La inflación en tiempos de incertidumbre y ómicron

A la incertidumbre generada por el Covid-19 y sus distintas variantes, se ha incorporado el aumento generalizado y continuo de los precios en distintas categorías del índice de precios de consumo. Si despedíamos el año 2020 con nuestras expectativas puestas en la vacuna y con tasas de inflación medias cercanas a 0, el año 2021 ha cerrado con una nueva variante rompiendo techo en contagios diarios y con una subida media anual del 3,1%, tanto a nivel nacional como para la comunidad andaluza.

La velocidad de subida de precios viene principalmente motivada por la escalada de los precios de la electricidad que se viene registrando desde marzo de 2021, encareciendo los precios un 55% y un 61,3% interanual con respecto a diciembre de 2020 a nivel nacional y andaluz, respectivamente. Esto, sin contar con las rebajas impositivas aplicadas por el ejecutivo que, de momento, se prorrogan hasta el 30 de abril.

A la llegada de la primavera del 2022, el BCE espera que las presiones desde el lado de la oferta se vayan conteniendo con la normalización de los precios del gas, de la electricidad y de los hidrocarburos, y que los cuellos de botella en la producción se vayan resolviendo. Al mismo tiempo, el BCE comenzará a retirar los estímulos monetarios, postponiendo la subida de tipos de interés previsiblemente para 2023. Esta subida se irá trasladando a los tipos bancarios, por un lado, encareciendo la financiación a PYMES y familias y, por otro, a los tipos y al coste de la deuda, lo que podría suponer un sobrecoste a añadir a los niveles ya elevados de deuda pública alcanzados (122% del PIB). Se espera que el año 2022 registre niveles de inflación algo superiores, pero similares a los de 2021. Esto también dependerá de si existen o no efectos de segunda ronda que alimenten a la inflación real y de cómo evolucione la situación en Ucrania.

Centrándonos en las consecuencias de una continua subida del nivel de precios en Andalucía, la cifra récord de exportaciones de 31.371 millones de euros acumulados en el año y alcanzada en noviembre, podría verse afectada por subidas de precios que hagan que Andalucía pierda competitividad frente al exterior, frenando ese impulso que vendría a recuperar los niveles de exportación anteriores a la pandemia. En lo que se refiere al sector hostelero, el encarecimiento del coste de vida y la pérdida de poder adquisitivo de los ciudadanos podría dañar la campaña turística de este año. Esperemos que el año 2022 venga acompañado de una estabilización de los precios y que el avance en la lucha contra el Covid-19 permita que la temporada turística se desarrolle con la normalidad necesaria para consolidar la recuperación económica.