Sierra Bermeja lucha para recomponerse tras el fuego

El incendio más grave de las últimas décadas en Andalucía ha calcinado casi 10.000 hectáreas y ha afectado
a más de 50 explotaciones agrícolas y ganaderas.

El 8 de septiembre quedará marcado en la historia de Sierra Bermeja, este paraje natural malagueño que lleva 14 años luchando para ser protegido como Parque Nacional, sufrió ese día un incendio que poco después se convirtió en el peor de su historia y el más grave de Andalucía de las últimas décadas.

El primer incendio forestal de sexta generación que se registraba en España quedó controlado seis días después con un trágico balance. Una víctima mortal, el bombero forestal Carlos Martínez que perdió la vida luchando contra el fuego, 9.963 hectáreas calcinadas en un perímetro de más de 80 kilómetros, nueve términos municipales afectados y seis municipios completos desalojados.

El fuego se inició, todo a punta que de manera intencionada, en el término municipal de Genalguacil en dos puntos distintos y de manera simultánea, en una carretera poco transitada, con condiciones climatológicas favorables a la propagación del fuego y en un horario en el que no podían actuar los medios aéreos. Una serie de parámetros que complicaron las tareas de extinción e hicieron que las llamas se propagaran rápidamente obligando a desalojar en un primer momento a casi 500 vecinos de varias urbanizaciones de Estepona y Benahavís.

Tras cuatro días ardiendo y cuando parecía estabilizarse una pavesa provocó otro incendio, desatando un caos que obligo al desalojo preventivo de Alpandeire, Júzcar, Faraján, Jubrique y Genalguacil. Más de un millar de personas que se vieron obligadas a dejarlo todo para huir del fuego.

Las llamas que arrasaban Sierra Bermeja azotaron también con fuerza el llamado Bosque de Cobre, una zona de castaños que da empleo y riqueza a estos pueblos del Valle del Genal, que como tantas otras zonas rurales de Andalucía, luchan contra la despoblación con la agricultura como única arma.

Muchos de estos castaños, la principal fuente de riqueza de esta comarca, han logrado escapar de las llamas, pero algunos propietarios han visto como el fuego devoraba sus fincas por completo, lo que supone pérdidas millonarias que se suman al desastre medioambiental.

A escasos días de que comience la recogida de la castaña, los propietarios hacen balance de las pérdidas provocadas por el incendio y trabajan para tratar de amortiguarlas y salvar en la medida de lo posible la temporada, unos meses de trabajo duro que generan cientos de jornales cada año en la comarca.

Precisamente al inicio del otoño el Bosque de Cobre es cuando comienza también su temporada alta turística y es que este paraje atrae cada año a numerosos amantes de la naturaleza. Una modalidad de turismo sostenible que está en auge y que los últimos años estaba generando en la zona un notable impacto económico. Ahora el escenario provocado por el incendio es bien distinto y los empresarios temen que esto también repercuta de manera negativa en sus negocios.

Consecuencias económicas que se suman al desastre medioambiental en una zona de gran valor y que según apuntan los expertos, tardará décadas en recuperarse.

Días después de que el fuego quedase controlado, el presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno visitaba algunos de los municipios afectados asegurando que pondrá en marcha un paquete de ayudas para los damnificados. El Gobierno central, por su parte, declaraba la zona como gravemente afectada por emergencias de protección civil (ZAEPC).

“Lo más urgente es reparar los daños y recuperar la zona”, comentaba el presidente tras visitar varias explotaciones agrarias afectadas por el incendio en Júzcar y Jubrique. “Lo sucedido es una catástrofe en términos medioambientales, sociales y económicos y tenemos que resolverla lo antes posible”, indicaba Moreno apelando a la colaboración de todas las administraciones.

Las primeras valoraciones apuntan a que el incendio ha afectado a 54 explotaciones agrícolas y ganaderas, algunas de ellas de manera grave, la superficie de cultivo calcinada alcanza 160 hectáreas, de las que el 90% son castaños, y a demás 110 kilómetros de ríos y arroyos han sufrido daños.

Sierra Bermeja, que atesora un pinsapar sobre peridotitas único en Europa que ha logrado salvarse en parte de este devastador incendio, se quedó fuera de la reciente declaración como Parque Nacional de la montaña vecina, la Sierra de las Nieves, a pesar de que la plataforma Sierra Bermeja Parque Nacional lleva más de 14 años luchando para lograr esa protección con respaldo académico, científico y social por parte de la mayoría de ayuntamientos de los municipios que componen este paraje natural.

Ahora, que la montaña de manera natural ha comenzado a recuperarse lentamente, la plataforma ha pedido a las administraciones que cumplan sus promesas. “La ampliación del Parque Nacional incluyendo la totalidad de Sierra Bermeja no apagará el fuego, pero supondrá más vigilancia, más control, más recursos para la prevención y más celeridad en la toma de decisiones”, indicaba el colectivo.