¿Llega una ola de ventas masivas de créditos de la banca a fondos?

En la crisis anterior, las entidades financieras soltaron las posiciones crediticias que tenían en algunas empresas, provocando un ‘boom’ de inversores oportunistas en España. Ahora, los expertos confían en una recuperación relativamente rápida del tejido empresarial para que estas operaciones sean puntuales.

La pandemia del coronavirus ha sido un revulsivo sin precedentes para el sector bancario español. Por un lado, casi todas las entidades financieras se encuentran inmersas en una revisión estratégica de su negocio, que en muchos casos ha desembocado en una oleada de fusiones para afrontar el futuro más fuertes. Por otro, se ha visto obligado a canalizar casi en tiempo récord los préstamos avalados por el Estado. Ahora, con las líneas de liquidez comenzando a fluir sin problemas, el debate de los expertos gira en torno a otro punto: ¿Se va a producir una oleada de ventas masivas de posiciones de crédito en las empresas como en la crisis anterior? ¿Ha llegado el momento de oro para que los fondos de deuda ganen terreno en España?

En el corto plazo, según coinciden los directivos consultados, todo apunta a que no. Juan Barona, socio de Linklaters, explica a elEconomista Capital Privado que "por ahora, no estamos viendo a los bancos cediendo a otro tipo de acreedores posiciones de deuda en empresas. En cambio, en la anterior crisis, sí lo vimos. Por ejemplo, en el sector renovable se cedieron muchas posiciones crediticias a fondos, que aprovecharon el momento para reestructurar la compañía y acceder al equity". Por ejemplo, este fue el caso del gigante de las renovables Eolia, en el que entró Okatree en el 2015 tras comprar el 75% que estaba en manos de diferentes entidades financieras como Kutxabank, Sabadell o Bankinter, entre otras. Tres años más tarde, el fondo vendió su participación a Alberta Investment Company (Aimco), que desembolsó en torno a 1.400 millones por el 100% de Eolia, protagonizando una de las grandes operaciones de renovables del año.

Sin embargo, a diferencia de la crisis anterior, Barona señala que "el problema que ha habido estos meses es que no se sabía dónde estaban los suelos del precio: los vendedores piensan que el activo se puede recuperar y los compradores no saben si la caída puede alargarse o aumentar. No obstante, parece que ahora todo se empieza a alinear un poco". En la misma línea, Francisco García-Ginovart, director de Houlihan Lokey, argumenta que "la crisis anterior duró muchos años y forzó a que los bancos fueran provisionando. Empezó en 2008, llegó a España en 12-24 meses y los bancos no comenzaron a vender posiciones hasta 2013 y 2014, que fue cuando hubo un boom de fondos en España".

"Ahora como todo está siendo tan rápido y se ven visos de recuperación, igual no da tanto tiempo a que haya tanta venta masiva. Las operaciones que se están produciendo ahora en este segmento son en compañías donde la situación ya estaba complicada y el banco quería salir", continúa García-Ginovart.

Este ha sido el caso de la cadena de supermercados Eroski, donde buena parte de la banca acreedora está cediendo sus posiciones crediticias a fondos como Sculptor Capital o Davidson Kempner.

Incomodidad de la banca

Jean-François Guicheteau, responsable de Leveraged Finance de BBVA, explicaba hace apenas unos días en un evento del sector que "la probabilidad de que dentro de un proceso de refinanciación vayan a aparecer nuevos jugadores, lo vamos a ver, sobre todo en aquellos sectores donde la banca se pueda sentir incómoda. En términos de cesión de posiciones a fondos de distress, no creo que vaya a ser masivo. Al final, en los balances bancarios los activos se desprecian a cierta velocidad. Normalmente estas ventas ocurren cuando el valor del activo está muy degradado. Es un proceso largo. Durante 2021 no creo que hayan muchas operaciones de estas características, pero después supongo que sí.

En este sentido, Barona explicó a esta publicación que "para los bancos es un negocio complicado, porque al final esas cesiones las hacen con descuento y si la financiación se termina pagando no habrán recuperado todo lo esperado. Este tipo de operaciones suelen obedecer a la necesidad de reducir pasivo, evitar un exceso de concentración de riesgo o porque, una vez dotada la provisión correspondiente, el precio de cesión que obtengan por encima es una ganancia ".

No obstante, hay muchos expertos que consideran que lo que se va a producir en los próximos meses es una combinación de financiación bancaria y alternativa en las empresas, sin que la banca llegue a vender sus posiciones. En esta línea, Borja Oyarzábal, consejero delegado de Tresmares Capital, recordó que “el sector todavía es muy joven en España y hemos visto una evolución formidable en los últimos años. El direct lending ya se ha colocado como un activo que complementa a la banca y que en algunos casos puede llegar a sustituir otras formas de financiación. Hay muchas casas que se comienzan a parecer a un banco de inversión con muchos verticales y vamos a empezar a competir en otras cosas que no son el dinero”.

¿Patada para delante?

Sin embargo, el gran temor de los empresarios a que los bancos den entrada a este tipo de inversores en sus compañías reside en si mantendrán un perfil amistoso o bien les obligarán a ajustar sus balances y devolverles lo prestado en poco tiempo y con unos intereses muy altos. "Lo que no debemos olvidar nunca es que tanto los bancos como los fondos de deuda se deben a sus accionistas e inversores, por lo que no pueden prestar dinero como si fuera un regalo. Las compañías a las que se presta dinero en una refinanciación se les exige cumplir con ciertos ratios, tanto si los financiadores son bancos como si son tienen otro perfil de inversión”, argumentaba un directivo de un fondo de deuda que no quiso revelar su nombre.

“La banca en España tradicionalmente ha dado patadas para delante en compañías que en otros países no hubieran seguido vivas y mucho menos si hubieran estado en manos de fondos. Su llegada también ayuda a las compañías a no confiarse y saber que ayudarles cuando atraviesan una situación complicada implica un coste y un riesgo”, añadió

Sobre esto, Luis Felipe Castellanos, responsable de Alantra Private Debt, también señaló durante un evento del sector que “a los fondos les tiembla menos el pulso a la hora de ejecutar cambios en las compañías y creo que muchas van a acabar en manos de fondos de deuda. Estamos en un momento en el que la dinámica del mercado va a cambiar”. Por el momento, ya se han visto en el mercado algunas operaciones en este sentido, como la de Kartesia con Café&Té o la de Cheyne con Vivanta.