Los fraudes más graves cometidos por empleados que la empresa debe conocer

El fraude laboral en la empresa, aunque la mayoría de engaños son cometidos por empleados (el 41%), las estafas de los niveles ejecutivos son las que mayores pérdidas económicas provocan, según el estudio el XI Estudio de la Association of Certified Fraud Examiners (ACFE) sobre los costes y efectos del fraude laboral.

Explica el informe que hay tres categorías principales de fraude laboral. La apropiación indebida de activos, que implica que un empleado robe o haga un uso indebido de los recursos de la organización empleadora, se produce en la gran mayoría de los esquemas de fraude (86% de los casos); sin embargo, estos esquemas también tienden a causar la menor pérdida con una media de 100.000 dólares por caso En cambio, los fraudes de estados financieros, en los que el autor provoca intencionadamente una inexactitud u omisión en los estados financieros de la organización, son los menos comunes (10%), pero la más costosa de las categorías de fraude laboral. La tercera categoría, es la corrupción, que incluye delitos como el soborno, los conflictos de intereses y la extorsión, que se sitúa en el medio en términos de en términos de frecuencia y daño financiero en el 43% de los casos y causan una pérdida media de 200.000 dólares.

Dentro de la amplia categoría de apropiación indebida de activos, los defraudadores utilizan varios métodos para robar fondos y otros recursos de sus empleadores. Los esquemas de facturación son la forma más común de apropiación indebida de activos y también causan una pérdida media elevada, lo que convierte a este tipo de fraude en un riesgo especialmente importante. Otros fraudes de alto riesgo basados en la combinación de frecuencia e impacto son la manipulación de cheques y pagos, así como los esquemas que implican el robo de activos no monetarios.

No todos los fraudes pueden evitarse. Incluso en las organizaciones más seguras, es probable que algún tipo de fraude por parte de los empleados. En consecuencia, la rápida detección del fraude es vital para proteger a una organización de posibles daños. Nuestra investigación indica que la duración media de un fraude -es decir, el tiempo típico entre el momento en que un fraude es decir, el tiempo típico que transcurre entre el inicio de un fraude y su detección, es de 14 meses. Además, cuanto más tiempo permanece un fraude sin ser detectado, mayores son las pérdidas financieras.

Para evaluar los riesgos de fraude, y promulgar una detección proactiva, es útil comprender el impacto potencial de los diferentes tipos de fraude. Además de analizar la pérdida media y la frecuencia de las categorías de fraude laboral, examinamos la duración de los casos de cada una de estas categorías tienden a durar. Las empresas tienden a atrapar más rápido los esquemas no monetarios (13 meses), como la sustracción de dinero en efectivo, mientras que varias categorías de estafas suelen durar dos años antes de ser descubiertas, como las referidas a las nóminas, la manipulación de cheques y pagos. los desembolsos de registros, el fraude en los estados financieros y reembolsos de gastos.

Reconociendo que no todos los esquemas de fraude afectan a las empresas por igual y que las organizaciones deben tomar decisiones sobre cómo y dónde dirigir sus esfuerzos contra el fraude de la lucha contra el fraude, queríamos saber con qué rapidez los fraudes ocupacionales tienden a causar daños. Para cada caso notificado de pérdidas por el número de meses que duró la trama para determinar lo que denominamos lo que llamamos la velocidad de la estafa.

La velocidad media de todos los casos del estudio fue una pérdida de 8.300 dólares al mes. El análisis de la velocidad por tipo de trama reveló que ciertos tipos de esquemas de fraude ocupacional causan daños mucho más rápidamente que otros. Los esquemas de fraude en los estados financieros tienen la mayor velocidad, de 39.800 dólares al mes, seguidos de los esquemas de seguido de las tramas de corrupción, con una velocidad de 11.100 dólares al mes.

Debido a que estos esquemas dan lugar a pérdidas más importantes con mucha rapidez, las organizaciones deberían utilizar estos datos para priorizar sus inversiones en mecanismos para prevenir y detectar rápidamente estos tipos de fraude.