España se cuela en la ‘Champions’ de los grandes fondos de deuda

El país se ha convertido en uno de los grandes destinos de la inversión de este tipo de jugadores, solo por detrás de países como Reino Unido, Francia o Alemania. Los expertos adelantan que esta tendencia solo acaba de empezar y que en los próximos años se convertirá en un gran foco de la financiación alternativa.

Los fondos de deuda se han convertido en los jugadores más silenciosos de la industria del capital privado español. Poco a poco, y sin hacer apenas ruido, han participado en multitud de transacciones. Desde refinanciaciones de compañías o activos hasta financiación pura de operaciones de fusiones y adquisiciones (M&A, por sus siglas en inglés). Nombres conocidos hace unos años por unos pocos en España se han colado en titulares al participar en conocidas compañías como Fertiberia, Mecalux o Accelya. Tal es su apuesta que muchos de ellos han dado un paso más y se han lanzado a abrir oficina en España: desde Ares a Tikehau pasando por Pemberton, Kartesia, Takonic o Cheyne.

Según el informe Alternative Lender Deal Tracker de Deloitte, España ha registrado 118 transacciones de direct lending en los últimos 31 trimestres -desde enero de 2012-. Una cifra que aparentemente parece pequeña si se compara con las 880 transacciones registradas en Reino Unido, la cuna de este negocio en Europa, pero que la coloca en cuarta posición solo superada por otros dos mercados: el francés y el alemán. Una tendencia que acaba de comenzar y que todos los expertos consideran que crecerá exponencialmente en el futuro.

La primera gran diferencia es que en estos tres mercados la financiación alternativa está mucho más desarrollada que en España, donde las compañías han tenido una tradicional dependencia a la financiación bancaria. En palabras de Javier García-Palencia, Head of Debt Capital Markets & Debt Advisory en Alantra, "España ha sido un país tradicionalmente muy bancarizado, pero en los últimos años se estaba abriendo a la inversión alternativa, generando el interés de los fondos de deuda por el país”.

Sin embargo, muchos expertos coinciden en que esta llegada masiva de fondos de deuda a España no se estaba concretando en un aumento del número de operaciones en este mercado. ¿Los problemas? Para las compañías era muy sencillo acceder a una financiación tradicional más barata, aunque fuera más lenta. Frente a los intereses que cobraban los bancos -entre el 3 y el 7% según los expertos- y la de los fondos de deuda -entre el 7 y el 15% habitualmente- era difícil que las compañías tradicionales se dejaran seducir por este tipo de financiación, a menos que lo necesitaran de forma urgente o de que supieran que podían extraer valor añadido en ciertas operaciones.

La ‘sacudida’ del coronavirus

“Por el tamaño de su economía, España va a ser siempre un mercado relevante y atractivo para los inversores de deuda privada, tanto en direct lending como en private placements. Hasta ahora probablemente había más oferta de financiación (liquidez) que demanda. Probablemente la situación creada tras el coronavirus anime a las empresas a considerar otras opciones de financiación”, argumenta Aitor Zayas, director de Financial Advisory de Deloitte, a elEconomista Capital Privado.

En este sentido, los expertos apuntan a que la pandemia ha “sacudido” por completo el universo de la financiación, tanto en los sectores más afectados como en los que aparentemente se han mostrado más resilientes durante los últimos meses. Los motivos a los que aluden están muy relacionados con el comportamiento del sector financiero español en los últimos meses.

García-Palencia señala dos puntos claves a este respecto: la consolidación de los bancos y los préstamos ICO avalados por el Estado. “Con el coronavirus, la apuesta por la financiación alternativa se ha acelerado por varios motivos. En primer lugar, la consolidación del sector bancario va a hacer que cada vez menos puedan dedicar recursos a liderar operaciones de financiación estructurada. A esto hay que añadir que las ayudas ICO en muchos casos se estructuraron para un escenario de crisis en 2020, pero no para el escenario actual. Muchos sectores seguirán en problemas durante gran parte de 2021 y 2022, por lo que habrá que refinanciar esos ICO y pedir financiación adicional para subsanar las tensiones de tesorería que está generando la crisis”.

Por otro lado, el responsable de este tipo de operaciones en Alantra -una de las firmas de inversión con más especialización en este negocio en el Viejo Continente- añade que “el impacto en el tejido empresarial la crisis ha sido más agresiva que en el resto de países de Europa, lo que nos pone en el punto de mira de muchos inversores oportunistas”.