La artesanía sacra, en peligro tras otro año sin procesiones
La cancelación de la Semana Santa agrava la crisis del sector formado por pequeñas empresas, algunas con más de dos siglos de historia
Las peores previsiones se cumplieron y Andalucía vive su segundo año sin Semana Santa. Las calles no están tan vacías como hace año, pero la postal nada tiene que ver con la de un Lunes Santo en cualquier ciudad o pueblo andaluz. El Cautivo no recorrerá hoy las calles de Málaga, ni Santa Marta las de Sevilla. Una situación que ha dejado sin poder trabajar a cientos de artesanos del sector cofrade, en su mayoría pequeñas empresas que dependen casi en exclusiva de la salida de las hermandades en procesión.
Imagineros, orfebres, escultores, talleres de bordados y de confección de túnicas, tallistas, cereros, y pequeñas tiendas de artículos religiosos son algunos de los artesanos que forman este gremio con siglos de historia que ahora se ve en peligro.
“Nunca hemos vivido nada igual, durante la Guerra Civil aquí hubo hermandades que salieron a la calle, incluso con tiros salieron las procesiones. Los Hermanos venían con un trozo de cartón y con eso se les hacía un capirote”, cuenta a elEconomista Andalucía María del Río, propietaria de Antigua Casa Rodríguez, el negocio de artesanía sacro más antiguo de Sevilla y uno de los más longevos de España, llevan desde 1.816 elaborando pelucas para las imágenes, túnicas, capirotes y todo lo que necesitan las Hermandades y los nazarenos para sus Estaciones de Penitencia. Dos siglos de historia y en apenas un año de pandemia esta tienda ha perdido más del 70% de sus ventas.
“Nosotros dependemos de que las Hermandades estén en la calle, si no salen no vendemos. Han venido años mejores y peores, pero todo el mundo sacaba dinero para tener su capirote, aquí en Sevilla esta tradición la tenemos muy arraigada y por muy mala situación que tengan las familias, siempre sacan para poder salir en su procesión”, comenta la empresaria.
Escasas posibilidades de reinvención
Sin pasos en la calle los artesanos no trabajan, escasas posibilidades de reinvención existen en este gremio, “el arte sacro sufre una crisis muy fuerte, hay algunos negocios que se pueden reiventar, pero en este sector no es posible, no podemos hacer otra cosa”, señala.
El año pasado, la Semana Santa se suspendió apenas 20 días antes de su celebración, por lo que las empresas ya tenían casi listos los encargos par las Hermandades y Cofradías, pero este año la actividad ha sido prácticamente inexistente y el sector acarrea 12 meses sin ingresos y haciendo frente a los mismos gastos.
Muchos artesanos han tenido que echar el cierre y otros se agarran a las prestaciones por cese de actividad para mantener la persiana abierta. Es el caso de Francisco José Segovia, propietario de Artesanía Cofrade, un taller malagueño que tras 20 años cosiendo túnicas, mesas de altar y trajes de monaguillo ha tenido que despedir a todos sus trabajadores.
“Esto es muy duro, para el ánimo y para la economía. El impacto económico es muy grande, no tenemos actividad ninguna, apenas entre el 1 y el 2%. Todo son pérdidas porque los gastos siguen siendo los mismos”, lamenta el empresario. Los artesanos miran ya al 2021 y se encomiendan a la vacuna para poder celebrar su Semana Santa.