Un año de pandemia: un millón de parados y 20.000 empresas menos

La economía andaluza se contrajo un 11% en 2020, un punto más que durante los cinco años que duró la crisis económica de 2008. Los empresarios urgen el avance de la vacunación para alcanzar la inmunidad que permita iniciar la recuperación

El balance del año de pandemia deja cifras muy negativas en Andalucía. A las más de 9.200 víctimas mortales y casi 500.000 contagios, se suman las duras consecuencias económicas que ha sufrido la región y que la convierten en una de las más afectadas de España.

En cifras concretas, la región ha perdido en estos 12 meses 20.000 empresas, lo que supone el 5% del total de su tejido productivo. Además, en 2020 la economía andaluza se contrajo un 11%, por encima incluso de la anterior crisis económica (2008-2013) cuando la caída del PIB fue del 10%.

“Lo que caímos en cinco años hemos caído en uno, la preocupación de los empresarios es muy profunda. Encaramos los peores años de nuestra historia reciente”, comenta a elEconomista Andalucía el presidente de la Confederación de Empresarios de Andalucía (CEA), Javier González de Lara.

Como en el resto de España, lo sectores no esenciales están siendo los grandes perjudicados de esta crisis. El turismo, uno de los motores de la economía andaluza, ha sufrido pérdidas millonarias en estos 12 meses. Las pernoctaciones se deslomaron casi un 80% en el conjunto del año y las agencias de viaje han perdido el 95% de su facturación, la mayoría de estas empresas continúa sin poder desarrollar su actividad.

“Debemos seguir apoyando a la industria turística, es un sector capital y creo que no se la ha ayudado como merece, sigue urgiendo un plan de rescate específico”, destaca el presidente de los empresarios andaluces.

La hostelería también acumula pérdidas importantes con una caída de la facturación del 60% y el cierre definitivo de casi el 25% de las empresas del sector. El comercio no esencial, el sector de la cultura y el espectáculo, el transporte de viajeros, el ocio nocturno e infantil o los centros deportivos y gimnasios son otros de los sectores que no han podido desarrollar su actividad con normalidad y que se ven afectados cuando se activan restricciones horarias o cierres temporales en los momentos más complejos.

“La lista es tremenda y corresponde a todo lo que no se estableció como esencial, que es un criterio más político que real. La realidad es que ha habido muchas empresas que no han podido tener la recuperación económica que si han tenido otros sectores que han podido funcionar con relativa normalidad y que además lo han hecho excelentemente bien y con enorme compromiso en su desarrollo, como el sector agroalimentario, las farmacias, la logística, el transporte o los servicios financieros, pero otros desgraciadamente no han podido”, comenta el representante de la patronal.

Junto al cierre de empresas, el paro está siendo otra de las graves consecuencias económicas de la pandemia. En febrero de 2020 Andalucía registraba 806.764 desempleados, marcando así su mejor dato desde 2008. Justo un año después, la región cuenta con 1.002.104 desempleados, un 24,21% más. En total, la pandemia se ha cobrado hasta ahora el empleo de 195.340 andaluces.

Unas cifras que han devuelto a la región a los peores momentos de la crisis inmobiliaria de 2008 situando la tasa de desempleo de nuevo por encima del 20%. La situación empeora si se tienen en cuenta a las personas afectadas por Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE), situación en la que se encuentran todavía más de 121.000 trabajadores.

Baja el paro en el sector de la construcción

El pasado mes de febrero el paro volvió a subir en todos los sectores menos en la construcción, que logró bajarlo en 1.020 personas, convirtiéndose en una especie de oasis en medio del caos. El sector servicios lideró la subida con 6.169 nuevos parados, seguido de la Agricultura, con 5.420 más, el colectivo sin empleo anterior que sumó 3.271 y la industria que se incrementó en 578 desempleados más.

Por sexos, las mujeres siguen sufriendo peores consecuencias y acaparan 585.317 del total, frente a los 419.787 hombres.

“Son unas cifras muy duras, que necesitan que sigamos luchando por la recuperación, para eso necesitamos una estabilidad que todavía no hemos alcanzado La crisis es transversal, se ha presentado sin libro de instrucciones, no es una crisis del sistema en si, pero se puede convertir en una crisis estructural si no se adoptan las medidas necesarias”, ha advertido González de Lara.

Los expertos apuntaban al segundo semestre del 2021 como el inicio de la recuperación económica, pero el lento ritmo de la vacunación está lastrando las previsiones.

“La mejor política económica es la vacunación, mientras no se universalice la vacunación va a ser difícil hacer previsiones y predicciones. Necesitamos que coja el ritmo que todos deseamos, la realidad es que estamos en un 4% de inmunización de la población, a ese ritmo no alcanzamos la recuperación económica este año. Hace unos meses se hablaba de la inmunidad de rebaño y a este ritmo no la conseguimos, vemos como Reino Unido o Israel van a velocidad de crucero y nosotros seguimos muy retrasados”, subraya el presidente.

Una vacunación que marcará también la temporada turística veraniega, por lo que los empresarios insisten en la necesidad de aumentar el ritmo. “Tenemos que seguir insistiendo a los poderes públicos, a las distintas administraciones en que tienen que hacer un enorme esfuerzo para que la UE nos tenga en cuenta, porque se nos puede escapar la temporada turística del verano. Tenemos que lograr que aquellos que estén inmunizados puedan conseguir ese certificado o carné europeo de vacunación que nos podrá ayudar de manera parcial en el turismo para que puedan visitarnos el mayor número de personas posibles”, añade González de Lara marcando el verano como un posible escenario del inicio de la recuperación económica.

Con el fin de facilitar esa recuperación y apoyar a los sectores más afectados, la Junta de Andalucía ha aprobado, con el respaldo de los empresarios y los sindicatos, un segundo plan de rescate dotado con 732 millones de euros.

“Es un acuerdo muy importante, un plan que busca el mantenimiento del empleo, la actividad económica y la protección social, que muestra el esfuerzo del Gobierno andaluz”, apunta.

“La verdad que es un esfuerzo importante por parte del gobierno andaluz, lo hemos negociado con los sindicatos y con el propio gobierno. Lo que queremos es ayudar a los sectores más vulnerables, más castigados”.

El acuerdo está dividido en tres bloques, por un lado, 14 líneas de ayudas al mantenimiento del empleo y la actividad económica, por importe de 585 millones para sectores más afectados y donde se han intentado abarcar el mayor número de actividades posibles. Cuenta con ayudas a los sectores del comercio y la hostelería, al ocio nocturno, infantil y parques de ocio, gimnasios, al sector cultural, a las agencias de viajes, a empresas de turismo activo y a hoteleros, casas rurales y complejos turísticos, entro otros sectores afectados.

Por otro lado, dispone de 107 millones para proteger a las personas más necesitadas y busca paliar la crisis social. En este punto, se incluye una prestación extraordinaria para las familias más necesitadas, con 30 millones de euros, en línea con la renta mínima, que también se mantiene. Este apartado cuenta además con un complemento para trabajadores afectadas por un ERTE que está dotado con 70 millones de euros.

Por último, el acuerdo contempla un tercer bloque que supone un plan de refuerzo, con 40 millones de euros, que supone 1.700 contrataciones en la Junta de Andalucía para dar respuesta al aluvión de solicitudes de ayudas y trámites que se esperan en los próximos meses.

En este sentido, el presidente de la Federación de Empresarios de Hostelería de Andalucía, Javier Frutos, lamentaba que lestas ayudas llegan “muy tarde”. Un plan que tanto la Junta de Andalucía, como los sindicatos y los empresarios reconocen que no solucionará la maltrecha situación en la que la pandemia está dejando a la economía andaluza, pero supone un paso adelante hacia la recuperación y la reactivación, además de un impulso para las empresas que serán las encargadas de hacer crecer la economía en los próximos meses, que se estiman complejos.