El 66% del Ibex-35 adopta ya criterios ESG en la retribución de los consejeros

El 69% de las empresas del IBEX-35 contaba con consejeros con experiencia en sostenibilidad en 2021, frente al 35% en 2020 y el 66% reconoce que incorporaba criterios ESG en la retribución, frente al 44% en 2020, según las conclusiones del V Informe Comparativo de los Estados de Información No Financiera (EINF) del IBEX-35, elaborado por EY.

Por otra parte, se informa de que el 49% de las empresas del IBEX-35 utilizaban en 2021 un enfoque integrado para publicar su información de sostenibilidad en 2021, frente al 47% en 2020 y el 97% de las empresas del IBEX-35 declara que vinculaba su estrategia o su impacto con los ODS, frente al 85% en 2020. También, destaca que el 83% de las empresas del IBEX-35 reconoce que utilizaba en 2021las recomendaciones emitidas por el Task Force on Climate-related Financial Disclosures (TCFD) del Consejo de Estabilidad Financiera (FSB) para informar sobre las implicaciones del cambio climático y su gestión de los riesgos, frente al 56% que lo hacía en 2020. Además, destaca que en los sectores de la energía, la banca y la tecnología, el 100% de las empresas del IBEX-35 utilizaba el marco de reporte del TCFD. A lo largo de estos años, ha variado la información y los indicadores incluidos en los informes, y mientras algunos son reportados por cerca del 100% de las empresas del IBEX-35, esto no sucede en todos los casos analizados.

Taxonomía de actividades sensibles

Si bien cabe destacar que, por segundo año consecutivo, el 100% de los informes de verificación sobre los EINF del IBEX-35 han sido publicados sin salvedades, existen motivos por los cuales algunas empresas deciden no incluir en sus informes algunos indicadores, normalmente, debido a su inmaterialidad según la situación o el modelo de negocio de la compañía.

Entre ellos, destacan, por ejemplo. la prevención de riesgos en materia de derechos humanos; la relación con los grupos de interés; la consideración de aspectos de sostenibilidad en las relaciones con los proveedores; las medidas sobre seguridad de consumidores; o los beneficios obtenidos y los impuestos pagados por país. Además, recuerda el informe de YE que los EINF del ejercicio fiscal 2021 presentaban una novedad muy significativa: la información relativa a la elegibilidad de actividades económicas según la Taxonomía Medioambiental de la UE. Ante la falta de definición clara de qué actividades se consideraban sostenibles y cuáles no, la UE introdujo un conjunto de normas y criterios técnicos recogidos en la Taxonomía Sostenible de la UE para clasificar las actividades económicas, con un lenguaje científicamente aplicable, en sostenibles y no sostenibles, y así fomentar la inversión en las actividades sostenibles.

Para considerar que una actividad o inversión está alineada con la Taxonomía, la actividad debe corresponderse con las listadas en el Reglamento de Taxonomía, cumplir los criterios técnicos de selección definidos a través de los correspondientes actos delegados de la Taxonomía, no causar ningún daño significativo a los demás objetivos de la Taxonomía y respetar las garantías sociales mínimas. A su vez, existen diferencias entre las exigencias de reporte para entidades financieras y no financieras.

Al observar de manera agregada los resultados de las 26 empresas no financieras del IBEX-35 que publicaron su información sobre Taxonomía, en 2021 se reportaban unos porcentajes de elegibilidad de ingresos cuya media ronda el 36%, unos gastos de capital (CapEx) promedio del 42% y una media de Gasto Operacional (OpEx) del 40%, asociados a un total de 56 actividades elegibles diferentes. Un 36% de las compañías que no pudieron atribuir ningún ingreso a actividades elegibles según la Taxonomía en 2021. Sin embargo, un 84% y un 60% de las mismas sí reportaba, respectivamente, CapEx y OpEx vinculados a actividades elegibles, aunque las seleccionadas fuesen inespecíficas de su sector.

Actividades elegibles

Las actividades elegibles más repetidas por las compañías en el ejercicio 2021 fueron la actividad de renovación de edificios existentes; la instalación, mantenimiento y reparación de equipos de eficiencia energética y la instalación, mantenimiento y reparación de instrumentos y dispositivos para medir, regular y controlar la eficiencia energética de los edificios. A su vez, el sector energético fue el que presentó mayor diversidad de actividades elegibles seleccionadas con hasta 35 actividades diferentes.

Las financieras, por su parte, debían informar de la proporción de activos de la empresa que se invertían en actividades económicas adecuadas a la Taxonomía y otras exposiciones relevantes.