Las importaciones hunden la venta de mascarillas hechas en Andalucía

Las fábricas acumulan grandes cantidades de stock al que no logran dar salida y no pueden competir con los bajos precios del material que llega de China. Las empresas reclaman más control por parte del Gobierno y defienden el menor impacto ambiental de los productos reutilizables

Mientras entra en debate la posibilidad de ir dejando de un lado la mascarilla al menos en espacios públicos, las empresas andaluzas que al inicio de la pandemia comenzaron a fabricar material de protección acumulan grandes cantidades de stock al que no logran darle salida, principalmente por las importaciones desde China que realizan tanto empresas como instituciones públicas de la región.

Los momentos más duros del inicio de la pandemia dejaron en evidencia la alta dependencia de las importaciones que registran muchos sectores. Ante la ausencia de mascarillas y otros materiales de protección en el mercado nacional y la imposibilidad de traerlos de otros países, muchas empresas andaluzas la mayoría de ellas del sector textil, comenzaron a fabricar este tipo de productos. En marzo y abril numerosos talleres y fábricas comenzaron a elaborar mascarillas, batas y gorros, en un principio de manera altruista para ayudar a dar respuesta a la escasez de material sanitario, y después como forma de negocio una vez que el uso de mascarillas se hizo obligatorio.

La empresa jienense Diseños NT, que llevaba más de 28 años dedicándose al sector del embalaje promocional, fue de las primeras en ponerse manos a la obra para fabricar material sanitario, incluso el Ministerio de Sanidad intervino unas 150.000 mascarillas de la compañía cuando el suministro escaseaba en toda España. Un año después, la empresa ha lanzado su propia marca, Pharmask, bajo la que comercializa mascarillas de fabricación nacional en supermercados y grandes superficies.

En Málaga, en concreto en el municipio de Alozaina, la empresa textil Texlencor, reabrió sus puertas durante el confinamiento con la contratación de unas 60 personas para fabricar material sanitario para el Servicio Andaluz de Salud. Meses más tarde, la compañía se vio abocada al cierre tras la cancelación de pedidos por parte de la Junta de Andalucía.

En Granada La Bolsa o la Vida, una empresa dedicada a la fabricación de bolsas de tela reutilizables para empresas y regalos promocionales, decidió poner toda su capacidad productiva en funcionamiento para fabricar mascarillas de tela reutilizables certificadas UNE 0065:2020 con las que dar respuesta a la alta demanda y la escasez de productos.

“Las administraciones y muchas empresas privadas han vuelto a recurrir a la importación para realizar sus compras con el fin de ahorrarse unos céntimos. Nosotros hemos puesto todo nuestro esfuerzo en la producción de mascarillas nacionales y ahora nos encontramos con un stock sin vender cuando todavía necesitamos hacer uso de ellas. Sentimos que todo nuestro esfuerzo se ha desvalorizado, ya que hemos invertido mucho tiempo y dinero para poner en el mercado un producto certificado”, comenta a elEconomista Andalucía, Ángeles Rivas, fundadora de la empresa.

La empresa realizó una importante inversión para adaptar su taller y lograr la certificación de sus mascarillas, desde el inicio de la pandemia han vendido unas 200.000 unidades tanto a empresas como a particulares, pero ahora tienen en stock alrededor de 25.000 a las que no logran darle salida.

“Nos duele que en plena pandemia la gente se diera cuenta de la importancia de la producción nacional, de los talleres que han desaparecido y ahora en cuanto vuelve la posibilidad de seguir importando de China todo eso desaparece. El Gobierno debería haber controlado eso y apoyado a las empresas que lo hacían bien”, concluye Rivas.