La crisis Covid-19 favorece las recapitalizaciones, pero también las adquisiciones estratégicas

Hoy en día la liquidez es el activo más importante de las empresas. De ahí que las que están respaldadas por capital privado están mejor situadas para salir de esta crisis que las que no tienen patrocinadores financieros. Más que nunca el dinero es el rey. Efectivamente, a corto plazo, los socios generales, responsables de gestionar las inversiones en un fondo de capital privado, puede tener que centrarse en evitar una contracción de liquidez y asegurar que las empresas en cartera disponen de la liquidez necesaria para soportar un impacto negativo por la crisis en las ventas y beneficios de la misma. De hecho, más que unas malas ventas es la falta de dinero lo que realmente lleva a una empresa a la quiebra. Así que, para evitar la escasez de efectivo, los socios generales de tales fondos trabajan actualmente entre bastidores con los prestamistas, para aplazar los pagos de intereses, con los propietarios, negociando los arrendamientos y reduciendo o aplazando pagos de alquiler así como recurriendo a líneas de crédito y recortando quirúrgicamente gastos en casi todas las partidas. También están atentos a la identificación de oportunidades en las cuentas a cobrar, animando a los clientes a pagar, solicitando programas de ayuda gubernamental y ayudando a convertir cualquier costoso inventario en liquidez, con iniciativas creativas de marketing y ventas.

Además los fondos de capital privado tienen el capital listo para recapitalizar empresas en dificultades si es necesario. Hay que tener en cuenta que el conocimiento especializado y experiencia operativa que pueden proporcionar los socios generales es esencial para la supervivencia de una empresa en cartera. Ello resulta ser especialmente valioso hoy en día. Más aún, los socios principales que pasaron por momentos difíciles en 2008 están mejor equipados para abordar la crisis actual. Por ejemplo, muchas oportunidades de compra sin precedentes se perdieron durante la Gran Crisis Financiera Global debido a documentos de compra demasiado cautelosos y lo más probable es que esta vez sean más ágiles.

Más aún, la industria del capital privado aprendió durante la Gran Crisis Financiera Global que poner el dinero a trabajar durante las recesiones produce mayor retorno promedio. De hecho, para el capital privado la recesión es una oportunidad que facilita inversiones en términos más atractivos. No es de extrañar que los fondos de capital privado lanzados en medio de la última crisis económica, en las añadas de 2009, 2010 y 2011, hayan logrado obtener múltiplos medios sobre capital invertido (MOIC por sus siglas en inglés) de 1,91, 1,71 y 1,8 respectivamente. El ratio MOIC mide el valor de las inversiones realizadas y no realizadas respecto al capital invertido. Un múltiplo de 1,5 significa que el importe de la inversión ha aumentado 50% de valor, sin tener en cuenta el tiempo necesario. Además las tasas internas netas de rentabilidad esos años fueron 14,2 %, 12,6 % y 16 % respectivamente.

Además, en esta crisis Covid-19 es probable que resurjan estrategias oportunistas, como cambios estratégicos o inversiones en empresas en dificultades. Efectivamente hay empresas, anteriormente inaccesibles, que pueden ser ahora un objetivo más fácil del capital privado. De hecho son tiempos aterradores para el propietario de un negocio que carece del capital o capacidad de gestión necesarias para navegar la crisis y algunos, que nunca pensaron vender o asumir un socio financiero, pueden estar abiertos a hacerlo ahora, especialmente si hay inyección de capital.

El entorno actual también es ideal para las adquisiciones estratégicas, destinadas a captar cuota de mercado, completar la oferta de productos y servicios y/o penetrar nuevas geografías, que tuvieron poca actividad la última década en EEUU y Europa.

Además, en la pandemia, salud y tecnología han demostrado ser los sectores más resistentes, tanto en mercados cotizados como privados, dado su potencial de crecimiento, que ha obligado a adoptar las nuevas tecnologías, siendo probable que tenga efectos duraderos en los hábitos de consumo. Los fondos de capital riesgo y de compra de empresas de crecimiento pueden ver en esta tendencia una oportunidad y buscar ofertas, sobre todo en subsegmentos que se han beneficiado de mejora de la demanda, como determinadas empresas de telecomunicaciones, proveedores de software para trabajo desde el hogar, plataformas de suministro de alimentos y empresas emergentes relacionadas con la telemedicina.

El caso es que los socios principales de los fondos de capital privado que ofrecen liquidez y son capaces de aprovechar precios más asequibles de compra de empresas en estos mercados estresados, deben ser recompensados por el riesgo asumido, sus habilidades y experiencia, pues son una parte importante de la obtención de rentabilidad en este tipo de inversiones. Además, distinguir la ganga de lo que es barato por una razón puede ser esencial los próximos meses y años.

Sin embargo se van a encontrar con tiempos difíciles los fondos de capital privado que dependen únicamente de la ingeniería financiera, rápidas medidas de reducción de costes o momento del mercado. Un enfoque superficial en tiempos de recesión puede ser extremadamente peligroso, pues las empresas en cartera o a adquirir se enfrentan a desafíos sin precedentes.

De manera que en la inversión en capital privado resulta primordial tener acceso y asociarse exclusivamente con socios principales sofisticados y experimentados, preferiblemente que hayan demostrado sus habilidades en otros mercados difíciles.