La UE impulsa las ‘startups’ que luchan contra el coronavirus

El Consejo Europeo de Innovación ha iniciado una ronda de financiación de 164 millones para pymes que desarrollen una tecnología que ayude en la lucha contra esta pandemia

La crisis sanitaria causada por el coronavirus ha acaparado prácticamente toda la actualidad mundial en apenas un mes. La pandemia, que todavía continúa y aún no se sabe cuándo finalizará, ha trastocado la economía de Europa, un continente que ya venía ralentizando su crecimiento desde el año pasado. Desde la Comisión Europea ya han alertado de la más que posible entrada en recesión de la Unión Europea a lo largo de este 2020. La mayoría de Gobiernos, entre ellos el español, ya la dan por hecho.

Una situación sanitaria y económica límite que ha llevado a Bruselas a buscar alternativas a las prácticas habituales en una situación absolutamente excepcional. Para ello, ha puesto el foco en la innovación. La Comisión Europea ha convocado ayudas para buscar las mejores startups del continente que ofrezcan soluciones viables, en diferentes ámbitos, para intentar hacer frente a esta enfermedad. El plazo de presentación finalizó el pasado 18 de marzo. Desde la Comisión Europea buscan fundamentalmente startups y pequeñas empresas con tecnologías e innovaciones en tratamiento sanitario, pruebas, monitorización y demás aspectos relacionados con el virus.

Con la intención de encontrar los mejores proyectos y darles apoyo, el Consejo Europeo de Innovación (EIC) dependiente de la Comisión Europea, ha iniciado una ronda de financiación con un presupuesto de 164 millones de euros. No solo eso, la medida además incluirá ayuda para el acceso a otras fuentes de financiación a todas aquellas startups o pequeñas empresas que tengan una tecnología que de una forma u otra pueda luchar contra la propagación de este virus que se ha llevado ya miles de vidas por delante y amenaza con provocar la mayor crisis económica de los últimos años.

De hecho, desde el EIC llevan tiempo apoyando a una serie de nuevas empresas y pymes con innovaciones relevantes en la materia y que ya han recibido financiación en rondas anteriores. Una de estas iniciativas es el proyecto EpiShuttle que nació en mayo de 2019 y tiene prevista su finalización en 2021, aunque dada la urgencia en la que nos encontramos es posible que los plazos se acorten. Este proyecto cuenta con un presupuesto de 3,5 millones de euros de los que casi 2,5 millones son aportaciones de la UE. En su planteamiento, previo a la propagación del Covid-19, sus creadores ponían de manifiesto como las “pautas de viaje de nuestra sociedad moderna aumentan aún más los riesgos para la salud, la economía y la seguridad asociada a estos brotes”, tal y como recoge la CE. EpiGuard, así se denomina el proyecto, desarrolló a raíz de la infección del Ébola de hace unos años, unas unidades de aislamiento especializadas. Después de tres años de investigación, varios médicos que trabajaron en la contención de esta crisis, crearon una unidad especializada unipersonal y con techo rígido de policarbonato.

En el marco de la iniciativa EpiShuttle 2.0, un paso más en esta nueva etapa del proyecto, el objetivo de EpiGuard es combinar la moderna tecnología de desinfección de gases con EpiShuttle para hacer que su tecnología sea rentable y aplicable al mercado mundial en general por valor de miles de millones de euros, según explica la ficha de la CE. Se trata de un proyecto noruego que en medio de la pandemia por coronavirus que estamos atravesando, y con medidas de aislamiento como principal forma de contención de la enfermedad, toma una destacada relevancia.

Con el producto anterior creado por esta compañía, los pacientes contagiosos en salas de aislamiento pueden ser transportados a otras partes del hospital para recibir tratamiento o pruebas sin el riesgo de infectar al personal u otros pacientes, un extremo que está resultando especialmente complejo en estos momentos en la sanidad española. Tal y como explica la compañía, al usar el EpiShuttle, “no es necesario desinfectar los pasillos, ascensores u otras áreas a través de las cuales el paciente” infectado de cualquier enfermedad contagiosa ha sido transportado. Un método que ahorraría tiempo al personal sanitario que tiene continuamente que cambiarse de equipamiento al tratar a un paciente infectado. Un artefacto que se puede aplicar tanto a enfermedades altamente infecciosas como a pacientes con otras infecciones, como sarampión, tuberculosis o bacterias multirresistentes. El Centro Nacional de Medicina CBRNE en Noruega, por ejemplo, ha implementado el EpiShuttle en los cinco hospitales universitarios del país. En este sentido, y gracias al apoyo de los fondos europeos la compañía sigue desarrollando otros prototipos. Uno de los sectores que puede utilizar este invento, tal y como explica la compañía, es el ejército que en ocasiones opera en áreas peligrosas, incluidas las afectadas por brotes de enfermedades altamente contagiosas. Por ello, podría ser interesante contar con soluciones como esta que garanticen el aislamiento y el transporte seguros de los soldados potencialmente infectados. Además, el EpiShuttle está diseñado para su uso en aviones y helicópteros y tras el lavado y desinfectado tiene una larga vida útil.

No es el único proyecto innovador que puede servir para situaciones como la actual en el que la Comisión Europea ha puesto la atención y la inversión. El MBENT por ejemplo, pretende rastrear la movilidad humana durante las epidemias. Esta startup de origen turco ha recibido un millón de euros de estos fondos y está pendiente de comenzar a desarrollarse a principios de abril. Por otro lado, el proyecto m-TAP pretende obtener la tecnología de filtración para eliminar el material viral de los organismos. Una idea de la empresa Smart Separations que arrancó en 2018 y que tiene como objetivo finalizar su creación a finales de mayo de este año. Por el momento ya ha desarrollado un filtro cerámico patentado para adaptarse a muchas aplicaciones diferentes en la industria de microfiltración global, pero aún está sin desarrollar en su totalidad. Este proyecto, de investigadores ingleses, contaba con un presupuesto inicial de 2,8 millones, de los que casi 2 millones de euros son subvenciones de la Comisión. Habrá que esperar para conocer las ideas seleccionados en esta ronda de financiación. Unos proyectos que serán evaluados de la misma manera, por lo que no hay prioridades temáticas predefinidas, lo fundamental es que sean útiles para dar alguna solución a esta u otras crisis sanitarias similares que se nos presenten en el futuro.