El ecosistema de ‘startups’ español
da sus primeros frutos

Ya hay varios unicornios, los fondos locales son cada vez más grandes, los extranjeros cada vez tienen más peso y las ‘startups’ cada vez tienen negocios más comprobados

El negocio del venture capital (capital semilla) está creciendo de una manera muy orgánica en España, creándose un círculo virtuoso como ha sucedido en otros países de la Unión Europea. Esto significa que la inversión en empresas tecnológicas que están en fase de desarrollo y de captación de capital privado está llamando la atención de los fondos. Es un mercado que está creciendo de manera muy equilibrada entre proyectos e inversores. Y es que cada vez hay en España mejores emprendedores, mayor talento en las empresas y mejores inversores invirtiendo. Los expertos del venture capital consultados por elEconomista Capital Privado coinciden en destacar que “cuando hay capital y talento pasan cosas”. Y en España empieza a haber capital hasta las rondas de 5 millones de euros y el talento está ahí tanto de gestión como en las áreas técnicas y científicas.

El ecosistema español de venture capital, según los primeros datos correspondientes al ejercicio de 2019 aportados por la Asociación de Capital, Crecimiento e Inversión (ASCRI) a través de la plataforma europea EDC, reflejan que la inversión de este tipo de fondos se mantuvo elevada confirmando la tendencia de ejercicios precedentes, con un volumen de 737 millones de euros el año pasado en un total de 517 operaciones.

Los datos de la patronal española del sector muestran que los fondos privados internacionales de venture capital cerraron 2019 con 79 contratos, mientras que 362 inversiones fueron protagonizadas por los fondos nacionales privados y las restantes 76 por fondos públicos. En opinión de Aquilino Peña, vicepresidente de Ascri y socio fundador de Kibo Ventures, el ecosistema español de inversión de venture capital en startups debe todavía “reflejar algunas operaciones relevantes, que los corporates hagan más innovación abierta a través de fusiones y adquisiciones y que los fondos que son relativamente recientes empiezan a dar en metálico los resultados que ya tienen en las valoraciones de las compañía”, explica. Un ejemplo es Flywire, compañía que se fundó entre Valencia y Boston y que ha anunciado una ronda de financiación de 120 millones de euros liderada por Goldman Sachs. “Esto convierte a Flywire en un unicornio”, comenta Peña.

En este sentido, es destacable reseñar también cómo los fondos nacionales están ganando tamaño según ponen en marcha nuevos vehículos de inversión como consecuencia también del track record demostrado. Este es el caso, por ejemplo, de gestoras como la propia Kibo Ventures que en su tercer programa -con el que quiere captar 100 millones- supera con creces sus dos vehículos anteriores (43 y 71 millones); Samaipata, que también busca 100 millones -frente a los 30 millones del anterior-; Adara Ventures, que ha completado la captación de recursos de su tercer fondo con 65 millones -frente a los 40 millones del anterior-; o Seaya, la gestora de capital privado conocida por ser un accionista de referencia en compañías como Glovo y Cabify, que se encuentra inmersa en plena captación de recursos para el que se convertirá en su tercer vehículo de inversión apenas unos meses más tarde de lograr captar 100 millones de euros en su segundo fondo.

Peticiones

El vicepresidente de la patronaI explica a esta publicación que “a día de hoy existen tres retos que empujamos desde Ascri para podernos homologarnos a otros países de Europa, y así convertirnos en un polo de atracción de inversión y talento. El primero es intentar que los fondos de pensiones inviertan más en activos de private equity y venture capital. El segundo, es la regulación de las stock options, fundamental para los empleados y para captar talento internacional para nuestras startups, el tercero es una regulación fiscal del carried interest de los gestores de fondos que nos equipare con el resto de Europa y que no penalice la forma de tributación en España”.

Peña también subraya que “sería positivo que se incrementase a todos los niveles. Hace falta que el venture capital se perciba como un tipo de activo más y que todos los inversores lo incorporen a su cartera. Hace falta que los fondos de pensiones, family offices y los diversos inversores institucionales se conviertan en LP. Y también hace falta que las grandes empresas españolas pierdan el miedo a contratar, invertir y comprar startups. Aquí hay que decir que desde el sector público se ha cubierto el hueco de inversión y ha actuado como catalizador con programas como el Fond-ICO”, añade el vicepresidente de Ascri.

En cuanto a los sectores más punteros donde se atrae inversión en startups, en nuestro país destaca la inversión en startups de transporte, siendo el tercer país que más capital ha recibido. De 2015 a 2017, el 13%
del capital total invertido fue a parar a España. En 2019, este porcentaje aumentó hasta el 15%, compartiendo la tercera plaza con Francia. Como
ha publicado recientemente elEconomista de datos de mercado español de startups, España crece como hub de deep tech.

Esta categoría supone una combinación de innovación tecnológica con investigación académica que reúne a emprendedores y científicos para productos o servicios que combinan avances científicos con innovación tecnológica y, además, quieren contribuir a que el mundo sea un lugar mejor. La financiación para las empresas españolas de deep tech ha logrado 280 millones dólares en 2019, que supone aproximadamente la mitad de toda la financiación para las empresas españolas de deep tech en los cinco años.

Los unicornios y futuros unicornios

En cuanto a las operaciones que han liderado las inversiones en startups españolas en 2019 destacan dos tecnológicas, Cabify y Glovo, consideradas como unicornios al superar los mil millones de euros de valoración de negocio. Ambas han logrado captar la atención nacional e internacional de inversores privados en el ámbito del transporte privado de personas -en el caso de Cabify sorteando las reticencias del sector del taxi y las presiones de las administraciones públicas en España por regular su actividad- y en el reparto a domicilio de comida y otros servicios, en el caso de Glovo.

Respecto a las rondas más relevantes, este año Glovo es la empresa que más capital ha levantado; 300 millones de euros en dos operaciones públicas que juntas suponen casi el 25% del acumulado de la inversión española y han convertido a la empresa en el segundo unicornio español. El primero es Cabify, que alcanzó dicha categoría durante el año 2018. Tras Glovo, las mayores operaciones de este segmento han sido protagonizadas por la empresa de trabajo temporal Jobtalent -que recibió 78 millones de euros-
y la de vehículos autónomos Goggo Network, con 78 y 44 millones respectivamente.