis. Ahora todos estamos aprendiendo cómo generar valor en estos tiempos y centrarnos en nuevos mercados, pero todavía es muy pronto para ver cuál será el impacto de la pandemia.

Pero esa reducción de las quiebras ha estado muy influenciada por los préstamos ICO, ¿no?

Sí, a corto plazo el hecho de que hayan estado los ICO ha ayudado mucho, pero es verdad que son una especie de respirador: habrá quien mejore y quien no lo haga. Creo que de momento está todo anestesiado y el verdadero impacto en las compañías lo empezaremos a ver en los próximos seis-doce meses. La gran incógnita que nos queda es cuál será la situación de España económica en la que quede España después de esto, así como la situación del paro y del consumo.

¿Vamos hacia periodos de inversión más largos?

Sí, indudablemente. Todavía está por ver el impacto en las compañías, pero creo que esta crisis debería tener un impacto reducido en el tiempo. Por ejemplo, las compañías de restauración, si España no sale muy dañada, van a retomar sus niveles. Esto a su vez creo que va a generar más oportunidades para fondos.

Una de sus estrategias son las minorías, ¿es un buen momento para ellas?

Sin duda. Esta crisis, como cualquier otra crisis, remueve un poco los cimientos y las ideas preestablecidas. En muchos casos se pueden dar necesidades económicas para compañías familiares, pero en otros casos me encuentro con empresarios que están cansados... ya han vivido otra crisis y esta les pilla demasiado pronto porque hace no tanto que pasaron por eso. Sin embargo, sus negocios igual no van mal y buscan un socio que les ayude sin salir del proyecto.

En un momento como el actual, ¿pierde o gana importancia para un fondo internacional contar con oficina en el país?

En mi opinión, la gana. Ahora lo que hay que estar es cerca de la gente y cerca de las empresas. Las oportunidades salen con el roce, con los empresarios que has conocido a lo largo de los años. Al final demuestras que estás open for business y que estamos dispuestos a apoyarles.

Juegan en la liga de los grandes fondos internacionales, ¿cuál es la clave del éxito para diferenciarse? ¿Es sólo una cuestión de precio?

Una de las cosas fundamentales que hacemos es ayudarles a generar valor, a crecer, a expandirse internacionalmente y a volverse más profesionales. Esa tesis también nos permite pagar más que la competencia.

¿España sigue siendo un buen destino para la inversión de las gestoras de capital privado internacionales o prevén una disminución de la competencia?

No preveo una bajada de la competencia en España. Sigue habiendo compañías buenas y estamos en un momento histórico de liquidez. La experiencia de las correcciones de los mercados en 2007 y 2008 es que se generan como seis o nueve meses de dislocación hasta que las expectativas de comprador y vendedor se vuelvan a unificar. Esto hace también que el sector vaya un poco más lento, pero España sigue siendo muy atractiva para los fondos internacionales. Nosotros seguimos buscando empresas en crecimiento, con vocación internacional y que tengan algo que las haga diferenciales en su sector y seguimos igual de activos buscándolas. Ahora las inversiones requieren mucho más análisis, sobre todo en determinados sectores, para evaluar si ese impacto es momentáneo o es estructural. Por sectores, los más atractivos ahora son sanidad, tecnología, ingredientes de alimentación, etc., y habrá otros que te generen más dudas por sus tiempos de recuperación.