
Los salarios de los abogados vuelven a la senda de crecimiento anterior al Covid-19
E l mercado laboral en España ha reaccionado de forma positiva tras relajarse los efectos de la pandemia por el Covid-19, recuperando en gran parte de sectores los niveles previos a la pandemia. La recuperación parece que empieza a ser un hecho: todos los sectores de actividad, hasta aquellos más dañados como el turístico o el retail, ya cotizan al alza. Las perspectivas para 2022 son optimistas y, los diferentes análisis publicados por Gobiernos y organismos oficiales, estiman que va a continuar la senda del crecimiento y la generación de empleo cualificado.
La clase directiva es el grupo menos sensible ante situaciones de cambio en el mercado laboral: no experimenta crecimientos elevados en momentos de bonanza, ni ven destruido el empleo en demasía cuando aparece una crisis. Así, los niveles salariales gozan de estabilidad en cuanto a los salarios fijos, pero mejoran los paquetes retributivos totales mediante la percepción de bonus.
Esta misma situación se da en el sector legal, donde los directivos han experimentado una caída media en los emolumentos fijos, aunque no terminan de repuntar los ingresos variables, salvo en el caso de los despachos internacionales. Por el contrario, los mayores esfuerzos por la retención de talento se están centrando en todos los tipos de despachos de abogados sobre los junior y los becarios de los máster de acceso a la profesión.
Más complicados resultan los esfuerzos contra la brecha laboral. Existiendo aún importantes diferencias entre las distintas categorías profesionales. Por ello, no solo es necesario adoptar medidas para imponer la igualdad de acceso al mercado para las mujeres emprendedoras, sino lograr que se logre un salario igual por un trabajo igual. Actualmente existen diferencias salariales incluso entre profesionales del mismo nivel. También, la igualdad de roles, en el sentido de tareas, funciones, actividades que realiza el profesional.
El problema es la necesidad de proceder a un cambio de mentalidad tanto de mujeres como de hombres para que no sea la mujer, mimetizando la actitud de las generaciones precedentes, sea la que tiene que acogerse automáticamente a las reducciones de jornada cuando surge la necesidad de atender a los hijos o a los familiares con dependencias, lo que no solo lleva una reducción de los ingresos salariales sino que también obstruye la carrera profesional y genera el conocido como techo de cristal. Igual de problemático se plantea la representación dentro de los órganos directivos de los despachos de las mujeres. Las encuestas muestran que muchas profesionales retrasan la concepción de sus hijos para tratar de hacer carrera profesional, por ello, mientras no se adopten medidas que conjuguen la vida familiar con la laboral.