Desayunos solidarios de Bankia o cómo afrontar los retos del Covid-19

Este año, la entidad financiera tiene previsto ayudar a más de 530.000 personas en toda España gracias a las convocatorias y programas de sus fundaciones y empleados. Traemos a estas páginas una experiencia exitosa, para ganarle el pulso a la pandemia, que puede servir de ejemplo para otras corporaciones.

La pandemia del Coronavirus está constituyendo un paréntesis muy importante para muchas de las actividades solidarias desarrolladas por las fundaciones corporativas y por los voluntarios de las empresas. Esos gestos solidarios se mantienen a la expectativa de que sea posible olvidar las distancias de seguridad y las prevenciones para no sucumbir ante este enemigo invisible que es el Covid-19. Y este parón está siendo una rémora muy importante en el día a día de muchas organizaciones que trabajan por la inclusión, por la ayuda a las personas con problemas especiales, fundamentalmente en lo que a la obtención de ingresos se refiere.

Por eso, traemos a estas páginas una experiencia muy interesante desarrollada por los empleados de Bankia, que es fácilmente trasladable a cualquier organización que quiera recaudar fondos con fines de ayuda. Se trata de los Desayunos Solidarios, una experiencia que ha sabido adaptarse a los tiempos de pandemia y que se ha convertido en un auténtico éxito, superando, incluso, a su formato original.

Hace más de un año, María Jesús Nasarre, directora de Coordinación de Riesgos de Crédito de Bankia, conocida por sus compañeros como Chus, tuvo la gran idea de crear estos Desayunos Solidarios. Lo que comenzó siendo una idea en la que participaban unos pocos compañeros, se fue convirtiendo en un auténtico fenómeno dentro de la entidad. Se trataba, simplemente, de tomar un café por la mañana, con aportaciones de bollería casera y cafés traídos de casa para animar una idea solidaria, que, en el fondo, además de hacer pasar un buen rato entre compañeros lograse su aportación económica para causas que consideraban que merecían la pena. En estas reuniones se hablaba y se explicaba la labor de una ONG y se recaudaba dinero para ella.

Entonces, llegó el Covid-19, el teletrabajo y el confinamiento, lo que hizo impensable mantener este formato a pesar de las ganas de los compañeros por seguir manteniéndolo. Y así surgieron los Desayunos Solidarios en el Ciberespacio, construyendo una red solidaria a la que no solo se han apuntado los compañeros de la Torre de Bankia, sino que se han unido desde personas desde cualquier centro de trabajo de la compañía, permitiendo, incluso, que se haya podido pasar el testigo organizativo a otras ciudades y a otros equipos. Toda una experiencia de éxito superando las dificultades.

Chus inició esta experiencia, tras entrar en contacto con el mundo de la discapacidad en el seno familiar. Descubrió la falta de información y de ayuda a la que se enfrentan estas familias y decidió actuar para poner un poco de remedio en el día a día de la actividad de estas ONG. Animada por sus ganas de ayudar, decidió pedir permiso para poner en marcha esta experiencia. La acogida fue muy buena desde el principio, porque servía para que los compañeros pusiesen hablar de otras cosas que no fuesen las propias de su trabajo. Eran reuniones de periodicidad trimestral, muy emotivas, en las que los participantes elegían una organización solidaria sobre la que se hablaba, analizando su actividad y sus necesidades. Cada uno aportaba una parte del desayuno que traía de casa.

“El boca oreja fue brutal y ya se nos iba de las manos la demanda de asistencia presencial que teníamos entre los compañeros”. Comenta Chus. Entonces hubo que replantearse la situación por la pandemia. Chus llamó a la puerta del despacho de David Menéndez, director de Gestión Responsable de Bankia, que ayudó a impulsar la idea de transformar los Desayunos Solidarios en una experiencia digital. Así, en noviembre de este año han experimentado una experiencia exitosa, porque ahora desde cualquier rincón de España pueden participar los empleados, los compañeros, pueden intervenir los miembros de las propias ONG, ver vídeos y presentaciones y todas las posibilidades que brinda la tecnología hoy en día para desarrollar actividades de trabajo y ocio.

El éxito recaudatorio se notó en seguida. En esta ocasión fueron 2.400 euros los recogidos, además de convertirse en un acto muy emocionante para todos los participantes que entraron en contacto con la realidad de la parálisis cerebral. La iniciativa partió de Fabián García, director de Recuperaciones de Empresas y promotor de ATENPACE, a la que se encuentra vinculado por una sobrina y ahijada suya. Incluso se vendieron productos de merchandising de la Asociación.

Cuenta Fabián que en este Desayuno Solidario participaron cerca de 200 empleados de Bankia, que siguieron con atención las dificultades que plantea la mejora de estas personas y la lucha, cuando no hay mejora, para que no se atrofien y pierdan calidad de vida. Tras la celebración del Desayuno Solidarios, Chus cuenta que recibió cientos de correos electrónicos hablando sobre lo que habían aprendido y sobre la emoción que habían sentido.

Este es tan solo una de las actividades solidarias que realiza Bankia, explica David Menéndez que la entidad está muy unida a actuaciones para mejorar el empleo, el desarrollo rural, la discapacidad, la nueva pobreza y la vivienda social, el medio ambiente y proyectos, como los Desayunos Solidarios desarrollados con empleados de la entidad. “Se hace especial hincapié en cosas que eleven la moral de la tropa en estas difíciles circunstancias.