Los profesionales jurídicos apuestan por un futuro de soluciones tecnológicas

Los despachos de abogados buscan nuevas formas de trabajar. Con respecto al año 2020, hoy hay más firmas dispuestas a emplear personal no jurídico (69%); más autoservicio por parte de los clientes (68%); mayor uso de recursos de terceros o subcontratados (68%); y más recurso de personal contratado (65%)

Una buena parte de los abogados europeos y estadounidenses reconocen que la pandemia del Covid-19 ha aumentado sus necesidades de soluciones tecnológicas, según las conclusiones del estudio Future Ready Lawyer: Más allá de la pandemia, elaborado por Wolters Kluwer, que incluye opiniones de 700 profesionales del Derecho de Estados Unidos y nueve países europeos.

La encuesta Future Ready Lawyer también ha revelado la existencia de importantes diferencias entre las expectativas de las asesorías jurídicas y la capacidad de los despachos de abogados para cumplirlas. La desconexión puede estar afectando a la satisfacción de los clientes: solo el 30% de las asesorías jurídicas de empresa declaran estar muy satisfechas con sus despachos, y un número cada vez mayor planea cambiar de firma: el 24% dice que es muy probable que cambie de despacho frente a solo el 13% en 2020.

El informe confirma que la mayoría de los profesionales jurídicos ven la transformación digital y la tecnología como motores clave para mejorar el rendimiento, la eficiencia y la productividad en el futuro, y que planean una mayor inversión en soluciones tecnológicas. Sin embargo, el informe detecta lagunas en el grado de preparación de los profesionales jurídicos frente a la nueva normalidad que se aproxima con rapidez. Los despachos de abogados y departamentos jurídicos se enfrentan a crecientes presiones en múltiples frentes a medida que el impacto de cada tendencia examinada en la Encuesta es cada vez mayor.

Los principales retos que se plantean como urgentes los despachos se refieren a automatizar las tareas rutinarias y aprovechar la tecnología en los procesos de trabajo; reducir y controlar los costes legales externos; y gestionar las crecientes demandas del departamento legal corporativo.

El número de abogados que ha informado de que su organización está muy preparada para hacer frente a estas tendencias sigue siendo bajo. Esta situación viene a revelar que las organizaciones pueden reforzar aún más las capacidades que necesitan para satisfacer los crecientes desafíos a los que se enfrentan. Los departamentos jurídicos están cada vez más presionados para hacer más con recursos limitados. Las soluciones tecnológicas son cada vez más importantes como medios para lograr esto, tanto dentro de los departamentos jurídicos, como en las empresas con las que trabajan.

Los departamentos jurídicos utilizan múltiples criterios para evaluar los despachos de abogados y la tecnología es cada vez más importante. Dentro de tres años, el 91% de los departamentos jurídicos de las empresas pedirán a los despachos de abogados que describan la tecnología que usan para ser más productivos y eficientes. Hoy en día, sólo el 32% de los despachos de abogados dice que está muy dispuesto a utilizar la tecnología para ser más productivo. Para ayudar a superar estos desafíos, el 57% de los departamentos jurídicos informan que planean aumentar su inversión en tecnología en los próximos tres años, mientras que el 84% dice que hará un mayor uso de la tecnología para mejorar la productividad en el futuro.

Enfrentadas a la reducción de costes y a una exigencia creciente, las asesorías jurídicas informan de que están cambiando la forma en la que se realizan las tareas y quién se encarga del trabajo. La mayoría de las asesorías jurídicas tienen previsto hacer un mayor uso de recursos de terceros o externalizados (77%); subcontratación (insourcing) de trabajo legal (76%); personal interno (75%); proveedores de servicios legales alternativos (73%); y personal no jurídico (70%). Cada una de estas áreas aumentó sobre los niveles de 2020 conlleva un reto.