Aumenta el cambio de residencia por motivos fiscales
El 86,5% de los asesores encuestados por el Registro de Economistas Asesores Fiscales (Reaf) estima que la Agencia Tributaria no se adapta al mundo de la empresa.
Un 68% de los asesores fiscales considera que el cambio de residencia fiscal de personas físicas por motivos tributarios hacia otros países va en aumento, que se está convirtiendo en tendencia, lo mismo que ocurre con los cambios de residencia fiscal entre comunidades autónomas, según un 67,9 % de estos profesionales.
Así, lo recoge el Informe, elaborado por el Registro de Economistas Asesores Fiscales (Reaf ), el Consejo General de Economistas, bajo el título La opinión de los economistas asesores fiscales sobre nuestro sobre nuestro sistema tributario. Pero la tendencia va más allá de los simples cambios de residencia, puesto que un 50% de los entrevistados reconoce que cuando se producen, estos cambios hacia otros países u otras comunidades autónomas (55,4%), estos son mayoritariamente ficticios. Un 87,3% estima que las diferencias en la normativa de los impuestos que se pagan en cada CCAA provocan cambios, reales o ficticios, en la residencia fiscal de las personas. Y un 62% considera que no se pueden mantener diferencias sustanciales en el nivel de presión fiscal entre territorios.
Junto a su experiencia como asesores fiscales, de los 900 profesionales encuestados un 57,7%, señala que en sus despachos se ha incrementado el número de consultas para cambiar la residencia fiscal ha aumentado.
Un porcentaje elevado de los asesores fiscales (86,5%) reconoce que la Aeat no se adapta al mundo de la empresa y de los contribuyentes, en general y en un 96,1%, estiman que en los procedimientos de gestión e inspección de la Aeat predominan criterios recaudatorios sobre los de justicia tributaria.
Los profesionales son críticos con el sistema fiscal, y piensan que no mejora con el tiempo. Se aprecia un incremento de la dureza, especialmente en actuaciones de comprobación por los órganos de gestión tributaria y, sobre todo, en el caso de la Aeat. Cerca del 50% señala que se han endurecido las actuaciones de gestión y, tan solo un 27,8% cree que también lo han hecho las de inspección, mientras que un 20%, tan solo, reconoce el esfuerzo por facilitar el cumplimiento de las obligaciones.
Menos unanimidad en las respuestas al Consejo General de Economistas hay al abordar la conveniencia de se mantenga la distribución actual de responsabilidades entre la Agencia Tributaria y las Comunidades Autónomas. Asesores y contribuyentes prefieren un interlocutor único en la aplicación de los tributos, por lo que valoran positivamente la integración de Administraciones tributarias. Apelando a su experiencia, el 43,7% de los asesores fiscales encuestados cree que no se tendría que modificar, frente a un 57,5% que se muestra convencido de la necesidad de modificar la actual distribución.
Esta diferencia es más pequeña entre quienes consideran que la Agencia Tributaria estatal tendría que ser la única administración tributaria asumiendo las competencias de las administraciones autonómicas (49,3%) y quienes rechazan esta idea. Mayor aceptación, sin embargo, encuentra la idea de que tendría que haber una única administración tributaria integrada por el Estado y las CCAA (62,4%) frente a quienes refutan esta opción (33,9%). La complejidad del sistema tributario se produce, fundamentalmente, por modificaciones normativas, por cambios de criterio administrativo, por tratamientos especiales y por la deficiente redacción de las normas.
Cerca del 95% de los entrevistados responde que existe una deficiente redacción de la normativa por parte del legislador, que hay una modificación continua de la normativa, que genera. Piensan, por otra parte, que la pandemia afecta negativamente a las empresas al poder perder beneficios fiscales ya aplicados.
A la vista de estos resultados, el presidente del Reaf explica la necesidad de mejorar la aplicación de los tributos intensificando la clarificación rápida de los criterios administrativos y jurisprudenciales, así como simplificar y unificar la aplicación de los tributos entre Administraciones autonómicas a nivel práctico, por ejemplo, en cuanto a plataformas y presentación de modelos. Al tiempo que concluye que las Administraciones tributarias deben hacer un esfuerzo por personalizar y mejorar la interrelación en las comprobaciones tributarias, en especial por sus órganos gestores.