Francisco de la Torre Díaz, inspector de Hacienda: “Es probable que en los próximos años se mantenga una gran presión fiscal por el gasto público disparado”

Tras el éxito de ‘¿Hacienda somos todos?’, De la Torre publica un nuevo libro, titulado ‘¿Y esto quién lo paga?: Economía para adultos’. Se trata de una guía que busca combatir el actual populismo fiscal y comprender qué son realmente los impuestos y cómo afectan al contribuyente tras las graves crisis sufridas en los últimos años.

¿En las crisis se suben o bajan los impuestos?

En las crisis económicas los Gobiernos han subido impuestos, como por ejemplo ha ocurrido con el IVA que se situó en el 12% al entrar nuestro país en la Unión Europea (UE) y que ahora está en el 21%. Incluso algunos impuestos han ido endureciendo su regulación, tal y como ocurre con el Impuesto sobre Sociedades a lo que hay que añadir la mejora en el control tributario, merced a lo que se recauda más dinero que antes. Pese a todo, aún está pendiente una reforma fiscal que genere un sistema bastante más integrado que el actual, que es un conjunto deslavazado de impuestos. Se podría aspirar a recaudar una cuantía similar, pero simplificando las cosas y haciéndolas más justas. No obstante, lo más probable es que en los próximos años sigamos asistiendo a una gran presión porque el nivel de gasto público está disparado y no somos capaces de recaudarlo, aunque estamos en cifras récord.

¿Ha mejorado el control tributario?

Creo que habría que cambiar el sistema de medición de la Agencia Tributaria y, de hecho creo que se está intentando hacer. Y lo que es adecuado, en todos los países de Europa, es que los contribuyentes paguen voluntariamente, no a través del dinero que descubra del fraude. Lo que ha sucedido es que como el comportamiento de la recaudación ha funcionado mejor que la economía, sin necesidad de una subida masiva de impuestos, pues parece que los españoles cumplen mejor con Hacienda. Y muchas de estas mejoras se debe al progreso tecnológico. Tras la pandemia se han generalizado los pagos con tarjeta de crédito o teléfono, que dejan rastro, lo que ha impulsado la recaudación por IVA directamente y también por otros impuestos indirectamente, reduciéndose la economía sumergida. En Estados Unidos han tenido que contratar a decenas de miles de personas para grabar declaraciones y aquí todas ellas se presentan por Internet. En consecuencia, creo que ha mejorado el cumplimiento tributario y se ha abarato el control.

¿La crisis la pagan los titulares de vivienda y los empresarios y profesionales?

Las crisis hay que pagarlas. En los últimos años, cuando todavía no nos habíamos recuperado de una crisis fiscal muy grave, que es la de 2008, en 2018 teníamos una deuda pública cercana al 100% del producto interior bruto (PIB), pero después llegó la pandemia del Covid, la peor pandemia que ha sufrido la humanidad en un siglo, a la que siguió la crisis energética y la guerra de Ucrania, con un incremento desbocado de la inflación. Todos estos fenómenos tienen un coste y hay que pagarlos. Y en el libro explico quien tiene que pagar cada parte de la duda, como es el caso de los consumidores que están pagando la luz más cara o los consumidores de productos financieros que sufren el incremento de los tipos de interés.

¿Qué pasa con los paraísos fiscales?

En Occidente nos estamos dando cuenta de los inconvenientes tan grandes que conlleva la existencia de paraísos fiscales desde el inicio de la invasión de Ucrania por Rusia. Un territorio absolutamente opaco no puede sobrevivir en un mundo donde la información siempre acaba haciéndose pública. La prueba son todas las filtraciones que ha habido, como los Papeles de Panamá y todos los demás casos.

¿La solución al Impuesto sobre Sociedades viene de Europa?

Digo en el libro que la reforma del Impuesto sobre Sociedades ha venido de Estados Unidos, cuando se convencieron de reducir los impuestos a las multinacionales, después de que estas empresas tributasen cada vez menos. Así, impulsaron los pilares de la OCDE en el marco ampliado, lo que incluía a 136 países de todo el mundo. Las empresas americanas en Luxemburgo estaban pagando un 1%, por ejemplo. Así que parece que la imposición mínima de un 15% sobre el resultado mundial de las empresas en su país de sede, que complementa lo que no hayan pagado en jurisdicciones en países de baja tributación, va a ser una realidad en este mismo año 2023. Al margen de este problema mundial, que necesita una solución mundial, España necesitaría una reforma del Impuesto sobre Sociedades, incluida en una reforma fiscal simplificadora y compacta. Recordemos que antes de la pandemia, según datos de la Aeat las empresas españolas conservaban bases negativas pendientes de compensación de más de 575.000 millones de euros, lo que suponía más de un 50% del PIB.