Andalucía no quiere tomar parte en el circo político y se queda en su oasis de estabilidad

Justo cuando se cumplía un año del inicio de la pandemia que se está cobrando miles de vidas, de empresas y de puestos de trabajo una moción de censura en Murcia hizo temblar la política a nivel nacional, provocando el adelanto electoral en la Comunidad de Madrid y la salida del Gobierno del vicepresidente, Pablo Iglesias. Los ecos de las turbulencias entre PP y Ciudadanos se han dejado sentir en todos los lugares donde gobiernan en coalición y como no podía ser menos, también en Andalucía.

El partido naranja, que casi sobrevivía por las comunidades autónomas y los ayuntamientos en los que también forma parte de los equipos de gobierno, se enfrenta ahora al primer gran examen en la Comunidad de Madrid en un clima convulso, tras lo sucedido en Murcia.

Una agitación política que desde el primer momento puso el foco de atención en Andalucía, donde el desacuerdo entre ambos partidos podía poner en riesgo el gobierno del cambio, que terminó con más de 40 años de mandato socialista. Vox, muleta de apoyo para la coalición andaluza PP-Ciudadanos, no tardó en reclamar un adelanto electoral. “A río revuelto ganancia de pescadores”, que debieron pensar los de Abascal, sacando toda su artillería y activando el modo precampaña.

El fantasma del adelanto electoral rápidamente se extendió por la región, obligando al presidente de la Junta, Juanma Moreno, y al vicepresidente, Juan Marín, a asegurar públicamente que su coalición es firme y resistirá a las convulsiones. No quiere tomar parte Andalucía en el circo político nacional, aunque a veces parece que se monta el suyo propio.

“Andalucía es un oasis de estabilidad” se aferraban en defender tanto el propio presidente como otros cargos del PP cada vez que le preguntaban los medios de comunicación en sus exposiciones públicas. Una firmeza plasmada incluso en un acuerdo firmado entre ambos partidos, en el que se comprometen a blindar su gobierno y agotar la legislatura que culminaría en diciembre de 2022, pero también un sello antitrasfuguismo para evitar el traspaso de cargos electos entre ambas formaciones.

Un clima convulso y agitado que ha disgustado tanto al tejido empresarial como a la ciudadanía en general. Ayudas, soluciones y una recuperación económica lo más rápida posible es lo que reclaman los andaluces tras doce largos meses de pandemia cumpliendo una a una todas las normas que se han ido marcando. Centrar todos los esfuerzos primero en superar la pandemia y después en salir de la crisis económica, eso es lo único que demanda una población agotada que exige que sus representantes políticos estén a la altura de las circunstancias.