La ‘punta del iceberg’ de la crisis ecónomica: llegan los concursos y refinanciaciones

Hace unos meses, cuando todavía estábamos en primero de pandemia, comenzamos a aprender el concepto de punta de iceberg referido a lo que realmente veíamos de los contagios del coronavirus. Ahora, ese concepto se abre paso con fuerza en la economía del país. En un momento en el que las noticias de refinanciaciones, preconcursos y concursos comienzan a aflorar, los expertos consultados señalan que realmente sólo vemos esta punta del iceberg y que los vestigios de la crisis no los veremos hasta pasado el verano o a principios de 2021. La complicada recuperación de las empresas en los próximos meses, las dudas sobre los rebrotes del virus y la reanudación de la actividad, unido a las moratorias aprobadas por el Gobierno en materia de concursos y refinanciaciones, hacen el caldo de cultivo perfecto para que iniciemos el próximo año descubriendo una oleada de quiebras.

Por el momento, una parte importante del tejido empresarial español se ha puesto a trabajar en su financiación, bien a través del ICO y de sus préstamos avalados por el Estado o bien renegociando los acuerdos con sus prestamistas anteriores. Esta mejora en la financiación ha sido especialmente importante para empresas muy expuestas al turismo como aerolíneas o cadenas hoteleras, que trabajan desde hace tiempo con sus asesores para tener la clave del éxito para lograr sortear esta crisis. Sin embargo, uno de los grandes problemas que tienen las empresas españolas es una gran dependencia a la financiación bancaria.

Pese a que en las anteriores crisis hemos visto cómo las entidades financieras han dado -casi siempre- una patada para delante para salvar a reconocidas compañías españolas, ahora el momento es diferente. Todos los expertos coinciden en que esta crisis no va a ser como la anterior, pero por el momento algunos comités de riesgos de los bancos han preferido posponer ciertas decisiones no ligadas a la viabilidad de las compañías y más enfocadas a su crecimiento, aunque parece que la tendencia comienza a revertirse con la desescalada y los bancos sólo se muestran más cautos a la hora de financiar estas transacciones.

En cualquier caso, todavía son escasas las compañías españolas que se animan a apostar por la financiación alternativa: bien sea por una oportunidad de crecimiento -inversión para desarrollar nuevas líneas de negocio, ampliar sus capacidades o para comprar una empresa competidora- o bien sea como solución para mantener su viabilidad. Sin embargo, las oportunidades que tienen ante sí son inmensas: fondos de capital privado puro, enfocados en sectores, en minorías, o bien los de situaciones especiales. La clave de la recuperación vendrá ahora por saber mostrar los beneficios de este tipo de inversores, sea la situación que sea, y demostrar la suerte que tienen muchas compañías españolas de contar con un socio para capear el temporal.