El capital privado se adelanta a la recuperación económica

A pesar de la situación de incertidumbre que la crisis sanitaria está provocando en la actividad transaccional, y una vez superada la fase inicial en la que los inversores se centraron en la gestión de sus participadas y el acceso a las opciones de financiación y ayudas disponibles, hemos observado desde mayo una paulatina reactivación de la actividad que se ha materializado en el cierre de operaciones significativas protagonizadas por el capital privado. Operaciones relevantes en las que desde PwC hemos participado como son la OPA sobre la compañía cotizada de telecomunicaciones MásMóvil por parte de los fondos internacionales KKR, Cinven y Providence, que abre el camino a más operaciones del tipo public-to-private, la adquisición del portal inmobiliario Idealista por parte del fondo de origen sueco EQT o la venta por parte de Apax de la compañía Neuraxpharm a Permira, como ejemplo de operación secundaria que cobra especial relevancia en momentos como el actual. De hecho, estamos viendo operaciones y vehículos de secundario como una vía adicional para recapitalizar participadas, como la operación de Rovensa. Y además estamos viendo la venta de unidades de negocio de grupos corporativos, como la venta de Santillana Educación de Grupo Prisa, que abre la opción de desinversión por parte de grandes grupos corporativos que supondrán futuras operaciones para el capital privado.

Esta reactivación de la actividad, a pesar de las incertidumbres no solo económicas sino también políticas, va a arrojar un nivel de inversión para el conjunto del año muy relevante y cercano a los volúmenes registrados en años anteriores. El capital privado es un sector que nos ha demostrado que se supera en escenarios de incertidumbre o cambio de ciclo. Es un sector que no se asusta ante las dificultades y no tiene miedo a invertir, incluso en situaciones de crisis, cuando se trata de activos atractivos que encajan con su estrategia de inversión, con equipos directivos con talento e implicados, y proyectos empresariales con potencial capaces de crear valor. Es importante destacar que en periodos de crisis anteriores se han realizado grandes operaciones de capital privado que han generado importantes retornos, de acuerdo con un análisis realizado por PwC. Pero, además, en la crisis actual se identifican aspectos diferenciales frente a la crisis anterior que sin duda van a actuar como impulsores de la actividad inversora de los fondos como son la liquidez disponible, no solo en España, con cerca de 4.000 millones de euros dispuestos a ser invertidos, sino en el ámbito internacional con 1,47 billones europeos (1.470 billones americanos), es decir, prácticamente el doble del dry powder disponible en 2008; tipos de interés bajos y acceso a financiación ya sea a través de financiación bancaria o a través de fondos de deuda. De hecho, los fondos de deuda están desempeñado un papel muy relevante durante la crisis actual y están permitiendo la financiación de transacciones al mismo tiempo que están acelerando su expansión en el mercado español. Hemos visto cómo su actividad ha ido creciendo de forma constante en los últimos años. Son muchas las empresas que valoran la mayor flexibilidad que otorgan este tipo de fondos y la crisis es un buen momento donde medir y apreciar el efecto de esta flexibilidad. El hecho de no tener un calendario de amortización comprometido y poder destinar toda la caja al negocio, cobra especial importancia en situaciones como las que estamos viviendo.

El capital privado en estos meses está concentrando sus inversiones en los sectores más resilientes a la pandemia, como son telecomunicaciones, tecnología, energía, agroalimentación, educación, sanidad, industria farmacéutica y material sanitario. En estos sectores los inversores están dispuestos a pagar múltiplos elevados sin apreciarse grandes variaciones con respecto a las valoraciones preCovid.

Pero también veremos una gran actividad transaccional especialmente en los sectores más castigados por la crisis actual y aquellos otros más fragmentados que tengan que seguir sus procesos de consolidación para ganar tamaño y competitividad, sectores donde las valoraciones van a registrar ciertas correcciones a la baja. Esta actividad se intensificará en 2021 una vez las empresas tengan que afrontar la realidad económica cuando se cumplan los vencimientos de los programas de ayudas ICO y de los créditos concedidos por las entidades financieras, se agote el fondo de rescate de empresas de SEPI y finalicen otro tipo de medidas lanzadas por el gobierno como los ERTE, entre otras. Aunque las medidas implementadas por el Gobierno han servido para atenuar el efecto desfavorable que se esperaba, va a haber muchas compañías con un nivel de deuda insostenible que tendrán que refinanciarse y reestructurarse para garantizar su futuro y muchas otras serán objeto de operaciones de distress, turnaround o special situations. Esta crisis está teniendo un fuerte impacto en sectores de la economía española como turismo, transporte de viajeros, automoción, restauración, ocio o distribución y consumo.

A pesar de la compleja situación actual, la mayoría de los fondos están analizando un buen número de oportunidades y esperamos un final de año 2020 y un principio de 2021 muy activos. No cabe duda de que el Capital Privado contribuirá a la recuperación económica, de igual forma que lo hizo en la crisis anterior, con una gestión más activa de sus participadas, creando valor económico y social mediante la creación de empleo en las compañías en las que invierte, realizando nuevas inversiones con un enfoque más sostenible y profesionalizando y adaptando sus porfolios al nuevo escenario.