Sierra Bermeja: una montaña altamente amenazada por los incendios

Por la ausencia de titulares de prensa, podría parecer que la pesadilla que vivía estos días atrá Sierra Bermeja con el incendio que ha arrasado unas 9.700 hectáreas hubiese terminado. Pero, el más grave incendio forestal que ha sufrido esta gran montaña malagueña en el siglo XXI aún no está extinguido. El fuego es un viejo conocido para Sierra Bermeja. Las muestras de carbón de antiguos incendios extraídas de su subsuelo permiten identificar en esta montaña dos especies arbóreas principales: los pinos resineros y, en las cotas más altas, los pinsapos. Las dataciones radiocarbónicas de estas muestras señalan una antigüedad en el caso de los pinares superior a los 8.000 años, y en el caso del pinsapar superior a los 10.000 años. Si bien se sabía que los pinsapos tienen actualmente en la cima de los Reales de Sierra Bermeja un refugio para sus poblaciones relictas del Terciario, la datación en el caso de los pinares prueba el carácter autóctono de la especie.

Pinsapos y pinares sobre peridotitas -la singular roca que compone este macizo montañoso- han sufrido el fuego una vez más estos días. La estadística de los grandes incendios forestales que han afectado a la montaña desde el año 1950, cuando con la irrupción del turismo en la Costa del Sol se fueron abandonando los usos tradicionales del monte, señala que hubo en Sierra Bermeja un incendio superior a las 500 hectáreas cada 4,27 años de promedio. Hasta el año 2018, incendios igual de graves en extensión que el actual ocurrieron en los años 1966, 1975 y 1991.

Más del cincuenta por ciento de las algo más de 30.000 hectáreas de Sierra Bermeja se ha incendiado al menos una vez entre 1975 y 2018; el 6,47% se ha incendiado dos veces y el 0,75%, dentro del Paraje natural de los Reales, se ha incendiado tres veces -serán cuatro, si se tiene en cuenta el incendio de este año 2021-. Son datos altamente preocupantes que denotan, por un lado, la grave amenaza que regularmente se cierne cada quinquenio sobre esta extraordinaria montaña y sus poblaciones limítrofes. Por otro lado, la ineficacia de todas las administraciones en la prevención de los incendios en este largo periodo.

Parece mentira que no hayamos aprendido ya la lección.