La legislación europea se prepara para afrontar el reto del metaverso

La idea de la existencia de un metaverso, en el que interactúen empresas, consumidores y Administraciones está generando una gran confusión entre los ejecutivos de las empresas. La falta de regulación aporta un grado de incertidumbre, que actúa como una losa sobre el corto plazo. Los expertos consideran que el metaverso será una megatendencia durante los próximos cinco a diez años. El metaverso es mucho más que reuniones y colaboración en 3D, se trata de conectar los mundos físico y virtual, aprovechando ambos y permitiendo que las organizaciones tengan éxito.

El metaverso está siendo un dominio de empresas privadas, como los desarrolladores de juegos y compañías de Internet, que han construido un mosaico de mundos virtuales, como Fortnite, There y Facebook Horizon. Ahora los Gobiernos comienzan a plantearse la necesidad de entrar a formar parte de este tipo de proyectos. Por ejemplo, el Gobierno coreano anunciaba el año pasado su “alianza nacional de metaverso” para construir una “plataforma nacional de realidad virtual y realidad aumentada”.

Algunas marcas del sector textil, como Ralph Lauren o Nike, han comenzado a presentar sus propias tiendas en el metaverso, ya es posible comprar parcelas digitales”, y se han celebrado conciertos multitudinarios en los que los participantes interactúan como si estuviesen en un recinto real. En los cuatro metaversos más grandes (Sandbox, Decentraland, Cryptovoxels y Somnium) las ventas de bienes raíces virtuales han superado los 500 millones de dólares el año pasado, y hay muchas posibilidades de que alcancen la marca de 1.000 millones este año, según datos recogidos en el informe Metaverse in Impact Real Life del Instituto de Innovación de ESIC. Por eso, ya actúan empresas que ofrecen servicios financieros que se adaptan a las monedas virtuales y aprovechan la tecnología blockchain para las transacciones.

En estas plataformas virtuales, como en el mundo real, se producirán conflictos y vulneraciones de derechos, como la utilización ilegal de marcas o diseños de productos de moda virtuales, o la explotación comercial de la imagen facial de un avatar sin autorización, que son, a día de hoy, las principales preocupaciones de los despachos de abogados, en la mayoría de las ocasiones a instancias de la preocupación de sus clientes.

¿Quién será el dueño de nuestros datos en el metaverso? ¿Cómo accederán a ella las empresas y los gobiernos? ¿Cuánto control tendrán los usuarios individuales sobre la divulgación de su información personal? ¿Trabajaremos en los problemas de privacidad antes de crear el metaverso? Los especialistas, según recoge el informe de ESIC, reconocen con seguridad que no será así. Y, además, auguran que, casi seguro que al igual que la web oscura, un día habrá un metaverso oscuro que atenderá a nuestros impulsos y deseos más oscuros. Desde la trata de personas hasta las transacciones de drogas y más, las personas cometerán delitos en el metaverso, tal como lo hacen en la vida real

El pasado 25 de abril, el Parlamento Europeo y los Veintisiete alcanzaron un acuerdo sobre la propuesta relativa a la Ley de Servicios Digitales (LSD), que establece una nueva normativa sin precedentes para la rendición de cuentas de las plataformas en línea en relación con los contenidos ilícitos y nocivos.

Esta norma busca dar una mejor protección a los usuarios de internet y sus derechos fundamentales, y definirá un conjunto único de normas en el mercado interior que ayudará a las plataformas más pequeñas a expandirse, lo que resulta fundamental para el desarrollo del metaverso.

A este respecto, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha declarado que “con esta norma se concreta el principio de que aquello que es ilegal cuando no está en línea, debe ser ilegal también cuando esté en línea. Cuanto mayor sea su tamaño, mayor serán las responsabilidades de las plataformas en línea”.

La nueva normativa de la LSD se basa en los valores europeos, tales como el respeto de los derechos humanos, la libertad, la democracia, la igualdad y el Estado de Derecho.

Reequilibrará los derechos y responsabilidades de los usuarios, los intermediarios en línea, incluidas las plataformas en línea y también las plataformas en línea de muy gran tamaño, y las autoridades públicas.

La norma establece obligaciones de diligencia debida a escala de la UE que serán aplicables a todos los servicios digitales que ofrezcan bienes, servicios o contenidos a los consumidores, incluidos nuevos procedimientos para retirada más rápida de contenidos ilícitos, así como una protección completa de los derechos fundamentales de los usuarios en línea. Ya está claro que el metaverso implementará un mercado virtual, que combinará monedas tradicionales y criptomonedas y garantizará su intercambio rápido y seguro.

Esto creará la necesidad de un nuevo sistema único de verificación de transacciones para salvaguardar la seguridad de las finanzas de los usuarios. Una de las principales tareas de los desarrolladores del metaverso es crear un sistema único que pueda proporcionar una verificación de activos digitales análoga a la prueba de propiedad de los NFT en el mundo real.

También, se debe luchar contra la suplantación de identidad, puesto que el problema que se plantean muchas plataformas y empresas es cómo se identificará a una persona en un entorno virtual, puesto que, en teoría cualquier otra persona o incluso un bot, puede imitar fácilmente en el metaverso a cualquier persona. En la autenticación de una persona u objeto digital en el metaverso existe el riesgo de que los rasgos faciales o las voces puedan ser falsificados. También, es preciso crear nuevos enfoques para la protección de los datos personales, la privacidad y la propiedad digital.

La Comisión Europea ha adoptado una reforma de las normas vigentes de la UE sobre comercialización a distancia de servicios financieros destinados a los consumidores, que regulan la venta a distancia de servicios financieros. La propuesta pretende fortalecer los derechos de los consumidores y promover la prestación transfronteriza de servicios financieros en el mercado único.

Los contratos de servicios financieros son cada vez más complejos de entender, especialmente si se negocian a distancia. La propuesta de Bruselas obliga a los operadores a ofrecer sistemas en línea transparentes y a proporcionar las explicaciones oportunas cuando utilicen herramientas en línea como, por ejemplo, gestores automatizados (robo advisor) o asistentes digitales (chat box). Las normas empoderan al consumidor brindándole la opción de solicitar una intervención humana, si la interacción con esas herramientas en línea no resulta del todo satisfactoria.

La propuesta dará más fuerza, además, a las autoridades competentes. Se aplicarán sanciones más severas a los contratos de servicios financieros celebrados a distancia en caso de infracciones transfronterizas generalizadas, con una sanción máxima de al menos el 4% del volumen de negocios anual. Y para evitar desajustes, se introduce una armonización plena para garantizar el mismo nivel de elevada protección de los consumidores en todo el mercado interior, al fijar normas similares para todos los proveedores de cualquier Estado miembro.

Introduce nuevos conceptos o figuras, como el de trusted flaggers (informadores de confianza) o gatekeepers (plataformas en línea de gran tamaño con poderes y control económico sobre todo las plataformas que integran el ecosistema). Además, clarifica cómo deben ser y qué deben incluir las órdenes o solicitudes de retirada de contenido ilícito.

Los entusiastas de las criptomonedas dicen que las NFT permiten la verdadera propiedad de los elementos digitales, pero un profesor de derecho no está de acuerdo. La propiedad de dichos activos no se rige por la ley de propiedad sino por la ley de contratos, lo que significa que están completamente controlados por plataformas privadas de metaverso, dice João Marinotti, profesor asociado de Derecho en la Maurer School de la Universidad de Indiana. Esto significa que los usuarios no poseen legalmente activos digitales, sino que las plataformas simplemente les otorgan acceso a estos activos.

Por otra parte, para que el mundo digital sea un lugar seguro para los niños y los jóvenes, la Comisión facilitará un código de la UE con miras a un diseño adecuado para la edad y pedirá una norma europea sobre verificación de la edad en línea de aquí a 2024.

También estudiará la manera de utilizar la cartera de identidad digital europea prevista a efectos de verificación de la edad, apoyará la rápida notificación de contenidos ilícitos y nocivos, y facilitará el número único armonizado 116 111 para prestar asistencia en materia de ciberacoso, de aquí a 2023.

Estas medidas son parte de la nueva estrategia para proteger a los niños. Muchas plataformas de metaverso y NFT tienen el derecho de cancelar la capacidad de una persona para acceder a estos activos si incumple los términos de servicio. “Se necesita una reforma legal junto con la innovación tecnológica antes de que el metaverso pueda madurar y convertirse en lo que promete ser”, dice el profesor.

Dubravka Šuica, vicepresidenta responsable de Democracia y Demografía, ha explicado que “la nueva estrategia en favor de una Internet más adecuada para los niños velará por que los niños disfruten de los mismos derechos en línea y fuera de línea, sin que ninguno de ellos se quede atrás, sin importar su origen geográfico o sus circunstancias económicas y personales”.

Se trata de evitar que un delincuente acosador sexual o pedófilo o de cualquier otro tipo de perfil delictivo no deseado pueda entrar en el espacio virtual de alguien, sea menor o no lo sea, y acercarse a esa persona en el metaverso, lo que será fácil si no se constituyen mecanismos sólidos para informar, prevenir y actuar sobre esto en tiempo real. No se puede obviar que con la tecnología háptica, que recrea el sentido del tacto, los riesgos de que los daños en el metaverso se sientan más reales no son descabellados puesto que muchas empresas trabajan para incorporar el tacto como una sensación adicional en una realidad inmersiva.