España grava el beneficio empresarial 4,5 puntos por encima de la media europea

El país tiene un tipo impositivo integrado sobre las ganancias de las empresas, que incluyen los dividendos, que llega al 44,5%, mientras que la media del entorno se sitúa en el 40%

España grava los beneficios empresariales 4,5 puntos por encima de la media de los países europeos de la OCDE. España tiene un tipo impositivo integrado sobre las ganancias de las empresas -que incluyen los dividendos- que llega al 44,5%, mientras que la media de las economías del entorno se sitúa en el 40%. De esta forma, el país se sitúa en los puestos de cabeza de la OCDE, al nivel de los países nórdicos, en gravamen del beneficio empresarial.

En la mayoría de los países europeos de la OCDE, los beneficios empresariales se gravan dos veces, una a nivel de la compañía y otra a nivel de accionista. De esta forma, el tipo integrado se calcula incluyendo al tipo normativo del Impuesto sobre Sociedades -el 25% en el caso de España- una serie de variables para obtener el impacto de la fiscalidad de los dividendos. Los fiscalistas calculan estos tipos con la fórmula (Impuesto sobre Sociedades) + [(Beneficio Distribuido - Impuesto sobre Sociedades) x Impuesto sobre Dividendos].

Irlanda cuenta con el tipo integrado más alto entre los países europeos de la OCDE (57,1%). Sin embargo, el Gobierno irlandés mantiene el Impuesto sobre Sociedades a un 12,5%, uno de los niveles más bajos del entorno. La tasa llega al nivel más alto por lo que pagan los accionistas al cobrar el dividendo. En el caso irlandés, el tipo sobre los dividendos alcanza el 51%, el más alto de los países europeos. Después de Irlanda, Dinamarca (54,8%) y Francia (52,8%) son los países con un tipo integrado más alto. Por su parte, Estonia (20%), Letonia (20%) y Hungría (22,7%) imponen las tasas más bajas.

Estonia y Letonia son los únicos países europeos de las economías desarrolladas de la OCDE que no gravan los dividendos. Ambos países mantienen un tipo normativo en su Impuesto sobre Sociedades del 20%, un punto por encima de la media, que está en el 21,5%.

Si se incluye en la ecuación las ganancias de capital, España cuenta también un tipo integrado del 44,5%. Sin embargo, se aleja aún más de la media europea, que se sitúa en este caso en el 37%.

En las ganancias de capital, Dinamarca (54,8%), Francia (52,7%) y Portugal (50,7%) tienen las tasas integradas más altas entre los países europeos de la OCDE, mientras que Eslovenia (19%), Suiza (19,7%) y Turquía (20%) aplican los tipos más bajos. Varios países europeos de la OCDE -Bélgica, Luxemburgo, Eslovaquia, Eslovenia, Suiza y Turquía- no imponen impuestos sobre las ganancias de capital a largo plazo. De esta forma, en estas economías el Impuesto sobre Sociedades es el único nivel de gravamen sobre los ingresos corporativos realizado como capital a largo plazo.