El atractivo del mercado español para el ‘M&A’ y los sectores que lo liderarán

Resulta extremadamente interesante analizar el mercado de fusiones y adquisiciones (M&A) en nuestro entorno. A nadie se le escapa que las previsiones para el año 2020 que se realizaron a finales de 2019 o a comienzo de año han quedado totalmente superadas por la realidad; una realidad pandémica que ha puesto a prueba el apetito transaccional de una forma extraordinaria. Las crisis previas más recientes no habían tenido una dimensión tan global y escalonada como la situación creada por el Covid-19, y las expectativas al comienzo del confinamiento estaban centradas en que, en torno al verano, ya estaríamos en una situación de normalidad, por lo que los operadores de M&A o continuaron con su actividad localizando en mayo el mayor número de operaciones hasta la fecha en 2020, o retrasando procesos. Durante el verano y las semanas que prosiguieron, contemplando la llegada de la “segunda oleada” del virus, de nuevo se empezaron a replantear escenarios en las operaciones en cartera y a corregir las expectativas de recuperación.

A pesar de lo anterior, los fondos continúan con necesidad de rotar sus carteras y de seguir moviéndose, y el hecho de que todos los mercados han sido más o menos afectados sitúa a España en una buena situación competitiva como objetivo de operaciones. Además, tenemos en nuestro país una gran cantidad de compañías con necesidad de aligerar balances, deshacerse de activos que no son clave generalmente en mercados exteriores, y de reducir deuda. Precisamente este contexto, nos ha hecho ser testigos de bastantes operaciones durante lo que llevamos de año y en sectores extremadamente variados, a pesar de las restricciones a la inversión extranjera puestas en práctica en España.

Para poder establecer algún tipo de patrón que nos permita identificar qué sectores pueden ser los más activos en el mercado de M&A en los próximos meses, y sin perder de vista que los cambios políticos y económicos pueden dejar nuestras predicciones obsoletas, sería oportuno retomar los sectores prepandémicos de los que se esperaba mayor actividad, como la energía e infraestructuras, farmacéuticas y salud, bancos, comunicación, seguros, transporte, telecomunicaciones y sector industriales en general. Por supuesto, el sector inmobiliario también contaba con su propia dinámica y apuntaba buenas operaciones de concentración y de ventas de carteras. Hasta la fecha, y de acuerdo con los datos facilitados por TTR para España, se han registrado 1.387 operaciones M&A por un valor de unos 66 millones de euros, lo que representa una caída del 26% respecto al año anterior. Por ahora, el sector inmobiliario ha sido el más activo, seguido por el tecnológico, financiero y seguros, y las principales fuentes de inversión han sido Estados Unidos, Reino Unido y Francia. Eso sí, habrá que seguir muy de cerca la evolución de estos procesos a la vista de las elecciones en EEUU, las tensiones entre este país y China y, por supuesto, el Brexit.

Con todo esto de fondo, ¿dónde pensamos que se puede centrar la mayor parte de la actividad en los próximos meses? Por un lado, está claro que los sectores de infraestructuras y renovables van a seguir muy activos y con muchas oportunidades muy atractivas. Precisamente en infra, hay grandes nombres que resuenan el mercado intentando desprenderse de determinados activos, y es probable que eventualmente con resultados empresariales más contrastados cristalice una gran operación multijurisdiccional. En el caso de las energías renovables, a pesar de los retos que plantea el Covid-19 para el sector y la consecución del Green Deal, que puede ralentizar algo su crecimiento, aun así, en el contexto actual sigue contando con bases muy sólidas y con una alta competitividad. Por lo tanto, es de esperar que sigan existiendo oportunidades de inversión en este sector, que sin duda generarán un alto interés y en el que se desarrollarán duros procesos competitivos.

Por otro lado, creemos que seguiremos viendo oportunidades en los sectores de telecomunicaciones o servicios por internet/cloud, por ser precisamente ellos los que menos se pueden haber visto perjudicados por la crisis, e incluso, al contrario, haber sido los que o bien se han beneficiado más o se han recuperado más rápidamente. También la banca, y como ha quedado de manifiesto con la reciente fusión Caixabank-Bankia, es probable que sea objeto de operaciones corporativas de concentración, de gran tamaño -no son pocos los nombres de entidades bancarias que se escuchan en el mercado con objeto de estas potenciales operaciones- o de operaciones de carve-out, en cuyo caso serían objetivo claro para los fondos de private equity. Igualmente, el sector de salud y análogos sigue en auge, y es muy probable que durante los próximos meses escuchemos mucho sobre operaciones en relación con hospitales o clínicas, o en subsectores como las clínicas de fertilidad, donde durante 2020 ha habido mucho movimiento y varios nombres han sonado, aunque con dudas sobre la viabilidad de operaciones que a menudo se presentaban como operaciones de minoría o con dificultades financieras.

Más allá de estos sectores, que es probable que sean los que experimenten las operaciones de mayor tamaño, sin duda en el mid-market veremos operaciones siempre que tengan potencial de crecimiento o una fuente sólida o anti-cíclica de ingresos, fundamente de logística e industrial. Lo más probable es que sean operaciones lideradas por fondos que deban dar salida a su cartera y con procesos más o menos competidos. Asimismo, veremos operaciones oportunistas en sectores como el hotelero o en otros donde se tenga que partir de una reestructuración para asegurar la viabilidad a futuro.

Los grandes operadores empresariales españoles continuarán con su actividad inversora en mercados clave como Estados Unidos y Latinoamérica, principalmente, y con una fuerte tendencia desinversora en otros mercados. Todo ello generará más oportunidades para activar un mercado de M&A lejos de sus mejores momentos, pero que sin duda nos van a dar alguna que otra sorpresa muy pronto. Los fondos de private equity siguen con una necesidad real de invertir, y con los antecedentes descritos, no les van a faltar oportunidades para hacerlo, eso sí, con una fuerte presión competitiva y múltiplos muy agresivos.