La industria tecnológica se cuela entre las prioridades de los fondos

El capital riesgo puro ha pasado de buscar empresas con un “componente tecnológico” a invertir en compañías nativas digitales, en un momento en el que están perdiendo el miedo a adentrarse en un universo reservado hace unos meses a inversores de ‘venture capital’

Toda crisis produce un cambio que es más profundo y estructural en proporción a la duración y dimensión de la misma. En la anterior, la industria del capital privado estaba preocupada por los cambios que iban a modificar el sector. Más de una década después, la industria se ha profesionalizado enormemente en España y los gestores han aprendido de los errores del pasado. En esta nueva crisis, todos los expertos consultados coinciden en que el sector está más preparado para afrontar los retos que se les presenten. Y, con ella, se ha acelerado una tendencia de inversión: la apuesta por la tecnología. Ahora, más allá de buscar empresas con un componente tecnológico diferencial, los inversores de private equity se están lanzando a invertir en negocios casi puramente tecnológicos.

Uno de los mejores ejemplos en este sentido se encuentra en Alantra Partners. Su división de capital riesgo siempre se regía por tres criterios básicos a la hora de invertir: buscaba negocios consolidados, con potencial de crecimiento internacional y con un importante componente tecnológico. Esto le permitió materializar, por ejemplo, su entrada en el accionariado de Hiperbaric, líder español en tecnología de alta presión para la conservación de alimentos, en el año 2018. De la mano de Alantra, “la compañía destina hasta un 10% de su facturación a I+D+i, lo que se traduce en una mejora constante del diseño de los equipos, que son líderes tecnológicos a nivel mundial”, explica David Santos, partner en Alantra Private Equity, a elEconomista Capital Privado.

En este sentido, Santos explica a esta publicación que, en los últimos tiempos, la firma ha reforzado mucho sus “capacidades digitales y tecnológicas, tanto para originar oportunidades de inversión en sectores relacionados con esta tendencia, como para potenciar las capacidades tecnológicas y digitales de las compañías que tiene en cartera”. Respecto a este último punto, otro de los ejemplos que explica el socio de Alantra Private Equity es el de Frías Nutrición, el líder en alimentación vegetal en España, en la que participan desde 2019.

“La compañía está ejecutando un plan de digitalización interno: lanzará una nueva plataforma tecnológica para integrar la cadena de suministro/producción/logística, el área comercial se está digitalizando con un nuevo sistema de CRM y customer care, y, por último, está desarrollando herramientas de big data para poder prever la demanda de productos y las tendencias en el consumo”, argumenta Santos.

Sin embargo, el gran golpe en la mesa lo dieron a principios de este año cuando compraron las empresas de diagnóstico genético Imegen, Genycell Biotech y Health in Code con el objetivo de crear un líder en el sector en el país. Una inversión que, a primera vista, podría parecer más propia de un fondo de biotecnología, pero que muestra con claridad cómo los fondos tradicionales de private equity han perdido el miedo al universo tecnológico. También ha sido el caso de EQT con Idealista, una compañía nativa digital, o de AnaCap con GTT -antes en manos de GED Capital-. Los expertos alertan de que esta tendencia sólo acaba de empezar.

Cambios en la estrategia

Joaquín Durán, managing partner de Arcano BlueBull, explica que, en los últimos meses “ha pasado una cosa muy interesante, que es que el mundo venture capital que estaba en un lado y el mundo private equity que estaba en otro y que no interactuaban. Ahora se han acercado”, explica. “El private equity ha visto que la tecnología está en múltiplos más altos, que realmente es un refugio seguro y además, ha subido valoración. Esto es muy bueno porque la mayoría de fondos han metido en su tesis de inversión tecnología”, asegura Durán.

Esa atención del private equity al mundo tecnológico, provoca también que cambien ciertas tradiciones del sector. “Empiezas a ver gente que antes siempre te pedía ebitda positivo que empieza a pensar en entrar con ebitda negativo. Eso es un cambio importante”, asegura. “Eso es para mí muy significativo, porque el mundo tecnológico se hace más grande y así va mucho dinero, muchas miradas. El private equity empieza a entender que se tienen que hacer operaciones en negativo”, añade.

Otra tendencia, tal y como explican fuentes del sector, es que el private equity acepta hacer operaciones de menor tamaño. En el mundo tecnológico no hay tamaño como el que quieren los private equity con lo cual bajan el tamaño. Un ejemplo muy bueno de estos cambios de tendencias lo encontramos en la compra de Signaturit por parte de Providence. El fondo estadounidense ha invertido un mínimo de 30 millones en la startup barcelonesa. “Se trata de una compañía con un tamaño pequeño comprada por un private equity, más claro no puede ser. Es una compañía que en otro contexto lo que habría hecho es levantar otra ronda de inversión, hacerse más grande”, explica Durán.

Comportamiento de las valoraciones

Daniel Martínez, socio de PwC Deals, responsable de Tecnología, Telecomunicaciones, Entretenimiento y Medios, confirma a elEconomista Capital Privado que están viendo en estos meses valoraciones muy altas, siempre de doble dígito, “producto de la combinación de la escasez de sectores con atractivo, la gran liquidez existente en el mercado y la gran escalabilidad que tiene el sector de la tecnología”. El sector tecnológico siempre ha resultado atractivo debido a su naturaleza innovadora y su potencial de crecimiento “por lo que entendemos que las valoraciones altas van a perdurar en el tiempo”, añade.

Sin embargo, desde Arcano consideran que la entrada de private equity en el sector tecnológico más puro puede bajar las valoraciones a costa de tener una mayor liquidez. “Creo que las valoraciones van a empezar a converger, las cosas están disparadas en múltiplos cotizados. Creo que ahora al entrar el private equity que lo que hace es comprarte y limpiarte los inversores anteriores, las valoraciones tendrían que volver a algo más realista”, asegura Durán.

También las fusiones y adquisiciones en este sector están viéndose incrementadas principalmente “por la resiliencia del sector tecnológico a la pandemia, ya que su nivel de actividad no se ha visto afectado, incluso, hemos visto soluciones tecnológicas relacionadas con la conectividad cuya actividad se ha visto enormemente impulsada”, explica Martínez. Asimismo, también es relevante mencionar que el enorme impacto que la pandemia ha tenido en otros sectores o industrias, provocado la paralización total de sectores como el turismo, la hostelería, etc. “Esta situación ha conllevado que los fondos hayan enfocado su búsqueda de oportunidades de inversión hacia los sectores menos afectados, entre los que se encuentra el tecnológico”, añade el socio de PwC.

Los fondos principalmente se están centrando en empresas “cuya oferta y operativa es realizada mediante una plataforma tecnológica, lo que que permite una escalabilidad de las operaciones sin conllevar incrementos de costes” consiguiendo, por lo tanto, una eficiencia operativa, explican desde PwC. Asimismo, los proveedores de tecnología son también foco de atracción, no obstante, esta tecnología debe haber sido comercialmente probada, por lo que el “momentum de la inversión es potencialmente más tardío que el de un fondo venture, cuya estrategia radica en invertir en un momento más embrionario, lo que supone una mayor apuesta por el éxito de la solución tecnológica en la que se invierte”, añaden.

“Hay mucho más M&A, la gente quiere comprar empresas tecnológicas, mucha más inversión, aceleración de la transformación digital y posicionamiento de la tecnología como trasversal. Ya es algo que se necesita en todos los lados y a partir de ahí el cambio importante es ver donde está lo atractivo”, explica Durán.

SAS, ciberseguridad, ‘e-learning’...

La tecnología ha sido siempre una de las palancas o uno de los ángulos de inversión para muchos fondos, pero desde el inicio de la pandemia el foco o el interés en el sector tecnológico se ha visto significativamente incrementado. La inversión total en tecnología en el mundo este año llegará a los 3,9 millones de dólares, lo que supone un aumento del 3,4% con respecto al año anterior, según datos de la consultora Gartner. El sector del software, en concreto el del software para empresa, será el que registre un mayor crecimiento del gasto este año, ya que está previsto que este suba un 10,5%.

A nivel estructural, el interés de la inversión en activos alternativos ha sido una tendencia desde 2015. Desde Inveready, uno de los fondos más rentables del sector, no creen que el Covid haya modificado tendencias sino “reforzado” el interés por la tecnología y la digitalización. “Hay una realidad que es que la inversión en tecnología en fases iniciales hasta cierto punto es refugio”, reconocía Roger Piqué, general partner de Inveready en una reciente entrevista con elEconomista Capital Privado.

Dentro de los sectores más demandados relacionados con la tecnología está todo lo que tiene que ver con la ciberseguridad, la nube y la digitalización, más en este momento con millones de trabajadores desarrollando su carrera desde casa. También está experimentando un boom importante toda la educación online. Por otro lado, todo lo que tiene que ver con salud y telemedicina, con una población cada vez más envejecida y en plena pandemia, ha dado un salto espectacular. Al igual que el comercio online.