Cinco claves para medir el impacto de las empresas sobre la sostenibilidad

El Club Excelencia en Gestión estima que es imprescindible valorar el efecto social, medioambiental y económico y la necesidad de valorar su efecto sobre sus personas de interés.

El Club Excelencia en Gestión considera que la medición de impacto es un proceso largo de aprendizaje continuo, por eso, cualquier paso en esta dirección es un avance hacia un modelo de sociedad más inclusiva, justa y sostenible. También considera que para poder gestionar y mejorar algo, se debe medir. En el caso del impacto, hay que tener en cuenta si es positivo o negativo, intencionado o no, directo o indirecto y cómo es de importante para los grupos de interés de la sociedad. También es esencial saber sobre quién se genera el impacto, si impacta en todos los grupos de interés, si aporta beneficios a personas desatendidas o en situación de vulnerabilidad, cuánto se puede atribuir ese impacto, y qué riesgos existen con la puesta en marcha de las medidas.

Aunque no hay ninguno que siga pautas consensuadas, hay un buen número de marcos de medición impulsados por el entorno inversor que llevan fijadas variables de impacto social, económico y medioambiental que se pueden adoptar. Así, se pueden consultar las directrices marcadas por el Impact Management Project, que desde 2016 ha estado trabajando para crear un consenso mundial sobre cómo medir y evaluar en este ámbito.

Por ello es necesario identificar los aspectos a evaluar y dar una métrica concreta a cada elemento evaluable en base al propósito de la organización, por un lado, y por otro a las necesidades, requerimientos y expectativas de los grupos de interés: clientes, empleados, inversores, proveedores y la propia sociedad. No se puede olvidar que poner en valor la contribución de la organización va a servir para mejorar su reputación, su credibilidad de cara al exterior y el compromiso de los que la conforman. Y, en consecuencia, también sus resultados.

También, el Club Excelencia en Gestión estima que es preciso verificar la información recabada, algo que se puede hacer revisándola y comparándola con criterios externos para garantizar que es fiable, completa y precisa. También puede ayudar el fomento de un diálogo transparente con los grupos de interés, ya que puede aportar diversas percepciones. Todo ello enriquece la toma de decisiones estratégicas, ayuda a identificar nuevas oportunidades de negocio y responde a las demandas de aquellos grupos vinculados a la organización

Una vez recabada y cribada la información obtenida llega el momento de tomar decisiones, adoptar nuevas medidas y corregir actuaciones que no han tenido el resultado esperado, sin perder de vista aquellos aspectos con mayor potencial de afectar a la viabilidad de la organización o su valoración empresarial. Es muy positivo comunicar los impactos que se generan, compartirlos y compararlos.