Fiscalidad y legislación del año 2022 continuarán condicionadas por el Covid
Ha comenzado el año con las perspectivas que ya marcaba el extinto 2021 como consecuencia de la aparición de la variante ómicron del Covid-19 y su enorme capacidad de contagio. Esta situación va a continuar mediatizando tanto la gobernanza de las empresas como la actuación legislativa de las Administraciones Públicas, con el trasfondo del reparto de los fondos europeos, que ya ha comenzado a ser carne de juzgados a pesar de las amenazas de Bruselas para que el reparto cumpla sus fines para recuperar la economía.
El Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia enfocado en cuatro ejes (transición ecológica, transición digital, igualdad de género y cohesión social y territorial) y diez palancas representa sin duda el mayor volumen de apoyo a la inversión pública y privada, para relanzar la economía española y acelerar la transformación del modelo productivo hacia un crecimiento sostenible e inclusivo y permitirá a España obtener hasta 140.000 millones de euros. Bruselas asume ya que deberá retrasar la implantación de gran parte de los capítulos que componen su estrategia para convertir a la UE en zona libre de emisiones contaminantes. Es una posición realista. Basta considerar que los ambiciosos objetivos del Acuerdo verde exigían movilizar inversiones por valor de un billón hasta 2030. La gravedad de la actual epidemia impide dedicar un volumen tan ingente de recursos a otros fines que no sea la reconstrucción económica
El comisario europeo de Presupuesto, Johannes Hahn, ha avisado del “serio riesgo” que correría la Unión Europea (UE) si no se aprueba la propuesta de la Comisión Europea (CE) para añadir tres nuevos impuestos a las fuentes de ingresos del presupuesto comunitario para pagar la deuda vinculada al fondo de recuperación. El esfuerzo ha sido titánico para tratar de combatir los efectos de la pandemia. Entre otros argumentos, Europa busca que el presupuesto de la UE obtenga el 75% de los ingresos generados por el llamado mecanismo de ajuste en frontera, que gravará las importaciones de productos fabricados fuera del bloque con mayores emisiones de CO2 que las permitidas dentro.
La aparición de nuevos impuestos no es tan sencillo como se está planteando ante la necesidad constante de recaudar. Baste el ejemplo de que hasta octubre, el Estado español apenas había ingresado 454 millones de los 1.818 que tenía previstos recaudar con las llamadas tasas Tobin y Google. En 2021 se han eliminado muchos de los de los beneficios fiscales vigentes aún en el IRPF y en 2022, continuará la escalada. Muchos de estos apoyos eran importantes para la recuperación económica de los contribuyentes, que ven como se eleva la tributación en un momento tan difícil como el actual. Es preciso pensar antes que actuar, cosa que está no se está haciendo. Razón de ello, es la litigiosidad ganada por los contribuyentes, cada vez más elevada.