El 42% de los directivos no usaría el canal de denuncia

El ‘compliance’ evoluciona en las empresas para aportar valor, pero algo falla, porque en la mayor parte de los casos se queda en algo meramente estético y defensivo.

El 42% de los directivos encuestados declara que no se sentiría cómodo o dudaría en usar los canales de denuncia de la empresa en caso necesario y un 97% de ellos reconoce que nunca lo ha utilizado, según las conclusiones del estudio Compliance: del cumplimiento estético al compromiso auténtico, publicado por Llorente y Cuenca. Sin embargo, el 88% de los encuestados indican que las empresas para las que trabajan sí que cuentan con ese canal para que los empleados denuncien conductas ilegales o poco éticas.

Además del canal de denuncias, la mayoría de directivos asegura que sus empresas cuentan con algunas de las herramientas básicas, tales como un Código de Conducta (88%), o un departamento específico (71%). Sin embargo, llama la atención que el 42% de los encuestados afirme que el compliance no forma parte de la estrategia del negocio de su compañía. Además, algunos de los directivos aluden a la falta de tiempo y una verdadera comprensión del compliance como uno de los posibles motivos. También se menciona como posible causa el enfoque excesivamente legalista del compliance, lo cual puede suponer una importante barrera.

Existe una convicción clara de que el compliance es y será cada vez más altamente valorado por los distintos grupos de interés presentes en el ecosistema en el que la empresa opera. La gran mayoría de directivos consultados reconocen el valor que tiene para la empresa contar con un sistema de compliance efectivo, pues este impacta positivamente en los principales stakeholders.

Así, el 90% reconocen el valor del compliance para los socios de negocio actuales o potenciales, y una cifra muy similar su valor para los colaboradores de la organización (88%). En menor medida, el 71% reconoce de forma clara el impacto positivo del compliance para los clientes y consumidores de la organización. El interés de determinados stakeholders es tal que, no en pocas ocasiones, es lo que ha incentivado a la empresa a su implementación. Y aunque casi todos los directivos con los que hablamos tienen claro que la tendencia va por ese camino y reconocen la importancia que da el cliente al buen comportamiento de una compañía. Para los autores del informe, no hay duda en que reputación y compliance van de la mano: apuntalando su importancia, el 93% de los ejecutivos consultados considera que contar con un sistema de compliance efectivo mejora y refuerza la reputación de la empresa.

Hablando ahora de los factores que los directivos consideran clave para el éxito de un sistema de compliance, el tipo de liderazgo en la organización se lleva la palma con un 93%. También se da gran importancia (90%) a la integración de los riesgos de integridad y cumplimiento con el sistema de gestión de riesgos global, lo que muestra la necesidad de eficiencia y estrategia global en las compañías. Además, también se consideran muy relevantes para lograr el éxito del compliance la cultura corporativa existente en la organización (88%), así como la transparencia y la comunicación existentes (80%).

Volviendo a la importancia de la cultura corporativa, resulta muy relevante que el 100% de los directivos la considere un factor determinante para la creación de valor de la empresa, y 9 de cada 10 (90%) crea también que la cultura corporativa es prioritaria para aportar valor a su empresa.

Sin embargo, uno de cada dos directivos encuestados (46%) considera que en su empresa no hay una cultura corporativa adecuada y el 27% considera que el comportamiento de los empleados y directivos no se ajusta a los valores culturales corporativos declarados por la compañía. Asimismo, dos de cada tres directivos (66%) considera que se debería dar más importancia a la cultura corporativa en la organización en la que desarrollan su actividad. Además, cabe subrayar el importante papel que juegan los colaboradores dentro de la organización: más de la mitad de los directivos consultados (51%) afirma que todos los colaboradores miembros de la organización deben ser los responsables de que el compliance funcione.