Toca remangarse
A pesar de la factura de la luz, de los impuestos y que las inversiones vuelven a quedarse por el norte, toca remangarse. Solo así podremos exigir nuestra parte de los fondos europeos y con ella coger impulso para superar con garantías y solidez la brecha económica y social que el coronavirus ha dejado en Andalucía.
La crisis en la que actualmente seguimos sumidos no debe interpretarse de otro modo que como una oportunidad. Todo territorio dependiente de productos de importación está abocado a periodos de enorme dificultad económica. Nuestros esfuerzos deben ir orientados a construir un territorio autosuficiente que apueste por aquello que nos hace fuertes.
Los fondos europeos deben ayudar a Andalucía a modernizar su agricultura, desde Almería, la huerta de Europa, hasta Huelva. También a que nuestro sector servicios siga creciendo en competitividad, gestionando de manera inteligente y sostenible los recursos que ofrecen nuestras playas, nuestro sol y el legado histórico único.
Nuestra industria química es algo de lo que debemos sentirnos orgullosos. Un sector que ha demostrado su capacidad de resiliencia durante el Covid y se ha erigido como ejemplo de solidaridad, dejando claro que la seguridad es estratégica y su implicación con el medio ambiente es una realidad.
Tanto igual podemos decir de la otra pierna sobre la que se sostiene la industria en nuestra tierra: la minería. Un sector que saca la cabeza con un tejido de empresas singulares que están a la vanguardia, respetuosas con el entorno social y medioambiental en el que llevan a cabo su actividad.
También merecen especial mención la industria naval y la aeronáutica, importantes y necesarias, cuyo papel es clave en esta modernización que necesitamos y donde se demuestra la capacidad de nuestro talento para afrontar retos enormes con resultados sobresalientes.
Y el sector energético es otra de las grandes oportunidades. Las inversiones en esta materia generarán miles de puestos de trabajo muy pronto. Ya conocemos grandes inversiones vinculadas al hidrógeno o a las renovables, que, además, contribuirán al cumplimiento de los ODS.
En definitiva, es hora de contratar, de crecer y de digitalizarse. El momento es ahora. Quién no se suba a este tren, es historia.